La fotografía de costa es una de esas disciplinas, dentro de la fotografía de paisaje, que hará que pases largas horas pensando en cómo conseguir la toma deseada. Necesitarás que todo esté en su punto exacto; la elección del día, de la hora y de la localización, serán cruciales para obtener el resultado final que tienes en mente.

Para la realización de esta toma, hemos utilizado un objetivo angular dado que buscábamos una imagen y una sensación muy concreta. Gracias a su encuadre bastante abierto, tendremos una toma general y amplia, que contendrá mucha información sobre el entorno.

Asimismo, una sensibilidad de ISO 100 nos ofrece una calidad de imagen muy alta, aunque también hará que necesitemos una mayor velocidad de obturación para que la exposición sea correcta. Tendrás además otro gran beneficio: con estos ajustes, podrás captar cómo el agua del mar recorre la totalidad de las rocas.

Lograrás dinamismo y amplificarás la sensación de la pequeña ola que viene, y avanza lentamente bajo tus pies. Y hablando de olas: es esencial llevar botas de agua altas y pantalones impermeables, para no mojarnos y sentirnos cómodos y preparados. 

Los datos de la toma son ISO 100; f/11; 2 seg; lente 16-35 mm; cámara réflex full frame; trípode

En cuanto a la elección de los parámetros, hemos optado por un diafragma cerrado (f/11) que nos dará más profundidad de campo, mayor superficie enfocada… Y un aumento considerable de la necesidad de una velocidad de obturación lenta.

En este caso, el punto focal se sitúa en el centro, y de ahí nace la perspectiva que crean las rocas con las líneas. Esto es posible gracias a esta formación tan especial de las rocas de la orilla de la playa, con una dirección tan marcada; y nos sirve para contar a través de nuestra imagen cómo es esta parte de la costa, dando una sensación muy orgánica y acentuando así este diseño caprichoso de la naturaleza.

Eso sí, el horizonte lo debemos mantener bien recto y, gracias a la utilización de filtros fotográficos, marcamos los colores del cielo tormentoso. Como la medición se realiza en las rocas, la luz del cielo va a ser más elevada en esa zona. Gracias a un filtro polarizador, un filtro degradado neutro y otro de densidad neutra, conseguiremos maximizar la saturación de los colores, matizar los brillos del agua, compensar la luz del cielo con la luz de las rocas y obtener más tiempo necesario en la velocidad de obturación para la realización de la toma.

Esto siempre nos va a beneficiar en la fotografía de paisaje y, más concretamente, en la fotografía de costa, ya que para conseguir capturar el dinamismo y el movimiento del agua del mar es estrictamente necesario dar tiempo de obturación a la toma.

Te aconsejaríamos, además, que usaras un trípode muy robusto y que te prepares para sujetarlo con gran fuerza cuando venga una ola (aunque esta sea de baja intensidad), porque es básico para que la fotografía no salga movida. Abre bien el trípode y sujétalo fuertemente con las manos. Y no te olvides de comprobar que la zapata que une el equipo con el trípode está bien apretada antes de apretar el disparador.

Por último, dado que los colores de la fotografía son prácticamente una totalidad de tonos de azules, lo más recomendable, en este caso, es enfriar la imagen y dar esa sensación de frío de la costa acentuando estos colores marinos.

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