¿Notas que tus mascotas están más despistadas a medida que envejecen? ¿Parecen desorientadas, están más irritables, ya no hacen caso de tus instrucciones o les cuesta reconocer a las personas que no ven a menudo? Estos son algunos signos de que tu perro o gato puede estar sufriendo deterioro cognitivo, un proceso equivalente a la demencia senil en los humanos.

Cuando los animales envejecen

Al igual que sucede con muchas personas, los animales también pueden empezar a perder facultades mentales cuando entran en la ancianidad. La edad a la que un animal se considera anciano puede variar según la raza, pero generalmente se define como tales a los perros a partir de 10 años (algo más temprano en razas grandes y más tarde en las pequeñas) y a los gatos a partir de 15 años. Anciano no debe confundirse con senior, término que se aplica al rango de edad en el que las mascotas empiezan a presentar síntomas del envejecimiento, desde aspectos menores como las canas hasta problemas de salud.

Si un animal ha entrado en la ancianidad, cierto grado de deterioro cognitivo es casi inevitable. Esto puede apreciarse en ciertos cambios de comportamiento: veremos que nuestro perro o gato parece más despistado, menos activo y que muestra un grado de independencia menor, buscando más la compañía de las personas o de las otras mascotas de la casa.

En los perros, estos cambios son especialmente detectables cuando salen de casa. Puede que ya no demuestren el mismo entusiasmo por los paseos, que se muestren desorientados en lugares que no conocen, que olviden algunos comandos o que reaccionen con miedo o agresividad a la presencia de perros que no conocen, especialmente si estos invaden su espacio personal.

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¿Cuándo debemos preocuparnos?

Aunque estos cambios de comportamiento forman parte del proceso natural de envejecimiento, hay signos de que nuestra mascota puede estar sufriendo disfunción cognitiva canina o felina, el equivalente a la demencia senil en las personas:

Reacciona de forma temerosa o agresiva con personas y otros perros que no ve a menudo, incluso si les conoce.Se encuentra inquieto cuando no está cerca de personas conocidas, llegando a desarrollar ansiedad por separación.Se muestra agitado o confuso en entornos que no conoce.Su ciclo de sueño es irregular y agitado.Se tropieza o resbala, especialmente al subir y bajar escaleras.

La disfunción cognitiva se produce por una suma de factores, como la pérdida de neuronas y la alteración del riego sanguíneo en el cerebro. Aunque no se puede evitar un cierto grado de deterioro, sí puede prevenirse llevando un estilo de vida en el que nuestra mascota tenga estímulos que mantengan al cerebro “en forma”. Si el animal ya muestra síntomas, se puede reducir su afectación mediante una dieta adecuada y actividades que estimulen la mente: por eso es importante detectar a tiempo los signos del envejecimiento mental.

¿Puede un animal con deterioro cognitivo hacer vida normal?

En general, un perro o gato no llega a un nivel de deterioro cognitivo que le impida hacer su vida con relativa normalidad, aunque habrá que estar más atentos a sus necesidades. Por ejemplo, habría que mantener una regularidad en sus hábitos diarios, como las horas de la comida o del paseo; evitar exponerlo a ambientes bulliciosos o ruidosos; vigilar que no haya lugares donde pueda resbalarse o tropezarse; asegurarse de que beba suficiente agua y que haga sus necesidades cuando salga para que no tenga problemas de incontinencia estando en casa.

Hay que prestar una atención especial al pasear un perro anciano y tenerlo siempre controlado, por dos motivos. El primero es que podría desorientarse y perderse, ya que no solo su memoria sino también sus sentidos merman con la edad. El segundo es que podría meterse en problemas con otros animales o personas incluso si nunca antes le ha sucedido, al sentirse confuso o amenazado.

Prestando atención a sus necesidades y solventando los retos que puedan presentarse, un perro o gato con deterioro cognitivo puede llevar una vida normal y sin grandes problemas. Tu veterinario puede aconsejarte un cambio de dieta o actividades que lo estimulen y le permitan disfrutar de sus años de ancianidad con la mejor calidad de vida.

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