El serbio Novak Djokovic sorprendió a todos este domingo en la final en Cincinnati (Estados Unidos) cuando, durante un descanso en el partido que disputaba contra el español Carlos Alcaraz, gritó a su equipo: «¡Creatina!«. Y es que, el tenista estaba pidiendo el famoso aminoácido que responde a ese nombre y que tiene un efecto energético sobre los músculos, ayudando en el rendimiento deportivo.

Y no, Djokovic no ha cometido ningún delito pidiendo esta sustancia, pues se trata de un elemento natural, presente incluso en el propio organismo y cuya administración suplementaria es legal y beneficiosa en caso de ejercicios de alta intensidad. Pero, ¿sabes realmente cómo funciona la creatina y por qué es un elemento tan socorrido en el ámbito del deporte?

¿QUÉ ES LA CREATINA?

La creatina es un aminoácido descubierto en el año 1832. El protagonista de este hallazgo fue el químico francés Michel Eugène Chevreul, quien concluyó que la acumulación de creatina en el organismo está directamente relacionada con el trabajo muscular. Para alcanzar estas conclusiones, el científico analizó el contenido de creatina de músculos de zorros salvajes, comparándolo con el de zorros domésticos, comprobando que los asilvestrados, que vivían de forma más activa, tenían hasta 10 veces más cantidad de creatina en sus músculos que los amaestrados.

Así, la creatina es una sustancia presente en el propio organismo, que llega al cuerpo a través de determinados alimentos, como las carnes rojas, el marisco y ciertos pescados, o que se puede ingerir mediante suplementos alimenticios de creatina artificial. Su objetivo es el de suministrar energía a los músculos, ayudándolos en el desarrollo de actividades deportivas y en los ejercicios de alta intensidad.

Por lo tanto, en el deporte, su uso está indicado para mejorar el rendimiento y aumentar la masa muscular. Sin embargo, también es útil para eliminar y mejorar la aparición de calambres musculares o para reducir la fatiga, e incluso para el tratamiento de la esclerosis múltiple y de la depresión. En su aplicación tópica, tiene usos terapéuticos relacionados con el envejecimiento de la piel.

¿CÓMO SE PRODUCE?

La creatina se sintetiza dentro del cuerpo humano, en el hígado y en el riñón. Desde esos órganos, se transporta en la sangre hasta los músculos, donde se acumula hasta su utilización durante los momentos de ejercicio físico. De hecho, el 95 % de la creatina total del cuerpo se acumula en el músculo esquelético, es decir, el músculo pegado a los huesos y que se controla voluntariamente. Así, los científicos estiman que la cantidad de creatina acumulada en una persona con un peso de 70 kg, es de 120 g.

Pero, ¿ por qué se almacena? Pues bien, la creatina no es consumida por los músculos directamente, por lo que debe guardarse hasta el momento en el que es utilizada, cuando se unirá con el fósforo para crear la fosfocreatina. Pero la clave de este asunto no es ese producto final, sino el proceso por el que se forma, pues para ello es necesario consumir ATP (Adenosín trisofato), un constituyente energético de las células musculares.

Así, al consumirse el ATP, es necesaria su regeneración inmediata, acto que aportará la energía al músculo para la realización de un esfuerzo físico. Por tanto, ese almacén de reserva permite producir niveles altos de ATP de forma rápida, permitiendo al cuerpo responder inmediatamente ante una demanda de energía muscular urgente.

LA CREATINA EN EL DEPORTE

La capacidad para realizar ejercicios de alta intensidad y recuperarse forma rápida es una de las características que hace a la creatina una sustancia muy utilizada entre los deportistas, pues les permite lograr un mejor entrenamiento con un rendimiento óptimo. De hecho, sus beneficiosas propiedades, la seguridad de su ingesta y su carácter natural, la convierten en una sustancia permitida en las competiciones oficiales por el Comité Olímpico Nacional y por la Asociación Nacional de Atletismo Colegiado.

Sin embargo, son los expertos los que deben regular qué dosis es mejor según el tipo de ejercicio físico a realizar, pues no será la misma para ejercicios de fondo, donde la resistencia es muy importante, como para aquellos de corta y alta intensidad, donde la recuperación del músculo jugará un papel muy distinto. En función de ello, las tomas podrían variar desde 25 gramos diarios durante 15 días, hasta 4 o 5 gramos diarios en periodos de 18 meses.

Sin embargo, es probable que sus beneficios no sean iguales para todos los deportistas, pues dependerá de sus niveles iniciales de creatina en el organismo, del metabolismo de cada individuo o de la cantidad ingerida. De ahí la importancia de acudir a los expertos antes de iniciar su consumo. Eso sí, para aprovecharla al máximo, es recomendable no acompañarla de bebidas que contengan cafeína, pues podrían reducir o anular el efecto de la creatina.

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