Un grupo de 93 mujeres subieron el pasado 4 de noviembre a bordo del Usuahia Voyage rumbo a la Antártida; todas ellas son líderes en profesiones STEMM (ciencia, tecnología, ingeniería, medicina y matemáticas, por sus nombres en inglés).

La expedición se organiza dentro del programa internacional Homeward Bound, cuyo objetivo es «crear una red internacional de 10.000 mujeres profesionales procedentes de estas disciplinas, para que colaboren en proyectos de diversos ámbitos científicos y geográficos dando, así, visibilidad a las mujeres en la ciencia para que sean las líderes con capacidad de influencia y decisión en la solución de desafíos como la emergencia climática», según declara Acciona, empresa española que respalda esta iniciativa.

Entre las mujeres seleccionadas hay un total de siete españolas; cuatro han partido ya, mientras que las otras tres lo harán en el Sky Voyage, la embarcación protagonista de la segunda expedición de esta quinta edición del programa. 

Ya han partido Hilde Pérez (ingeniera mecánica), Zaida Ortega (ecóloga), Marga López (bióloga) y Judit Jiménez (bioquímica y genetista); y próximamente lo harán Anna Ferré-Mateu (astrofísica), Gurutzeta Guillera (ingeniera de telecomunicaciones) y Sonia Castañeda (abogada ambiental).

«Las expediciones son el culmen de un programa de un año de duración donde las expedicionarias han logrado mejorar su potencial para liderar la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible, dar testimonio del estado crítico del planeta y colaborar para hacer frente a los retos más acuciantes del mundo: el cambio climático, la limpieza de océanos, la lucha contra las pandemias o las energías alternativas», concluye Acciona.

Testimonios de las participantes

«Vamos a intentar dar todo lo que tenemos dentro para conseguir un planeta mejor», expresa Marga Rivas, una de las españolas del proyecto, mientras espera de pie junto a la embarcación. A su lado, Hilde Pérez, le coge del brazo y añade al discurso de su compañera un eufórico «allá vamos».

«Esto es un sueño que se hace ahora realidad», dice Judit Jiménez, «solo espero conocer a todas y abrazar a un pingüino, ¡pero no puedo!, entonces espero que él me abrace a mí», bromea la científica.

«Este programa presenta la oportunidad de buscar claridad, de buscar la manera en la que puedo generar más impacto en el mundo y de no hacerlo sola, sino que ahora, puedo hacerlo junto a una comunidad de mujeres que estamos comprometidas con la acción climática y crear además, modelos de liderazgo nuevos para cambiar el mundo», sintetiza la costarricense Priscila Chávez.

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