En el vasto y complejo sistema que conforma nuestro clima global, la circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) juega un papel protagonista, tejiendo el delicado equilibrio que mantiene templadas las costas de Europa y parte de América del Norte. 

Este gigantesco «cinturón transportador» oceánico, que transporta aguas cálidas desde el hemisferio sur hacia el norte, donde liberan calor y se congelan, está ahora bajo la lupa científica debido a signos de debilitamiento que podrían presagiar cambios dramáticos en el clima del hemisferio norte.

 

Un reciente estudio publicado en Science Advances arroja luz sobre este fenómeno, advirtiendo que la AMOC podría estar acercándose a un punto de no retorno, con consecuencias potencialmente desastrosas para el clima global. 

La clave está en la salinidad 

La investigación, liderada por René M. van Westen, postdoctorado en ciencias marinas y atmosféricas en la Universidad de Utrecht, sugiere que el flujo de agua dulce en el Atlántico a la latitud de 34 grados sur podría ser un indicador crucial del inminente colapso de la AMOC.

El mecanismo detrás de la AMOC depende críticamente de la salinidad del agua oceánica. Aguas más salinas tienden a hundirse, un proceso esencial para la «reinicio» de esta corriente. Sin embargo, el incremento de agua dulce debido al cambio climático (derivado del deshielo de los polos y los glaciares, así como de cambios en los patrones de precipitación) está alterando este delicado equilibrio

La investigación destaca que, aproximadamente 25 años antes del colapso de la AMOC, el flujo de agua dulce hacia el Atlántico en este punto crítico alcanza un mínimo.

Aunque los registros actuales de flujo de agua dulce son insuficientes para predecir con exactitud cuándo se alcanzará este punto crítico, la tendencia decreciente observada es motivo de alarma. Los modelos climáticos de última generación empleados por van Westen y su equipo muestran una tendencia negativa prolongada en este flujo de agua dulce, anticipando el colapso de la AMOC con una pérdida estimada del 75% en el transporte de calor de sur a norte.

Impacto profundo

El impacto de un colapso de la AMOC sería profundo y de amplio alcance. En Europa, las temperaturas podrían descender entre 5 y 10 grados Celsius en menos de un siglo, un cambio climático abrupto y severo en comparación con el calentamiento global promedio de aproximadamente 0,2 grados Celsius por década. 

Más allá de las temperaturas, se esperan cambios significativos en los patrones de precipitación a nivel mundial, lo que podría, por ejemplo, alterar las estaciones húmedas y secas en la Amazonia, con impactos ecológicos de gran envergadura.

Este estudio subraya la urgencia de abordar el cambio climático para evitar el debilitamiento adicional de la AMOC. Como señala van Westen, la necesidad de cesar las emisiones globales de gases de efecto invernadero no es solo urgente, sino crítica. 

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