En las noches, la oscuridad lo cubre todo debido a la ausencia del Sol en la parte visible del cielo. Sin embargo, nunca te has preguntado por qué si no podemos ver el Sol durante la noche, sí es posible ver a la Luna, en ciertas ocasiones, durante el día. Realmente, es algo normal pero que aún así llama la atención por su peculiar singularidad.

Coloquialmente, es un fenómeno que se conoce como Luna de Día y se debe a un popurrí de los ciclos de rotación y traslación, tanto de la Luna como del planeta Tierra. Pero, ¿quieres saber cómo se produce y en qué ocasiones es posible verlo con claridad? Te lo contamos todo a continuación.

A LA LUZ DE LA LUNA

En realidad, la Luna no brilla. Y es que, dejando el romanticismo a un lado, se trata de un fragmento rocoso y metálico que no emite luz propia. Entonces, ¿de dónde viene la luz que irradia? Pues bien, se trata de un efecto producido por el reflejo de la luz solar. 

Ten en cuenta que, las estrellas, aunque sí emiten luz por sí mismas, están mucho más lejos que el Sol. Por lo tanto, es fácil verlas a la noche cuando el Sol se encuentra detrás del planeta, pero no durante el día, debido a que la propia luminosidad del Sol “ahoga” la luz que ellas emiten. Sin embargo, con la Luna no ocurre eso. Durante la noche, es iluminada por el Sol, el cual no es visible, y refleja su brillo en dirección al planeta, creando el efecto de que está brillando por sí sola.

LA LUNA DE DÍA

Pero entonces, ¿por qué es posible verla durante el día? El científico de la NASATim Kallman, utiliza la siguiente analogía para explicarlo: “Imagina que el Sol es como un gran foco eléctrico y, la Luna, un gran espejo. Aunque en ciertas ocasiones no veamos el foco, sí es posible observar la luz reflejada en el espejo”.

Es decir, por la noche no podemos ver el Sol, el foco, porque se encuentra detrás del propio planeta Tierra, pero sí su reflejo en la Luna, el espejo. Sin embargo, en la Luna de Día, se da la situación en la que se observaría tanto el foco, el Sol, como su reflejo, la Luna. Aún así, este fenómeno es solo apreciable cuando se dan unas ciertas condiciones que permiten a ambos convivir durante unos momentos en el cielo.

¿CUANDO ES POSIBLE VER EL FENÓMENO?

Existen únicamente dos ocasiones en las que es posible ver la Luna de Día sobre el cielo diurno. Ambos están relacionados con los momentos de salida o puesta del Sol, que serán los tiempos en los que su convivencia será posible pues, debido a la rotación de la Tierra, la Luna irá quedando en un plano menos visible a medida que el día se aproxime a su “clímax”. 

Así, será posible verla en los días previos a la Luna Llena, y mirando en dirección al este unas horas antes de la puesta de Sol.  Asimismo, los días posteriores a la Luna Llena, también se podrá ver la famosa Luna de Día por las mañanas, orientada hacia la parte occidental del cielo, durante unas horas tras la salida del Sol.

LAS FASES LUNARES

Como consecuencia de ese fenómeno de “foco y el espejo” al que juegan el Sol y el satélite, es posible observar la Luna en diferentes fases a lo largo de todo su ciclo de, aproximadamente, 28 días. Dependiendo de la perspectiva con la que el Sol ilumine a la Luna en cada noche, cada área de su superficie reflejará más o menos luz, dando lugar a las llamadas “fases lunares”.

Así, en las noches donde el Sol se encuentra opuesto a la Luna, la ilumina en todo el área de una de sus caras y se conoce como Luna Llena. Cuando lo hace desde los laterales, tenemos el cuarto menguante o el cuarto creciente, dependiendo del lado de iluminación. Finalmente, cuando la Luna se alinea con el Sol y se encuentra ensombrecida por su resplandor, se habla de Luna Nueva.

Facebook Comments