La leyenda urbana es verdad: un restaurante chino al que solo van los chinos es un uno muy bueno y encontrarlos por la ciudad no es tan fácil. Por eso recorrimos la ciudad y te contamos cuáles son los mejores lugares a los que va la colectividad para disfrutar de la auténtica sabiduría milenaria.

La cocina china es popular en todas las latitudes y está presente en cada rincón del planeta: no solo porque data desde hace más de 5.000 AC, no solo porque este año es el Año Del Dragón y que va por el número 4722, sino también por sus sabores únicos y su tradición culinaria que fue acumulando a través de su historia. Hoy te invitamos a descubrir los lugares que más nos gustan donde frecuentan la colectividad china en Argentina a la hora de sus salidas.

Pinchos a la brasa en A fuego lento (Ling Long Ge)

En el corazón del barrio de Abasto encontramos esta propuesta de comida de pinchos a la brasa: con ambientación animada y boxes, ofrece más de 45 opciones entre carnes, mariscos, verduras y otras delicias. La experiencia es única, recomendamos ir en grupo con gente buena onda.

Al llegar, elegí tu propia aventura en el menú bilingüe indicando la cantidad de cada pincho (está escrito en chino y en español, con algunas traducciones simpáticas by Google). El personal coloca ante tu mirada atónica el carbón en el “pincho machine” y te explica como cocinar, como manejar la máquina para regular el fahrenheit de la brasa y el tiempo de cocción.

Entre los pinchos recomendamos la alita de pollo, “tiras de pollo”, cordero, calamar, panceta, bolitas de pescado, salchicha china. Y si quieren hacer un Up Grade a la experiencia, pedir “res de cavalier”, mollejas de pollo, “rejilla de carne” y el “riñón de cordero”. Para los vegan (y los no también), el pincho de pepino, de láminas de papa, de alga kombu, de berenjenas y de tofu. Toda una delicia.

El sistema de bebidas es autoservice y las tomás directamente de la heladera. Además de los pinchos, ofrecen también platos contundentes compartibles como el ramyum coreano (en la carta figura como “Corea Pepinillo Fideos”, traen la olla y cocinan a la vista). Pedir el hongo enoki al ajo y el camarón al ajo con fideos chinos, son dos imperdibles. La data: consultar por los especiales de la casa, platos que ofrecen de sorpresa todos los días. Ling Long Ge: Jean Jaure 318, CABA: abierto todos los días, mediodía y noche.

El arte de compartir: sabores chinos

El nombre en español es tan original e inolvidable como la propuesta que ofrece: con dibujos chinos en las paredes, el salón es amplio, luminoso y las mesas redondas son las más elegidas cuando hay reuniones en grupo o salida con la familia.

En cada mesa hay una olla de hot pot en el centro: conocido también como “fondue china”, esta tradicional comida consiste en cocinar diferentes ingredientes en un caldo caliente para luego saborearlas con todo tipo de condimentos que van desde salsa picante, salsa satay, salsa Lao Gan Ma (una salsa picante super popular en China), salsa de ostra o simplemente, con la salsa de soja. También se le agrega ajo picado, cilantro, maní, etc., la magia, en esta parte, está en la mano de cada comensal.

La ceremonia del hot pot es muy simple

Primero elegir el caldo que más te gusta, sugerimos pedir el “Ying-Yang”, mitad picante, mitad no, también tienen opciones para los veganos a base de tomate y hongos y sopas especiales como el caldo de cordero y el de panza de cerdo y pollo que requiere de encargo previo. Y una vez decidido, ya podemos empezar a pedir los ingredientes para el bacanal que nos espera. El caldo tiene refill infinito.

Para empezar, pedir los básicos: lonjas de carne vacuna, panceta, bondiola, cordero, tofu, verduras, hongos, choclo, algas.

Y ahora el nivel avanzado, ingredientes que aprecian los comensales chinos por la textura y sabor como el aorta, el librillo negro, la tripa, el tendón, la sangre de pato y la sangre de cerdo. Manjares del Oriente que antes solo podía acceder el Emperador. Un must: la pasta de langostino y la hueva de calamar. Simplemente hermosos. Y para un final feliz, los comensales más expertos suelen agregar fideo de batata o de papa casi al final de la comida para que éstos absorban el caldo y queden super sabroso. Sabores chinos: Hipólito Yrigoyen 1122, CABA. Abierto de lunes a sábado, a partir de las 18:30. Mediodía solo con reserva previa.

