Luis Bellot, físico solar del Instituto de Astrofísica de Andalucía, del CSIC, forma parte desde 2009 del equipo científico responsable del diseño del Telescopio Solar Europeo (TSE). El que será el telescopio solar más potente del mundo, cuya construcción tendrá lugar próximamente en el Roque de los Muchachos, en la isla de Palma, permitirá dar respuesta a muchos de los misterios que todavía desconocemos de nuestra estrella, como la acción de los campos magnéticos o las tormentas solares. 

National Geographic: Un Telescopio de estas magnitudes y con unos instrumentos tan sofisticados es algo inédito hasta la fecha. ¿Por qué es tan importante estudiar el Sol?

Luis Bellot: En primer lugar, nos interesa por un interés científico claro: el Sol representa un laboratorio de física incomparable en el que ocurren procesos físicos a escalas temporales y espaciales que no pueden reproducirse en los laboratorios terrestres. El estudio del Sol nos permitirá, por ejemplo, abrir nuevos caminos en campos como la física de plasma, la física atómica o la magnetohidrodinámica.

El segundo motivo es que el Sol es un modelo de estrella. Es el único astro que tenemos más cerca, es el que podemos estudiar con detalle para entender cómo funcionan las demás, incluidas las que están muy lejos y que no podemos conocer con tanto grado de detalle. La última razón es meramente práctica: el Sol es nuestra fuente de energía y de vida, por lo que es importante conocer qué procesos tienen lugar en su interior. Por ejemplo, sabemos que un cuerpo celeste muy dinámico que cambia rápidamente en cuestión de horas. Cuando los campos magnéticos interactúan entre sí liberan grandes cantidades de energía, lo que puede acabar afectándonos.

National Geographic: El Telescopio Solar Europeo nos permitirá acercarnos al Sol como nunca antes se había hecho. ¿Qué partes de nuestra estrella comprenderemos mejor?

LB: El TSE y todos sus instrumentos asociados están diseñados para estudiar los campos magnéticos en las distintas capas de la atmósfera solar. No solo en la fotosfera (la superficie luminosa, la que podemos ver) sino también en las capas superiores, como la cromosfera y la corona. Hasta ahora ha sido imposible observar simultáneamente los campos magnéticos en todas las capas de la atmósfera solar. Algo, sin embargo, muy necesario, pues lo que ocurre en las capas superiores depende de lo que sucede en las inferiores.

El TSE podrá hacerlo por primera vez de forma muy eficiente, algo que representará un avance enorme, puesto que hasta ahora inferimos lo que ocurre en el Sol a través de extrapolaciones. A partir de ahora seremos capaces de medir el campo magnético en distintas capas de la atmósfera solar con una resolución enorme. Estudiaremos regiones tan pequeñas como 20 kilómetros, algo muy útil a la hora de conocer los procesos físicos que ocurren en nuestra estrella. En resumen, el objetivo principal es observar los campos magnéticos y ver cómo interactúan entre sí y con el plasma solar. Todo ello a muy alta resolución.

NG: Cuando se habla de estudiar el Sol siempre se hace referencia a los campos magnéticos ¿Por qué son tan importantes?

LB: El campo magnético explica la mayor parte de los procesos que liberan energía en la atmósfera del Sol. Cuando observamos puntos o estructuras brillantes en la atmósfera, muy probablemente están causadas por campos magnéticos. En la atmósfera solar existen estructuras muy definidas que se producen como consecuencia de estos campos, como pueden ser las manchas solares o las protuberancias solares. Por ello, si queremos entender todas las estructuras magnéticas que vemos en la atmósfera solar necesitaremos caracterizar y medir bien las propiedades de todos los campos magnéticos. Su estudio resulta fundamental para entender todo lo que ocurre en nuestra estrella.

NG: Pero los campos magnéticos también son responsables de las temidas tormentas solares ¿Cuán habituales son estos episodios? ¿Deberíamos preocuparnos?

LB: Las noticias sobre tormentas solares que aparecen en los medios de comunicación normalmente son sensacionalistas. El Sol está produciendo tormentas solares continuamente, sobre todo cuando están en su máximo de actividad. Sin embargo, la mayor parte de estos fenómenos son de baja intensidad. Cuando llegan a la Tierra normalmente generan algunos efectos, como, por ejemplo, auroras o interferencias en las comunicaciones por radio. A veces ocurren tormentas solares más potentes, pero esto ocurre con muy poca frecuencia. Lo que sí que sabemos es que de vez en cuando, cuando el Sol emite partículas, radiación y plasma en la dirección de la Tierra, puede producirse una tormenta geomagnética, aunque en general no tiene consecuencias muy graves. En el caso que acabe desembocando en un fenómeno más extremo, será necesario tomar medidas, como pueden ser proteger los satélites -rotándolos o haciéndolos girar para protegerlos de la radiación solar- o modificar el tráfico aéreo cerca de los polos. Es necesario estar preparados, pero las tormentas solares no son tan peligrosas como nos hacen creer. No son algo que vaya a acabar con la vida en la Tierra ni mucho menos. Si hoy sucediese un episodio como el evento Carrington de 1859 seguramente produciría algún daño, como pueden ser apagones o pérdida de algún satélite, especialmente en países situados en latitudes altas. Serían problemas puntuales, pero en ningún caso provocaría un cataclismo. Actualmente se han tomado medidas para minimizar todos estos efectos, como la construcción de sistemas eléctricos modulares para evitar que una incidencia pueda provocar un apagón generalizado.

NG: Además de tomar medidas es crucial saber cuándo puede ocurrir una tormenta solar ¿Existe alguna manera de predecirlas?

LB: Podemos proteger los satélites, o trasladar a los astronautas a módulos blindados. Eso sí, para tomar estas medidas necesitamos saber cuándo se va a producir un episodio con la mayor antelación posible. No podemos predecir a futuro cuándo va a tener lugar una fulguración o una eyección de masa coronal, pero podemos detectarla en el momento en que tiene lugar en el Sol. A partir de ahí contamos con un corto período de tiempo para reaccionar. En el caso de las fulguraciones, se trata solo de horas, pero cuando hablamos de eyecciones de masa coronal, disponemos de hasta un par de días. Sabemos que es un tiempo insuficiente, pues es necesario tomar medidas muy rápidamente. Lo ideal sería predecir esos eventos antes de que ocurran, y eso es precisamente en lo que estamos trabajando.

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