Desde hace tiempo que la genética ganadera argentina viene haciendo punta en el mundo y se ha convertido en referente para otros países productores de carne. En la actualidad, muchas cabañas miran y eligen este destino no solo para comprar esa genética sino también para formarse.

Con esa intención, días atrás viajaron desde Colombia a Formosa un grupo técnicos de la Asociación Angus-Brangus a la Estancia El Bagual, propiedad de la familia Getz. Fueron los mismos socios quienes ayudaron en los viáticos para que los especialistas puedan venir a adquirir nuevos conocimientos al país.

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Todo comenzó el año pasado en el Mundial de la raza realizada en Corrientes, cuando los criadores que visitaron la exposición entendieron que era la Argentina en donde “estaba el mejor Brangus del mundo” y que había que seguir estrechando esos lazos. Así lo expresó el presidente de la asociación de ese país, Ricardo Bedoya.

“En ese tour, en esa gira, pudimos observar unos animales espectaculares de las diferentes cabañas. En el Mundial hemos afianzado aun más ese vínculo que hoy nos ha servido para tener un nivel de Brangus que no es el mismo de antes. Esto demuestra la influencia que ha tenido la Argentina en nuestros rodeos”, comentó.

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Felipe Echeverry, gerente general de la asociación colombiana, fue uno de los integrantes de la comitiva. Para el directivo, es fundamental que sus técnicos tengan una buena capacitación para poder trasmitir a los ganaderos de su país. Sabe “de sobra” que, a nivel mundial, la Argentina es uno de los pilares de esta raza.

“Entonces, qué mejor forma que traer a todo nuestro departamento técnico para buscar una capacitación de altura y que tengan claro todos los conceptos para poderlos trasmitir a nuestros ganaderos. Fue una iniciativa de los mismos criadores de la asociación que empiezan a buscar ese aprendizaje cada vez más. Elegimos esta cabaña porque es pionera en hacer un Brangus con condiciones muy parecidas a Colombia: adaptado al trópico y en armonía con el ambiente. Eso es lo que nos llevamos para allá: un animal adaptado, funcional, que trabaja en condiciones extremas, que tiene carne y calidad racial a nivel mundial. Esa genética es la que queremos tener en Colombia”, dijo.

Otro que participó fue Juan Pablo Hernández, director comercial de la asociación. Coincidió que la idea de la recorrida era ver cómo se viene direccionando la raza en la Argentina, qué tipos de cruzas se realizan, sabiendo que las condiciones climáticas en el mundo son mucho más hostiles y más agrestes para la producción de carne: “Buscamos productividad y rusticidad dentro de las fincas en Colombia y acá la hemos encontrado y eso es lo que nos llevamos para aplicar en nuestro país”.

Entre el grupo estaba Natalia Vélez Cardona, técnica en el departamento de Antioquía. “Fue una experiencia muy bonita, un sueño realizado desde el primer momento en que llegué. Rescató la dedicación a la hora de abrirnos las puertas y enseñarnos”.

Andrés Tavera Díaz es inspector técnico en el departamento de Santander. Está a cargo de una zona que está más o menos a 2500 metros sobre el nivel del mar y de otra que posee temperaturas que oscilan entre 38-40 grados y una humedad relativa de entre el 75 al 80%.

“Estar acá es una oportunidad para luego poder trasmitir el conocimiento a los asociados colombianos y poderlos encaminar a tener una raza con mejores índices productivos y con mayor adaptación. Lo que se aprende acá es sinónimo de trabajo, disciplina, constancia a lo largo de muchos años y se ve reflejado en el paso de cada animal con genética que uno observó en corral como en el campo que van a marcar diferencia en los diferentes rodeos. Sn duda, el alto impacto en la ganadería viene del mejoramiento genético”, dijo.

Con temperaturas de hasta 43º, la experiencia en El Bagual fue increíble, coincidieron en el grupo. En el tiempo que duró la estadía clasificaron 500 animales y unificaron criterios de selección que les permitió “comprender la importancia de la selección de reproductores funcionales”.

Vale recordar que allí, la ganadería se produce en armonía con el medio ambiente, donde unas 3336 hectáreas son una reserva ecológica. Por este motivo, el grupo quiso conocer el trabajo valioso llevado a cabo de cómo integrar la producción ganadera con la conservación del entorno natural.

El técnico Ronaldo José Maldonado Gualdrón comprobó la rusticidad de los animales para soportar las altas temperaturas, humedad e insectos: “Hay trabajo muy grande de selección primero por rusticidad y luego por conformación, capacidad carnicera, estructura y cabeza”.

Dijo que esto es muy importante recalcar a los criadores colombianos, donde muchos empiezan primero a meter musculatura antes de adaptación y esto último es donde se debe enfocar. “Si un animal no está adaptado al medio en donde vive, no va a ser capaz de transformar la comida en músculo y después no va a servir. Me llevo entre muchas buenas recomendaciones, esos conceptos para aplicarlos y seguir progresando en Colombia”, señaló.

Daniel Osorio ya estuvo en la cabaña haciendo una práctica allá por el 2010. Al regresar a Colombia estuvo siete años en la parte técnica de la asociación. Fue, además, uno de los encargados de importar embriones hacia su país para formar “una base sólida en los rodeos de madres y toros”.

Hace cinco años que Víctor Forero viene haciendo un trabajo importante en su cabaña de Brangus. Con muchas ganas llegó al país para visitar el manejo en los campos ganaderos. Quería ver la rusticidad de la raza en climas muy fuertes y lo encontró: “El ganado 100% cómodo, 100% adaptado: nos encontramos una genética impresionante”.

Otro que llegó a El Bagual desde Colombia fue David Falero, abogado y desde hace dos años criador, con expectativas de conocer un Brangus de calidad superior: “Esta visita es una experiencia que vale la pena de vivir porque, en definitiva, si uno quiere conocer realmente el Brangus tiene que estar acá en la Argentina”.

Para el zootecnista de la Universidad de Antioquía, Daniel Felipe Osorio, como asociación tener una base y una fortaleza técnica suma mucho. “Nuestro objetivo es afianzar conceptos y, ponerlos en común va a ayudar y fortalecer los programas genéticos de nuestro país. Hay que tener un norte claro para el futuro de nuestra raza”.

Por su parte, Juan José Rincón Montañez, médico veterinario y zootecnista, destacó la importancia de hoy en día del tema de la ganadería sostenible, en armonía con el medio ambiente, como lo llevan a cabo en el Bagual y rescató también la adaptabilidad de los animales al ambiente extremo junto con a formación carnicera.

Cuando la comitiva ya se había retirado, a modo reflexivo, el anfitrión Pablo Lambrechts, ingeniero agrónomo y segundo administrador del establecimiento (en el que trabaja hace casi 28 años), contó que la relación con la asociación colombiana nació en el 2003 y que luego en el 2009 se afianzó con la firma en conjunto de un convenio de pasantías que se tercerizó a través de la Universidad de Antioquia: a partir de ese momento todos los años reciben en la cabaña pasantes de los últimos años de agronomía, veterinaria o zootecnia de esa universidad por seis meses.

“De esa relación, se gestó esta visita de todo el staff de la asociación. La idea fue formarlos en los distintos criterios de clasificación y de selección, uniformizar esos criterios para que la asociación tenga un tipo de ordenamiento, sin importar cuál fuere el técnico que los aplique”, cerró Lambrechts, quien hoy es director del programa de mejoramiento genético de esa asociación.

 

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