Para ir en grupo: Rong Cheng

En diagonal al Palacio de Tribunales y a metros del Teatro Colón, se encuentra este restaurante semi oculto, un templo asiático donde frecuentan turistas chinos que luego de recorrer la ciudad por primera vez, buscan sabores de su tierra natal en este lado del planeta. Por ese mismo motivo el lugar se llena de gente que cena temprano y en velocidad máxima, para luego seguir descubriendo el paisaje de la reina del Río de la Plata mientras brillan las estrellas.

Con estética muy cuidada y salón privado, sus amplias mesas redondas invitan a hacer reuniones de familiares y juntada de amigos. La carta en chino es extensa con más de 120 propuestas de la auténtica cocina milenaria, sugieren reservar y avisar con anticipación los platos elegidos para que puedan tener todo preparado y no se demore cuando lleguen los comensales porque, caso contrario, la espera puede ser muy larga. Las bebidas se encuentran en la parte delantera del local y es autoservice. Además de agua, gaseosa, cerveza y vino, cuentan con destilados orientales.

En este lugar también sugerimos ir con su amigo chino: todos los platos están sin traducción y si su amigo chino tampoco sabe de que se trata (porque algunos platos son especialidades regionales de China), pueden elegir a ciegas por número y dejar que el azar asombre a los comensales. Las porciones son abundantes y entre las sugerencias encontramos varios platos de pepinos de mar que valen la pena probar. Los cangrejos al estilo hongkonés son muy solicitados, y tienen una variedad amplia de diferentes pescados enteros preparados de diferentes formas (al vapor, frito, salseado, picante, crocante, etc.). El omelette de ostras también es una perdición. Rong Cheng: Viamonte 1169, CABA. Abierto de lunes a sábado a partir de las 18:30. Mediodía solo con reserva previa.

Empanaditas y ravioles chinos: Shan Dong

Bajo el mismo nombre, el restaurante en sí tiene más de 30 años, varias mudanzas y cambio de dueño. Hoy el lugar se encuentra al mando de familiares de los dueños originales y la comida conserva la misma identidad del primer local que quedaba sobre Av. Estado de Israel casi Yatay.

De reducido espacio, a simple vista parece un barcito de barrio salvo por las dos mesas redondas y los cuadros chinos que están colgados en la pared. Con una cocina semi a la vista porque no tiene puerta, el lugar tiene muy pocas mesas y se llena a diario.

Su éxito se basa en la combinación de buena comida casera, precios populares y de porciones generosas. La especialidad de la casa siempre fueron las empanaditas chinas (que los japoneses le dieron el nombre de gyoza): a la plancha o hervidas (los chinos casi no piden a la plancha, los que saben prefieren hervidas), el plato trae 20 unidades y es compartible. Con 6 opciones, todas muy buenas, pueden elegir según antojo del día. Pedir la “empanada china grande” y acompañar con salsa de soja & picante. No olvidar el tofu frito 4 cubos con pickles, un mar de sensaciones.

Entre los platos fríos, pueden elegir propuestas como la “ensalada de fideos de judías verdes” (recuerde que muchos utilizan internet para traducir y suena raro, pero confíen en nuestras sugerencias), la ensalada de pepinos con ajo, el mondongo de cerdo con ajos y el “Pao Tsai”, pickles de akusay. Una buena opción para compartir son las alitas de pollo frito, vienen 6 unidas y es apto para todo tipo de paladar y edad. Ofrecen también los conocidos chau fan, chau mien (salteados de arroz, de fideo) y otros platos populares de la cocina china. No olvidar pedir la sopa agripicante, el maridaje ideal para los ravioles chinos, una dupla imbatible. Recomendamos llegar temprano. Shan Dong: Vera 468, CABA. Abierto solo de noche a partir de las 19. Domingo am martes, cerrado.

La elegancia de la tradición: Jing Cheng

Uno de los mejores. Su cocina es impecable y si buscan un pollo con almendra o un chop suey de verduras están en el lugar equivocado: acá todo es sabiduría milenaria y cada plato reúne los elementos de la alta cocina china desde la presentación, sabor, y aroma. El lugar funciona casi exclusivamente con la colectividad, y el personal maneja muy poco el idioma español. No tienen menú digital ni en formato papel, las propuestas se solicitan antes y lo envían en chino y por teléfono, y sugieren no caer sin hacer una reserva y sin indicar que platos quieren comer previamente. La mayoría de las opciones vienen en dos tamaños: el normal (que ya es grande, compartible) y el grande (que es para 14-20 personas) y hay comidas que requieren avisar con un mínimo de un día de anticipación ya que lleva tiempo para su preparación o para conseguir la materia prima. Como el pato al estilo hongkonés, la codorniz al sal y pimienta, el pato a la cerveza, entre otras especialidades de la casa.

