Un avance médico sin precedentes ha tenido lugar en Estados Unidos, donde un equipo clínico del hospital Langone Health, de la Universidad de Nueva York, ha logrado realizar con éxito el trasplante de riñones provenientes de cerdos a un hombre con muerte cerebral que padecía enfermedad renal.

El trasplante se realizó el pasado 14 de julio en un paciente de 57 años fallecido pero cuyo corazón sigue bombeando con asistencia, y los 32 días que lleva funcionando el órgano suponen “el periodo más largo en que un riñón de cerdo modificado genéticamente ha funcionado en un humano”

Estos cerdos habían pasado por una modificación genética diseñada para evitar que el sistema inmunológico del receptor rechazara los nuevos órganos. Siete días después de la operación, los riñones del cerdo demostraron estar en perfecto estado de funcionamiento, siendo capaces de producir orina y procesar la creatinina.

Un informe sobre este hito médico ha sido publicado en JAMA Surgery, donde se destaca el potencial de estos xenotrasplantes (trasplante entre especies distintas) como una posible respuesta a la falta crónica de órganos humanos para trasplante.

La supresión de cuatro genes de cerdo y el añadido de seis genes humanos

Concretamente, en esta intervención, se suprimieron cuatro genes propios del cerdo que anteriormente impedían el éxito de estos trasplantes y se añadieron seis genes humanos que previenen la coagulación y «humanizan» el riñón del cerdo, resultando en un órgano que parece más humano.

Durante la semana de seguimiento post-operatorio, los análisis de sangre y las biopsias corroboraron que el riñón funcionaba adecuadamente. Este avance sugiere que estos riñones porcinos modificados podrían ser la respuesta para aquellos pacientes en diálisis, potencialmente aliviando la carencia de riñones humanos disponibles para trasplante.

Un gran avance en xenotransplantes

Los primeros intentos de xenotrasplante se remontan a principios del siglo XX. En esa época, se intentó trasplantar riñones de animales, como corderos y monos, a humanos. Estos intentos, en su mayoría, no tuvieron éxito debido al rechazo inmediato del órgano.

La década de 1960 fue testigo de varios intentos audaces, siendo el más famoso el trasplante de corazón de un babuino a un bebé en 1984, conocido como «Baby Fae». Aunque el bebé sobrevivió solo 20 días, el caso atrajo una atención significativa y resaltó tanto las posibilidades como los desafíos del xenotrasplante.

Una de las principales barreras del xenotrasplante ha sido el rechazo hiperagudo. Este es un proceso inmediato donde el sistema inmunológico del receptor reconoce rápidamente al órgano extraño y comienza a atacarlo. En las últimas décadas, ha habido un enfoque significativo en superar esta respuesta inmunológica.

Durante la década de 1990 y principios de 2000, los avances en la biología molecular y la genética permitieron la creación de animales genéticamente modificados, principalmente cerdos, que poseen órganos menos propensos al rechazo. Estos animales han sido modificados para eliminar ciertas moléculas que desencadenan el rechazo hiperagudo.

En este caso, al eliminar ciertos genes del cerdo y añadir otros, se logró regular el proceso de rechazo y mantener una función renal óptima.

La creatinina, una sustancia derivada del metabolismo muscular y proteico, es un marcador de la salud renal, y en este estudio, los riñones del cerdo pudieron eliminarla con éxito durante una semana. Además, no hubo evidencia de coagulación sanguínea en los órganos trasplantados, otro indicador positivo. Estos hallazgos preliminares son alentadores para aquellos que aguardan un trasplante de riñón.

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