Anabel Pantoja finalmente ha alcanzado uno de sus más grandes anhelos: conocer al Papa Francisco en persona. Después de años de deseos y con la firme convicción de que nada es imposible en «Los Mundos de Anabel», la colaboradora de Telecinco decidió embarcarse en una aventura hacia Roma, al corazón mismo del Vaticano, para hacer realidad su sueño.
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Durante su viaje a Roma, Anabel vivió una anécdota que casi opaca su sueño cuando su bolso fue robado. Sin embargo, con la ayuda de su novio y un camarero, lograron recuperarlo. En un gesto de gratitud, durante su estancia en la Ciudad del Vaticano, Anabel hizo una visita al restaurante del camarero para agradecerle personalmente por su ayuda. Para ella, la generosidad y la bondad de las personas como él son dignas de reconocimiento.
El momento cumbre llegó cuando Anabel finalmente vio al Papa Francisco. Entre la multitud que se congregaba, gritaba su nombre con emoción y fervor. La experiencia de presenciar la devoción de tantas personas reunidas fue abrumadora para ella.
Y cuando el Papa apareció, la emoción se intensificó, comparando la atmósfera con un concierto de su cantante favorita. A pesar de sentir tristeza al ver al Papa envejecido, sus lágrimas reflejaban un profundo respeto y cariño por él, deseándole salud y bienestar.
El momento más memorable para Anabel fue cuando el Papa Francisco la miró. Este instante mágico llenó su corazón de emoción y gratitud. Para ella, esta experiencia trascendió lo personal; fue un momento de conexión espiritual que la hizo sentir más cerca de su familia y de todo aquello en lo que cree con fervor.
