Minuto 11 de partido en el Santiago Bernabéu. Lamine Yamal protagoniza un eslálom propio de los elegidos, de aquellos que tantas veces vimos hacer a Leo Mess. Pura fantasía. Penalti y 1-0 para España. Minuto 92. Lamine es sustituido y se marcha del coliseo madridista con una atronadora ovación. Con esto puede explicarse de forma sintetizada la exhibición de época de este adolescente de 16 años que apunta a derribar todas las barreras del fútbol.
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Claro que hay que ser cautos. Es muy pronto y, tirando de tópicos, todavía no le ha empatado a nadie. «El reto más difícil ahora es mantenerse», cuenta Sergi Barjuan en una entrevista para SPORT este miércoles en referencia, precisamente, a la eclosión de estos jóvenes imberbes que han irrumpido de forma huracanada. Y que son ya protagonistas principales en el FC Barcelona.
TEÓRICO ONCE TITULAR
Luis de la Fuente sacó para enfrentar a Brasil en el Bernabéu a un teórico once titular que podría salir perfectamente en la Eurocopa de este verano. Lamine y Nico en las alas, pura dinamita, y Morata arriba. A priori, el madrileño parte como delantero titular. Con el extremo del Athletic y el de Mataró, España tiene dos puñales y un factor diferencial respecto al resto de combinados nacionales.
Lamine salió hipermotivado al coliseo blanco. Con ese ‘duende’ que hace que flote, que levite sobre el césped. Conducciones tan deliciosas como las que le veíamos al Messi de sus inicios. Recortes imposibles, defensas incapaces de adivinar cuándo hará el quiebro. El ‘gambeteo’ que le llaman los argentinos.
En el 11′, en uno de esos esláloms, penalti. Discutible, pero en cualquier caso servía para que Rodri abriera la lata. Y el futbolista de Rocafonda siguió haciendo de las suyas. Pasándoselo en grande y haciendo disfrutar a un Bernabéu encantado. E inquieto, puesto que no hay que olvidar que lo ‘sufrirán’ como rival el próximo 21 de abril en el clásico.
FESTIVAL ANTE VINICIUS
Lamine provocó ese penal, logró un 6/9 en regates (Vinicius ningún regate completado, por cierto), ganó 11/18 duelos. Pero, sobre todo, dio una sensación de superioridad ante los rivales y de hacerlo todo con una facilidad tan pasmosa.
No pocos culés disfrutaron con su recital en territorio vikingo. El Real Madrid tiene la Liga muy encarrilada (ocho puntos son una gran barrera). Pero solo el mero hecho de que puedan darse un par de condicionantes y el equipo barcelonista llegue con menos distancia, con esa exhibición del de Rocafonda, dibujan un escenario halagüeño.
La ovación que se llevó al final fue atronadora. Y significativa. Un ‘aviso’ de que el Bernabéu lo extramotiva, se le da bien y quiere vivir grandes noches en él siempre que pueda.