La ciencia tiene una asignatura pendiente con la salud de la mujer. Se necesitan todavía una enorme cantidad de estudios científicos sobre hechos tan comunes como el dolor menstrual o los cambios fisiológicos que padece el cuerpo de la mujer durante el ciclo hormonal. Pero es complicado solucionar el problema cuando hasta los propios experimentos que se suelen realizar en los institutos de investigación tienen un sesgo que favorece al sexo masculino. La mayoría de los ratones que se emplean en los estudios farmacológicos son machos por su estabilidad hormonal, los ensayos clínicos solían -y desgraciadamente todavía ocurre- reclutar preferentemente a hombres para testar los medicamentos en su primera fase, y esto repercute negativamente en la mujer.

Resulta desolador lo poco que se comprenden algunas enfermedades o trastornos que afectan a millones de mujeres en todo el mundo. Retomando uno de los ejemplos anteriores, todavía se desconocen las causas de por qué a algunas mujeres les produce dolor la menstruación mientras que a otras no. Afortunadamente existen tratamientos que son capaces de mejorar los síntomas y permiten llevar una vida normal. Sin embargo, estas soluciones no son más que parches para un problema que convendría tratar de comprender y solucionar de raíz.

Además, estudiando estos trastornos se podrían encontrar relaciones entre enfermedades y, así prevenir y mejorar la calidad de vida de millones de pacientes en todo el mundo. Por ello se necesitan más estudios en trastornos como la endometriosis, que afecta aproximadamente entre el 10 y el 15% de la población femenina.

¿Por qué se produce la endometriosis?

La endometriosis se caracteriza por un dolor en la zona pélvica y abdominal que normalmente suele venir acompañado de cólicos durante la menstruación. Estos dolores pueden llegar a ser tan intensos que llegan a incapacitar llevar una vida normal durante los peores días. Las causas de la endometriosis son diversas y algunas no tienen una explicación clara, pero todas ocurren por un mecanismo similar: el mal funcionamiento de las células endometriales o su presencia en zonas del cuerpo distintas al útero.

Las células endometriales presentan una característica muy concreta, un ciclo de vida aproximado de 28-30 días dependiente de los ciclos hormonales. Durante su corta vida, la célula madre endometrial reacciona ante la presencia de estrógeno y se divide para formar el tejido que soportaría al embrión. Este tejido se mantiene por la acción de la progesterona y, cuando caen sus niveles, se produce la menstruación. Ahora bien, cuando las células endometriales están presentes en otras áreas del sistema reproductor, como alrededor de los ovarios, o en la vejiga, intestinos u otras órganos, es cuando pueden aparecer los problemas relacionados con la endometriosis. Los síntomas son muy complejos y dependen de cada paciente, por lo que pueden confundirse con otras enfermedades.

Los tratamientos se basan en analgésicos que permiten a la persona soportar los dolores menstruales, terapias hormonales que controlen los ciclos o, en ciertos casos cirugías que eliminen el tejido endometrial. Anteriormente, en los casos más graves se podría plantear realizar una histerectomía con ooforectomía, es decir, extirpar tanto el útero como los ovarios. De esta forma normalmente se cortan los ciclos hormonales actuales y en la mayoría de los casos los síntomas desaparecían. Sin embargo, esta práctica se ha ido descartando con el tiempo según se ha ido comprendiendo mejor el papel de las hormonas en la protección cardiovascular en la mujer.

Pero ¿cómo se relaciona con el cáncer de ovario?

Durante la Sesión Plenaria del Congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica, la doctora Ainhoa Madariaga presentó un estudio preocupante, pero que a la vez sembraba una semilla de esperanza. Tras colaborar con un grupo de ciencia de datos y una plataforma de datos médicos, analizaron los pacientes de más de 300 hospitales en todo el mundo. En total, la impresionante cifra de 128 millones de datos pacientes mujeres pasaron por sus análisis, de las cuales, evaluaron a fondo 1 millón.

La idea era tratar de encontrar si existe una asociación entre la endometriosis y el cáncer de ovario. Es decir, tratarían de analizar los datos para comprender si es más probable que las mujeres que padecen endometriosis acaben desarrollando un cáncer de ovario que la población sin endometriosis. Afortunadamente, según los datos aportados por la American Cancer Society, si se detecta en las primeras etapas tiene un muy buen pronóstico de recuperación, con una esperanza de vida mayor de 5 años en más del 90% de los casos.

Análisis previos, como el realizado por la Dra. Sally Mortlock de la Universidad de Queensland, en Australia, analizaron números más discretos, pero también muy importantes. En un estudio publicado en 2022 fueron capaces de recoger los datos de 15000 mujeres que sufrían endometriosis y 25000 con cáncer de ovario. Tras realizar las pruebas estadísticas pertinentes, llegaron a la conclusión de que aproximadamente 1 de cada 76 mujeres desarrollan cáncer de ovario. Sin embargo, si sufren de endometriosis, este número aumenta a 1 de cada 55 mujeres.

Los resultados de las Dras. Madariaga y Mortlock ponen de manifiesto la necesidad de realizar estudios de asociación entre distintos trastornos y enfermedades, especialmente los que sufren las mujeres.

Una esperanza

Además de tratar de hallar la relación entre la endometriosis y la probabilidad de aparición de un cáncer de ovarios, el estudio de la Dra. Madariaga también trataba de responder a otras preguntas. Entre ellas, si el desarrollo de cáncer de ovario en las mujeres con endometriosis era distinto al de la población general. La respuesta fue una relación muy interesante. Las personas que padecen de endometriosis y cáncer de ovario tienen una supervivencia global mayor que aquellas con cáncer de ovario no asociado a endometriosis. Esto podría deberse a que las personas con endometriosis que desarrollan cáncer tienden a ser diagnosticadas en etapas más tempranas. En el tratamiento del cáncer, la detección temprana es clave, ya que el tumor necesita tiempo para expandirse y colonizar otros tejidos. Por tanto, cuanto antes se aplique un tratamiento, más eficaz será y más posibilidades tendrá el paciente de recuperarse. Es por esto por lo que se necesitan más estudios al respecto.

Establecer la asociación entre endometriosis y cáncer de ovario es el primer paso para comprender los mecanismos moleculares que dan lugar a esta relación.

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