Cualquier época del año es idónea para realizar fotografías de paisaje en la costa, pero hay varios factores que el fotógrafo debe tener en cuenta a la hora de embarcarse en esta disciplina.

¿CUÁL ES EL EQUIPO BÁSICO PARA ESTE TIPO DE FOTOGRAFÍAS?

Al igual que cualquier rama de la fotografía paisajística, una cámara de formato completo ofrecerá al fotógrafo la mayor calidad posible del archivo, aunque siempre quedará dentro de la elección personal del autor, ya que también influirá en el resultado final del reportaje. También se deberá usar, como norma general, un objetivo angular tipo 24-70 mm, 17-40 mm o incluso algo más extremo como un 14 mm para unas tomas abiertas del entorno. Un trípode estable y una rótula que soporte como mínimo el peso del equipo es un básico. A esto hay que sumarle unas botas de agua, que nos servirán para meternos en la playa con tranquilidad, por lo menos los pies dentro del agua, sin perder comodidad y confort, y un paraguas que protegerá al equipo y al fotógrafo si llueve, algo que puede suceder habitualmente.

Las normas o los consejos se pueden seguir para empezar, pero es elección del fotógrafo dar sus propios pasos para llegar a un estilo fotográfico más personal. Al igual que en la fotografía de paisaje, los parámetros que se podrían utilizar para hacer una fotografía en la costa podrían ser un diafragma cerrado, por ejemplo f/8 o f/11 para obtener profundidad de campo en la imagen; un ISO bajo, como por ejemplo un ISO 100, para tener el menor ruido posible; y con la selección de la velocidad de obturación hay dos opciones, elegir una velocidad lenta, de 1/14 a 2’ o más, para captar el movimiento del agua o, en contraposición, una velocidad rápida, 1/500 por ejemplo, para congelar el acercamiento de las olas. Se obtendrán resultados completamente diferentes que ampliarán el colorido del archivo fotográfico del autor.

Como siempre ocurre en la fotografía, cuando vamos a afrontar un reportaje en exteriores, saber cuál será el clima, si llueve o no, si hará viento, será crucial para decidir qué imágenes se van a realizar. Las horas crepusculares serán las mejores por sus tonos en los colores y por la calidad de la luz, así que será muy normal ser los primeros en las playas o los últimos para conseguir las imágenes deseadas. Cuando se elige una playa por su belleza o características paisajísticas, algo a tener en cuenta es la marea, ya que es posible que esté alta a una hora determinada, cuando el deseo del fotógrafo es que la marea sea baja. Siempre hay que revisarlo antes de ir a la localización.

Es muy importante que el trípode sea robusto y la rotula bien fuerte para que bloquee el equipo a la perfección. Cuando el fotógrafo está al borde del agua, hay que sujetar con fuerza el equipo para evitar que caiga al agua con un golpe de mar. Cuando se regresa al hotel o a casa lo ideal es lavar el trípode con agua dulce para que no queden residuos de sal o de arena y se dañe.

DESARROLLA LA CREATIVIDAD

Cuando utilizamos velocidades de obturación lentas se pueden obtener imágenes realmente sorprendentes. Si hay mucha luz, es posible que no podamos llegar a estas velocidades tan lentas, por lo que se recomienda utilizar filtros. Hay tres que son básicos: el filtro polarizador, para quitar reflejos en el agua y realzar los tonos del cielo y nubes; un filtro degradado neutro, que se utiliza cuando hay mucha diferencia de luz entre el cielo y el mar para compensar la exposición y así medir bien la luz; y un filtro ND, de densidad neutra, que se utiliza para controlar la entrada de luz en el sensor. Con este filtro conseguiríamos reducir la velocidad de obturación en la imagen.

El fotógrafo podrá aumentar su archivo fotográfico de paisaje acercándose a la costa y obteniendo imágenes totalmente diferenciadoras, llenas de color y sentimiento.

TRUCOS

Ir bien equipado con botas y ropa de aguaMirar las mareas como orientaciónSeleccionar una velocidad lenta para captar el movimiento del aguaUn trípode estable será crucialUn día lluvioso ampliará las opciones fotográficas

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