Todas las mesas son grandes y redondas como las que vemos en las películas asiáticas y el restaurante cuenta con varios salones privados de hasta 20 personas. El espacio es sin cargo pero requiere un mínimo de consumo per cápita, viene equipado con KTV- Karaoke y baño privado, ideal para agasajos y reuniones. El propietario es también el cocinero principal y su habilidad culinaria es asombrosa. Platos imperdibles? Todos, prácticamente todo están muy bien aunque algunas propuestas especiales merecen mención como la “lengua de pato con sal y pimienta” (椒盐鸭舌), la “panceta china” (梅菜扣肉), el “pescado ardilla” (松鼠鱼), la anguila estofada. Una sopa? La de pato, por supuesto, el orgullo de la casa. Muy importante: imprescindible ir con tu amigo chino, pedir de todo, ir en grupo y disfrutar la comida como si fueses un emperador celestial. Jing Cheng: Medrano 472, CABA, solo con reserva previa, abierto a partir de las 19.

BONUS TRACK

Desde China con amor: Juajua Ramen

Inaugurado hace poco, el lugar promete cautivar al público oriental y no oriental: a pasos del Abasto Shopping, es espacioso, coqueto, limpio, familiar. Con una cocina visible donde preparan diferentes platos con sabiduría milenaria, se encuentra al mando la madre de la joven propietaria quien ya tuvo restaurante en China. La comida es muy sabrosa, los precios accesibles y la porción abundante.

Los platos son onda “de comedor chino”, individuales, con arroz o fideos, acompañado con otras delicias en la misma presentación (no son platos para compartir en una mesa redonda, al mejor estilo película china). Muy rico y casero todo, la carta por el momento es todo en chino pero te explican si el comensal no entiende los ideogramas.

Carne salteado sobre arroz, tendón de vaca braseado picante sobre arroz y la tripa gorda crocante sobre arroz, son algunos de nuestros preferidos. Las sopas vienen en porciones individuales y son muy buenas, y recomendamos en especial la de alga y cerdo y la de “red date y longan” con cake de carne (nota: esta es una traducción del nombre en chino de la sopa).

Lo interesante: si bien en su nombre en español es “JuaJua Ramen”, no ofrecen esa propuesta: sucede que el local en chino significa “flor flor casa de pasta”, no es el concepto que tiene el occidente sobre un restaurante especializado en pastas. “Nuestra idea es ofrecer fideo tradicional chino más adelante, solo que todavía no encontramos un palo de amasar q nos guste”, nos dice sonriente la dueña. Esperamos con ansias.

La importancia de tener amigos

En los restaurantes chinos “de verdad”, es muy importante ir en grupo, con amigos. Porque los platos son todos compartibles de cantidades considerables, todo lo contrario a los restaurantes de moda que ofrecen platitos que dicen ser para compartir y que no cubren nuestras necesidades mínimas de antojo. La tradición indica que la comida es para compartir, por eso las mesas redondas, por eso se pide varios platos y todo se acompaña con arroz, para lograr así una alimentación más completa con verduras, carnes, mariscos, cereales.

Al ser todo compartible, el precio por persona de cada salida también baja si aumenta la cantidad de comensales porque un mismo plato puede comer 2, 3, 4 o más personas por el mismo precio. Y si uno hace los números y pide bien, uno puede comer mucho, probando de todo, vivir una experiencia única gastando menos de 10.000 pesos cada uno con bebida incluida.

Y si tienen un amigo chino que frecuenta restaurantes de la comunidad, a lo mejor le puede pasar la data de algunos lugares que solo dejan entrar a orientales. Visitamos un restaurante que nos pidieron no difundir la dirección por el momento porque se quedó con un equipo de cocina muy reducido y no pueden preparar en tiempo y forma los platos si llega mucha gente. Por ahora solo atienden a la colectividad con reserva previa y a los grupos de turistas chinos que visitan Argentina. Allí probamos un pato pekin increíble, uno de los mejores. ¿Quieren saber dónde queda? Ya saben que hacer.

 

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