La COVID-19 desafió los sistemas de salud y economías globales, incluida España, que registró en sus primeras cinco olas casi 5 millones de casos, 431.891 hospitalizaciones, 41.138 ingresos en UCIs y 87.080 fallecimientos, retrocediendo el PIB a niveles de 2016.

 

El Informe sobre la Evaluación del desempeño del Sistema Nacional de Salud español frente a la pandemia de COVID-19, presentado este jueves por el Ministerio de Sanidad a las comunidades en el Consejo Interterritorial de Salud, se ha encargado de evaluar el desempeño del Sistema Nacional de Salud (SNS) español durante la pandemia, siguiendo metodologías del ECDC y la OMS, a fin de fortalecer el SNS ante futuras pandemias.

Una nueva pandemia de virus respiratorios de alta gravedad no solo es posible sino probable, a corto o medio plazo

El informe Incluye análisis en 15 dimensiones estructuradas en gestión de crisis, capacidades del sistema, e información y comunicación, basándose en amplia investigación y contribuciones de expertos y ciudadanos. Revela que España debe reforzar su preparación, destacando la falta de reservas de material, sistemas de alerta, recursos diagnósticos y un marco legal adecuado para enfrentar tales crisis.

RECOMENDACIONES CLAVE PARA UN FUTURO INCIERTO

Más que un mero ejercicio de reflexión retrospectiva, este informe ofrece una ventana hacia el futuro, uno donde una pandemia de virus respiratorios no es solo una posibilidad, sino una probabilidad a corto o medio plazo.

Esta perspectiva no solo es alarmante, sino también necesaria. La pandemia de COVID-19 ha sido un desafío sin precedentes, poniendo a prueba los sistemas de salud, la resiliencia económica y la cohesión social. España, como muchos otros países, ha afrontado momentos de crisis aguda, aprendiendo en el camino lecciones valiosas sobre gestión de emergencias, comunicación de riesgos y adaptación social y económica.

Así, el informe no se limita a analizar lo ocurrido; es más ambicioso. Propone una serie de recomendaciones enfocadas en mejorar la preparación y respuesta ante una futura pandemia. Estas recomendaciones se centran en varios ejes cruciales:

Fortalecimiento del sistema de salud: la pandemia ha demostrado la importancia de tener un sistema de salud robusto y flexible. Esto implica una inversión sostenida en infraestructura, personal, y tecnología, así como en la capacidad de adaptación rápida a situaciones cambiantes.

Vigilancia epidemiológica y capacidad de respuesta rápida: una detección temprana y una respuesta ágil son fundamentales. El informe sugiere mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica y la capacidad de realizar acciones coordinadas y rápidas a nivel nacional e internacional.

Cooperación internacional y enfoque global: las pandemias no conocen fronteras. La cooperación internacional en términos de investigación, intercambio de información y recursos es esencial para una respuesta efectiva.

Comunicación clara y transparente: la gestión de la información y la comunicación con el público es un pilar clave. Se necesita transparencia y claridad para mantener la confianza pública y asegurar la adherencia a las medidas sanitarias.

Resiliencia económica y social: las pandemias afectan todos los aspectos de la sociedad. Se recomienda desarrollar estrategias para proteger la economía y el tejido social, especialmente a los más vulnerables, durante las crisis sanitarias.

Educación y concienciación pública: finalmente, es crucial fomentar una cultura de prevención y concienciación sobre los riesgos de pandemias en la sociedad. Esto incluye educación en salud y promoción de hábitos que reduzcan la transmisión de enfermedades.

Dado que una nueva pandemia parece altamente probable, España, y el mundo en general, tienen la oportunidad de aprender de los errores y aciertos del pasado reciente y mirar hacia el futuro no con miedo, sino con un plan claro y la determinación de estar mejor preparados para lo que pueda venir. 

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