Las temperaturas en la Península Ibérica se encuentran por encima de los valores normales para la época, aun cuando ya ha pasado más de una quincena desde el inicio del otoño.

Si bien es habitual vivir un corto episodio cálido y seco a finales de septiembre -un fenómeno que se conoce popularmente como «veranillo de San Miguel»-, el calor se está alargando y no parece que vaya a dar tregua en los próximos días: según las predicciones de la Aemet, durante la segunda semana de octubre todavía el termómetro marcará máximas por encima de los 24ºC, que podrían llegar hasta 35ºC en varias Comunidades Autónomas.

Tanto las cifras recientemente registradas como las previstas dibujan un escenario sin precedentes en España. En consecuencia, las condiciones meteorológicas actuales pueden agravar la sequía crónica que enfrenta el país e incrementar el riesgo de incendios: algo que ya se ha manifestado con la reactivación del fuego en Tenerife, que ha obligado a evacuar al menos a 3.000 personas.

Pero la situación no solo preocupa a los españoles: los últimos datos del Servicio Copernicus -el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea- indican que este septiembre ha sido el de mayor temperatura a nivel global, y que el 2023 va en camino de ser el año más caluroso desde que existen registros. 

¿A qué se deben las altas temperaturas?

Mientras que septiembre comenzó con una DANA que provocó numerosas inundaciones en el territorio peninsular, octubre lo hace batiendo récords de temperaturas a causa de un anticiclón que, por ahora, no tiene fecha de finalización prevista. Así, el fenómeno se produce por el desplazamiento de una zona de altas presiones que provocan el descenso de aire sobre el suelo, lo cual resulta en la compresión y el calentamiento de ese aire. 

No obstante, a nivel global este episodio anómalo de altas temperaturas se enmarca en un contexto alarmante de cambio climático. Y es que, de acuerdo con Copernicus, durante los nueve primeros meses de 2023, la Tierra ha alcanzado unas cifras de 1,4ºC grados más elevadas que en el período de referencia (1850-1900), lo que nos sitúa cerca del tope de aumento establecido en el Acuerdo de París (2015).

¿Cuándo terminará el calor?

Si bien existen explicaciones claras a estas condiciones meteorológicas, y los sistemas de predicción son cada vez más precisos, es difícil determinar una fecha exacta para la tan ansiada finalización de este episodio al que algunos llaman «veroño». Sin embargo, la Aemet prevé, fuera de la situación actual, un otoño más cálido de lo habitual. 

Según los modelos de predicción estacional, no solo octubre sino el último trimestre completo del año presentará temperaturas más elevadas que en años anteriores (hay entre un 50 y 70 % de probabilidades) y, por otro lado, podrían aumentar las precipitaciones, aunque las probabilidades en este caso son algo más bajas.

Así que con este veranillo, al cual el diminutivo no le hace justicia, y con el frecuente aviso de las agencias meteorológicas sobre la situación alarmante de las temperaturas globales, se prepara el terreno para una COP28 que pondrá sobre la mesa qué está fallando en los esfuerzos para luchar contra el cambio climático, y qué soluciones quedan.

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