En 2018, investigadores de la NOAA, del Monterey Bay National Marine Sanctuary y de Nautilus Live observaron miles de pulpos anidando en el lecho marino profundo frente a la costa central de California. Este descubrimiento, apodado «Jardín de Pulpos», capturó la curiosidad de millones de personas en todo el mundo, incluidos los científicos del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI). 

 

A partir de entonces, durante los tres años siguientes, los científicos de MBARI utilizaron herramientas de alta tecnología para monitorear el Jardín de Pulpos y aprender por qué este sitio es tan atractivo para estas criaturas

Las conclusiones han sido finalmente publicadas en un estudio en Science Advances

¿POR QUÉ LLEGAN TANTOS PULPOS A ESTE LUGAR?

A lo largo de 14 inmersiones con el vehículo operado remotamente (ROV) Doc Ricketts de MBARI, el equipo de investigación descubrió por qué tantos pulpos perla son atraídos a esta ubicación. 

Al parecer, los pulpos vienen hasta aquí para aparearse y anidar. En este vivero, el calor de los manantiales termales acelera el desarrollo de los huevos de pulpo. Los científicos sostienen que esto es interesante para los pulpos porque un período de incubación más corto aumenta las probabilidades de supervivencia de los recién nacidos. 

Concretamente, la temperatura del agua en el Jardín de Pulpos alcanza casi 11 ºC, significativamente más cálida que la temperatura ambiente de 1,6 ºC a esa profundidad. Los pulpos son ectotermos, animales de sangre fría, y las frías temperaturas de las profundidades marinas ralentizan su metabolismo y la tasa de desarrollo embrionario. 

 

En temperaturas cercanas al punto de congelación del abismo, se esperaba que los huevos de pulpo perla tardaran entre cinco y ocho años, si no más, en eclosionar. Sin embargo, sorprendentemente, los huevos eclosionaron en menos de dos años debido al calor de los manantiales termales, lo que aumentó el metabolismo de las hembras y sus crías, reduciendo el tiempo requerido para la incubación.

En suma, las profundidades oceánicas representan uno de los hábitats más inhóspitos de nuestro planeta, a pesar de lo cual, las criaturas marinas han evolucionado ingeniosamente para adaptarse a condiciones extremadamente frías, oscuridad total y presiones inmensas. La duración prolongada de los periodos de incubación incrementa el riesgo de que los huevos de los pulpos no logren sobrevivir.

Sin embargo, al elegir anidar cerca de fuentes hidrotermales, los pulpos madres proporcionan a sus descendientes una ventaja crucial para su supervivencia.

VIDA Y MUERTE EN EL JARDÍN DE PULPOS

El Jardín de Pulpos se encuentra a 3.200 metros de profundidad, en los alrededores de la base de Davidson Seamount, un volcán submarino extinto al suroeste de Monterey, California. El sitio está lleno de Muusoctopus robustus, una especie apodada por los investigadores de MBARI como el pulpo perla, ya que, desde la distancia, los individuos anidantes parecen perlas opalescentes en el lecho marino.

El gran número de pulpos en un área atrae tanto a depredadores como a carroñeros. Como la mayoría de los cefalópodos, los pulpos perla mueren después de reproducirse. Los pulpos muertos en el Jardín de Pulpos proporcionan un festín para los carroñeros. Una rica comunidad de invertebrados vive junto a las hembras anidantes, beneficiándose sin duda de los huevos no eclosionados, las crías vulnerables o los pulpos adultos que han muerto.

El Jardín de Pulpos está protegidos como parte del Monterey Bay National Marine Sanctuary, pues el cambio climático, la pesca y la minería amenazan su existencia. Proteger los entornos únicos donde se reúnen los animales de las profundidades del océano para alimentarse o reproducirse es fundamental, y la investigación de MBARI está proporcionando la información que los administradores de recursos necesitan para tomar decisiones.

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