Una nueva y misteriosa enfermedad respiratoria que afecta a los perros se está extendiendo por Estados Unidos desde agosto, causando preocupación entre los veterinarios puesto que aún se desconoce el agente que la provoca. Sus síntomas son parecidos a los de la llamada “tos de las perreras”, pero al contrario que esta, los tratamientos habituales no funcionan.

La enfermedad es altamente contagiosa y los perros afectados desarrollan los síntomas en cuestión de pocos días, pudiendo llegar a verse afectados de neumonía. Por ahora no se han notificado casos fuera de EEUU, pero es difícil asegurarlo puesto que los síntomas son los mismos que los de otras afecciones respiratorias y solo es posible identificar la nueva enfermedad cuando se observa que los tratamientos habituales no funcionan.

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Síntomas y progresión de la enfermedad

Los síntomas de esta enfermedad son una tos fuerte y repetitiva, estornudos, secreción ocular y/o nasal, disminución del apetito y letargia. Estos síntomas suelen intensificarse por la mañana y la noche o después de hacer algún esfuerzo físico, y en algunos casos se ha observado que los animales afectados expulsan por la boca una especie de mucosidad de color blanco.

Dependiendo de la respuesta inmunológica de cada perro, pueden aparecer síntomas de neumonía: en estos casos se observa un aumento del ritmo cardíaco, fiebre prolongada y dificultades para respirar, con un jadeo de tipo asmático. Algunos de estos casos de neumonía progresan muy rápidamente, con perros que caen en un estado grave entre 24 y 36 horas después de la aparición de los primeros síntomas, y unos pocos casos en los que han muerto.

Por ello los veterinarios subrayan la importancia de hacer un diagnóstico temprano, ya que muchos pacientes se recuperan con terapia de oxígeno y fluidos. Sin embargo, al no existir un test para identificar al agente causante de la enfermedad, este diagnóstico se produce por descarte de otras enfermedades con síntomas parecidos, principalmente la conocida como “tos de las perreras”.

La pista más clara es que los perros afectados muestran signos propios de una afección de las vías respiratorias superiores, pero dan negativo en los tests de enfermedades respiratorias comunes. Otro indicador de la enfermedad es que los tratamientos habituales como la doxiciclina, un antibiótico usado para tratar la neumonía, no son efectivos o tienen una eficacia limitada.

Por ello los veterinarios creen que el agente causante de esta enfermedad es seguramente un virus, pero al no saber de cuál se trata no ha sido posible elaborar una vacuna o tratamiento contra él. También podría tratarse de alguna bacteria ya existente que haya desarrollado una resistencia a los antibióticos habituales.

Expansión y prevención de la nueva enfermedad

Los primeros casos de esta enfermedad se notificaron a mediados de agosto en Oregón, en la costa oeste de Estados Unidos. Desde entonces al menos diez estados han reportado casos, con cientos de perros afectados. Los expertos advierten que es difícil hacer un cómputo exacto ya que se desconoce cuál es el agente causante de la enfermedad, por lo que no se ha podido desarrollar un test.

Aun así, los veterinarios quieren lanzar un mensaje de tranquilidad ya que los casos mortales representan una pequeña parte de los conocidos hasta ahora. Además, se trataba de perros que tenían problemas de salud subyacentes, por lo que no está claro cuántas de estas muertes pueden atribuirse directamente a la nueva enfermedad.

Entre las pocas cosas que se conocen con certeza, se sabe que es que es muy contagiosa y que se transmite por vía respiratoria, a través de la saliva o de gotitas en suspensión que los perros expulsan cuando jadean, especialmente en momentos de interacción o en superficies compartidas. Por ello, los veterinarios señalan que es muy importante que los perros que presenten síntomas compatibles con esta enfermedad no estén en contacto con otros animales.

También piden precaución a los tutores que vivan en áreas en las que se hayan reportado casos de enfermedades respiratorias caninas. Aconsejan evitar lugares de gran afluencia, como las exhibiciones caninas y los parques para perros. También sugieren, como medidas de prevención, llevar un recipiente con agua propia durante los paseos para que los animales no beban en lugares de acceso común, y evitar en la medida de lo posible que compartan juguetes u otros objetos.

Aunque no existe un tratamiento específico, subrayan la necesidad de tener las vacunas al día y de realizar chequeos rutinarios, ya que si el perro goza de buena salud su respuesta inmunológica será más eficaz. Esto es especialmente importante en el caso de animales con historial de enfermedades respiratorias o cardíacas, que podían agravar los síntomas. Varias instituciones médicas estadounidenses están investigando la enfermedad en busca de un tratamiento más efectivo o una eventual vacuna.

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