El frailecillo atlántico es un ave marina muy habitual en los mares del norte, aunque se ve con dificultad en las costas de España. Estos ejemplares se consideran en estado vulnerable y aparecen en el listado de especies silvestres en régimen de conservación especial, debido a la contaminación de las aguas y a la sobrepesca de sus recursos. Las poblaciones del norte de Europa han sufrido un gran declive en los últimos veinte años y en España se pueden ver algunos individuos que vienen de estas colonias del norte.

¿cómo se tomÓ esta fotografía?

Es recomendable utilizar un gran teleobjetivo, por ejemplo un 400, 500, 600 u 800 mm, para distanciarse lo máximo posible y situarse a ras de suelo para conseguir una perspectiva muy baja, a la altura de estas aves, ya que andan por el suelo y hacen madrigueras que se conectan por largos pasillos.

Los datos de la toma son:

ISO 640f/2,81/3200 segPrioridad de aperturaTomada con la cámara Sony A1 y el objetivo Sony 400 mm f2.8

Seleccionamos una sensibilidad ISO 640, lo suficientemente baja como para tener mucha calidad en el archivo y, con el modo prioridad de apertura seleccionado, obtener la máxima velocidad para la luz que hay en ese momento.

El día era nublado, con una luz difusa perfecta para obtener los colores vivos con sombras muy suavizadas en el sujeto protagonista de la imagen. Era primavera y el paisaje no podía ser más atractivo: el color rosa de las flores, los verdes de las praderas y los tonos azules del cielo y del mar, que además ayudan a entender cómo es el entorno donde viven en esta época los frailecillos atlánticos.

En este caso, al seleccionar un diafragma f/2.8, lo más abierto posible, se obtiene un desenfoque excepcional con mucha calidad. De esta manera, también se puede fotografiar hasta el atardecer, ya que se mantiene una velocidad de obturación lo suficientemente elevada para no trepidar la imagen, a pesar de que el protagonista se mueve con rapidez en la escena.

En esta fotografía se aplica la regla de la mirada, es decir, dejar aire en la dirección donde el ave está mirando, cosa que produce un descanso visual y consigue descentrar al sujeto principal en la composición.

La compensación a la exposición es de +1/3 para elevarla, pero sin quemar los blancos. La imagen prácticamente no tiene posprocesado, ya que normalmente no se dispone de tiempo para hacerlo, de modo que simplemente se corrigen los niveles básicos, contraste, brillo y saturación.

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