Las suricatas son animales con un fuerte componente social. Viven en grupos (llamados turbas) de habitualmente diez o quince individuos, aunque pueden alcanzar los cuarenta. Suelen convivir varios núcleos familiares y la crianza de los cachorros -como los que aparecen en la fotografía- es conjunta. También colaboran en la obtención de alimentos y la protección frente a depredadores, para lo cual establecen roles.
Algunas suricatas, por ejemplo, son centinelas: se suben a lugares altos y permanecen atentas a la presencia de posibles amenazas. En caso de detectar alguna, «gritan». De hecho, se las considera grandes comunicadoras. Tienen capacidad de producir vocalizaciones diferentes con los que expresar advertencias, reprimendas, etc.
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