Las almejas gigantes (Tridacna gigas) son los moluscos más grandes de la Tierra: pueden llegar a medir más de un metro y pesar más de 200 kilogramos. En esta fotografía aparece rodeada de coral lechuga (Turbinaria reniformis) y aunque en un juego de proporciones la almeja parece pequeña, nada más lejos de la realidad.

Para lograr sus impresionantes medidas, las almejas gigantes se alimentan de la glucosa y las proteínas que producen las algas que habitan sobre ellas. Es una relación simbiótica (ambos obtienen beneficios) ya que a cambio, las algas consiguen un lugar seguro donde vivir. Su otra fuente nutricional es el plancton que consiguen al filtrar el agua.

En cuanto al coral lechuga, se caracteriza por ser duro: su esqueleto es de carbonato de calcio (muy abundante en la naturaleza, también se encuentra en minerales, rocas… y hasta en las cáscaras de huevo). Tras su muerte, este esqueleto contribuye a la generación de nuevos arrecifes.

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