Al igual que muchos ecosistemas en la mitad occidental de América del Norte, muchos bosques en el Parque Nacional Jasper, en Alberta, Canadá, se benefician de los incendios forestales de baja intensidad que tienen lugar de forma natural.

Los incendios reponen los nutrientes del suelo, evitan que los bosques se vuelvan homogéneos y estimulan el crecimiento de arbustos de bayas que a los osos pardos (Ursus arctos) y otros animales salvajes les encanta comer. 

Sin embargo, a partir de 1913, los administradores de parques han suprimido activamente los incendios forestales. En el parque de 92.000 hectáreas, solo ocho incendios en el siglo XX superaron las 40 hectáreas antes de que los bomberos los extinguieran. Los administradores de tierras en Alberta adoptaron prácticas similares.

Sin fuego, los árboles crecían anormalmente densos y los troncos muertos se acumulaban en el suelo del bosque. A causa de ello, las infestaciones de escarabajos barrieron Alberta en la década de 2010, dejando más de 2,4 millones de hectáreas de árboles en pie sin vida.

A medida que toda esta madera muerta se encuentra con las condiciones más cálidas y secas provocadas por el cambio climático, han estallado incendios forestales anormalmente grandes e intensos. Esta primavera, por ejemplo, el humo de los gigantescos incendios forestales de Alberta se extendió por todo el continente. Y si bien los bosques adaptados al fuego pueden recuperarse de los incendios forestales de baja intensidad, la investigación en las Montañas Rocosas ha demostrado que las plántulas de árboles tienen grandes dificultades para arraigar tras los megaincendios.

En la actualidad, en el Parque Nacional Jasper, como en otras partes del oeste de América del Norte, los administradores forestales están tratando de revertir un siglo de gestión equivocada iniciando quemas controladas y dejando que ardan algunos incendios forestales. 

El paisaje resultante puede verse diferente a las franjas de abetos verdes y pinos a los que muchos visitantes del parque están acostumbrados, pero como muestra esta imagen inquietante de un bosque de abetos quemados, pueden ser igualmente cautivadores.

Fotografía ganadora en la categoría: Landscapes, Waterscapes and Flora del certamen de fotografía de Naturaleza The BigPicture 2023, organizado por la Academia de las Ciencias de California

Facebook Comments