“Es una increíble cápsula del tiempo”, celebró maravillado Chris Wakefield, parte del equipo de la Unidad Arqueológica de la Universidad de Cambridge, que descubrió una aldea de finales de la Edad de Bronce extraordinariamente bien conservada y publicó los detalles. “Puede que sea el mejor asentamiento prehistórico que hemos encontrado en Gran Bretaña”, declaró el jueves en una entrevista Mark Knight, director de la excavación que se desarrolló entre 2015 y 2016.

La llamada “Pompeya británica”, de más de 3000 años de antigüedad, se encuentra en la cantera Must Farm en Whittlesey, Cambridgeshire. El asentamiento, formado originalmente por varias grandes casas redondas de madera construidas encima de pilotes, sobre un río de corriente lenta, podría haber albergado entre 50 y 60 personas, precisó la BBC.

Según los análisis de los expertos, la razón por la cual la aldea se conservó tan bien es por un desastre natural. Apenas un año después de su construcción, para el 850 a. C., se incendió por completo, lo que hizo que los edificios y gran parte de su contenido se derrumbaran sobre un río fangoso que “amortiguó los restos chamuscados allí donde cayeron”, explicó la universidad. Así, entre la carbonización por el fuego y el anegamiento, se logró una “conservación excepcional”, dijeron los investigadores.

La “Pompeya Británica” que maravilla a los arqueólogos

Los expertos involucrados en la excavación definieron al sitio como un “nirvana arqueológico”, al que pusieron a la altura de la ciudad de Pompeya, congelada para siempre en el tiempo por la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d. C.

“Quitamos los tejados y dentro estaba prácticamente todo el contenido. Es tan completo y tan coherente”, declaró Knight. Por el incendio, los pobladores de la aldea escaparon rápidamente y dejaron todo atrás. Así, en el lugar todavía se observa hasta una cuchara de madera en un cuenco de avena a medio comer.

“En un sitio típico de la Edad del Bronce, si tienes una casa, probablemente tengas una docena de agujeros para postes en el suelo y son solo sombras oscuras de donde alguna vez estuvo. Si tienes mucha suerte, conseguirás un par de fragmentos de cerámica, tal vez un hoyo con un montón de huesos de animales. Esto fue todo lo contrario de ese proceso. Fue simplemente increíble”, explicó Wakefield, de la Unidad Arqueológica de Cambridge de la Universidad de Cambridge, a CNN.

El asentamiento, que data de ocho siglos antes de la llegada de los romanos a Gran Bretaña, sorprende a los arqueólogos por “lo clara que es la imagen” de la vida a finales de la Edad del Bronce. Entre otras cosas, los hallazgos demostraron que las comunidades llevaban “un modo de vida más sofisticado de lo que podíamos imaginar”, celebró Duncan Wilson, director de Historic England, el organismo público responsable de preservar el entorno histórico de Inglaterra, en un comunicado.

Qué encontraron en la aldea de más de 3000 años

Los investigadores desenterraron 128 artefactos de cerámica (tarros, tazones, tazas y utensilios de cocina) y pudieron deducir que 64 ollas estaban en uso en el momento del incendio. El equipo encontró algunas macetas almacenadas cuidadosamente encajadas. En tanto que los textiles tenían un tacto suave y aterciopelado con costuras y dobladillos prolijos.

Entre los descubrimientos más perturbadores estuvo un cráneo femenino adulto alisado, “tal vez un recuerdo de un ser querido perdido”, según la investigación. De hecho, la excavación no estuvo exenta de sentimientos encontrados: “Mientras excavábamos, teníamos la sensación de estar hurgando en la tragedia de otra persona. No creo que pudiéramos oler el fuego, pero la cantidad de ceniza a nuestro alrededor… Se sentía cerca”, recordó Knight.

Una “cápsula del tiempo” rodeada por el misterio del incendio

El asentamiento de Must Farm le dio lugar a la mayor colección de artefactos cotidianos de la Edad del Bronce jamás descubierta en el Reino Unido, según Historic England, que financió parte el proyecto de excavación de 1,4 millones de dólares.

El organismo público calificó el yacimiento de “cápsula del tiempo”, que incluye casi 200 artefactos de madera, más de 150 artículos de fibra y textil, 128 vasijas de cerámica y más de 90 piezas de metalistería. Algunos objetos se expondrán en el cercano Museo de Peterborough el mes que viene.

Pese a todo lo encontrado, no se pudo determinar qué fue lo que causó el incendio y todavía es un misterio. “Un sitio arqueológico se parece mucho a un rompecabezas. En un sitio típico tienes 10 o 20 piezas de 500″, dijo Wakefield: “Aquí teníamos 250 o 300 piezas y todavía no podíamos tener una idea completa de cómo se produjo este gran incendio”.

Las hipótesis giran en torno a un ataque de “fuerzas externas” -algo que también explicaría por qué los habitantes nunca volvieron a recuperar sus posesiones- o un incendio accidental que se propagó rápidamente por las casas estrechamente enclavadas.

Knight reflexionó que “lo único que quedó fue la gente y lo que llevaban puesto”, porque todo lo demás quedó atrás. Así, en la excavación hay de todo menos restos humanos. “Casi se podía ver y oler su mundo”, dijo: “Lo único que faltaba eran los habitantes”.

“El incendio puede haber sido desastroso para los habitantes, pero es una bendición para los arqueólogos, una instantánea única de la vida en la Edad del Bronce”, opinó al respecto Mike Parker Pearson, profesor de prehistoria británica posterior en el Instituto de Arqueología del University College de Londres, en diálogo con CNN.

 

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