Actualmente como sociedad nos enfrentamos a un vasto número de problemas medioambientales, que abordan desde, por ejemplo, la sobreexplotación y la escasez de agua, hasta el cambio climático y la contaminación de los hábitats naturales que llevan a la pérdida de biodiversidad. Todas estas cuestiones son muy preocupantes, al causar daños inimaginables. La mayoría de la población no es consciente del mal que estamos haciendo a nuestro hogar. Esto debe cambiar y cuanto antes mejor. Es necesario tomar acción.

Según los datos ofrecidos por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en 2022, más del 68% de las poblaciones de especies de vertebrados han desaparecido en los últimos 50 años. Uno se puede llegar a preguntar, ¿por qué ocurre esto? Evidentemente, tiene una causa: la actividad humana. Hay unas 10 millones de especies habitando la Tierra. Parecen muchas, pero entre 15 y 60 mil especies se pierden anualmente por culpa de los seres humanos. Muchos piensan que todas estas especies se extinguen por causas naturales, aunque, claramente, esto no es así. La sobrexplotación de recursos, la contaminación de los mares, la deforestación, etc. suponen la extinción de todos estos seres vivos. Para satisfacer nuestras necesidades, destruimos los hábitats de millones de especies sin pensar en las consecuencias de nuestras acciones.

Hay más de 5.000 especies en peligro de extinción. La mayoría juegan un papel extremadamente importante dentro de sus correspondientes ecosistemas. Poco a poco, estamos acabando con la vida.

A pesar de todos los acuerdos internacionales que se han realizado a lo largo de los años para pasar a un modo de vida más sostenible, los daños no se han reducido. Seguimos explotando nuestro planeta de tal forma que si no se toman acciones de verdad, se generarían daños irreversibles. En los últimos años se ha puesto más énfasis en la sostenibilidad y en educar a la población, pero muchos siguen sin comprender la amplitud del problema y muchos otros, aun sabiéndolo, no ponen de su parte para solucionarlo. Es verdad que a nivel individual no somos capaces de hacer demasiado, pero si todos contribuimos vamos a conseguir un impacto significativo.

Aún estamos a tiempo de salvar nuestro planeta. Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario tomar medidas decisivas a nivel internacional. Ya no basta con reconocer el problema y proponer posibles soluciones a largo plazo. Todas las promesas y medidas sostenibles se tienen que llevar a la práctica en todo el mundo, especialmente en los países más contaminantes como Estados Unidos o China. Al mismo tiempo, es fundamental educar a la población e incentivarlos a colaborar. Algunos consideran que esto ya se hace, pero no es suficiente. Es hora de llevarlo al siguiente nivel.

Deberían haber más centros de reciclaje, más restricciones para las industrias contaminantes y, en general, se debería proporcionar una información fiable y realista de la situación y de lo que se está haciendo para mejorarla. Solo así, poco a poco, podremos reducir el impacto que ejercemos sobre el medio y, con suerte, podremos llegar a salvar el planeta. Es hora de darse cuenta de la gravedad del problema y empezar a cambiar nuestro modo de vida antes de que sea demasiado tarde.

Solo tenemos una Tierra. Es crucial replantearnos las cuestiones de sostenibilidad y empezar a cuidar de verdad nuestro hogar.

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