Este fin de semana, Carlos Alcaraz se alzaba con la victoria en la final de Wimbledon tras cuatro horas de apasionante partido contra el serbio Novak Djokovic. Además de llamar la atención el increíble talento que posee a sus 20 años, los expertos destacan ciertas características que hacen a su juego único e inconfundible frente a otros deportistas.

Así, quizás has oído hablar de que tiene buena derecha, una fascinante potencia de saque, que consigue aportar mucha velocidad a la pelota u otros múltiples comentarios deportivos sobre la torsión de su tronco o la aceleración que logra tras una dejada. Sin embargo, ¿qué significan todos esos términos y por qué son tan decisivos en los triunfos del joven Alcaraz? Te explicamos la ciencia detrás de su gran talento.

ACELERACIÓN DE LA PELOTA

En el golpe de Alcaraz destaca la potencia que logra dar a la pelota con la raqueta. Los expertos afirman que esto se debe a la combinación de tres factores fundamentales: la dirección de golpe, el acto de dar un paso adelante con el golpeo, y el empuje al suelo. 

Quizás la más sencilla de entender sea la primera: Alcaraz golpea la pelota desde abajo hacia arriba. Esto le permite aportar una mayor fuerza y potencia al golpe, pues la raqueta se está desplazando en la misma dirección que en la que saldrá despedida la pelota.  Además, este mismo hecho permite un mayor control sobre la dirección que seguirá una vez golpeada. Se trata del famoso golpe de derecha o drive.

Alcaraz acompaña ese golpe de un paso adelante que le permite darle una fuerza “extraordinaria”. Este paso permite golpear la pelota con toda la fuerza de su cuerpo, la cual cae por inercia. Es decir, al desplazarse hacia delante, consigue añadir una cierta aceleración a su cuerpo, que puede transferir al golpeo y a la bola. Así, la pelota saldrá disparada con una potencia mucho más alta que la que tendría si esa aceleración del cuerpo no se viera involucrada.

Por último, el tenista español consigue adoptar siempre una posición idónea para la recepción de la pelota. Mantener los dos pies en el suelo le permite tener el 50% del peso sobre cada pierna, e impulsarse sobre ellos para golpear. De esta forma, toda la energía empleada en impulsarse se dirige hacia la pelota a la hora de golpearla. Este hecho fue ya enunciado en el siglo XVII por Newton, quien, en sus leyes del movimiento, recogía la ley de acción-reacción, explicando que ante cualquier fuerza ejercida aparecerá otra idéntica, pero en dirección contraria. Por tanto, el suelo empujará al jugador con la misma cantidad de fuerza que el jugador ejerce sobre él.

ROTACIÓN DEL TRONCO

Quizá también te preguntes por qué la rotación del tronco que tanto se destaca del tenista es algo tan importante en el tenis. Pues bien, el motivo principal es la energía que se logra con ese movimiento del cuerpo: con la rotación se obtiene una fuerza de giro que el tenista puede transmitir a la pelota en el momento del impacto. Así, es posible lograr que la mano derecha se aproveche de ello y “corra” más, aumentando la precisión y velocidad del tiro.

Asimismo, es un medio muy útil para evitar lesiones. Esto es debido a que, de jugar de cara a la red, el golpeo se ejecuta con el movimiento de un único brazo, lo que implica un gran sobreesfuerzo de la extremidad: solo esa parte del cuerpo debe generar toda la fuerza que se perdería al no rotar el tronco. Así, a la larga, podría derivar en problemas y lesiones en el hombro, el codo o la muñeca.

USO DE LA DERECHA

Gracias a su destreza con el brazo derecho, Alcaraz es capaz de ejecutar con gran eficiencia la mayoría de sus golpes. Su dominio de la raqueta llama también mucho la atención, pues en cada golpe de derecha consigue ejecutar los mismos pasos: baja la punta para preparar el golpe, la deja dirigirse en dirección al tiro efectuado y terminar el golpe de forma continuada, haciéndola llegar hacia el hombro. Así, el movimiento es siempre continuado sin grandes parones en seco.

Esto lo hace poseer un dominio impecable de la energía elástica. Esta sería la energía almacenada en el músculo como resultado del estiramiento de los tendones y otros componentes elásticos. Así, si el jugador flexiona el brazo e inmediatamente lo estira, creará más energía elástica que si está con el brazo flexionado 3 segundos y entonces lo mueve. En el juego, se traduce en que no debe haber una pausa muy larga entre el movimiento de la raqueta hacia atrás y hacia delante, por lo que es importante que los movimientos sean continuos en los golpes.

LA VELOCIDAD DE ALCARAZ

Finalmente, en Alcaraz destaca tanto su velocidad de movimiento como la de la pelota que golpea. Y es que, todos los aspectos anteriores permiten que sus golpes transfieran una gran potencia a la pelota, llegando esta a alcanzar las impresionantes velocidades de 167 km/h durante el juego, y hasta 200 km/h durante el saque.

Además, el entreno previo del tenista le permite contar con una velocidad de movimiento destacable. En tenis, por velocidad de movimiento se debe hacer referencia a dos conceptos: la frecuencia y la amplitud de las zancadas. La clave aquí está en coordinar a la perfección estos dos términos para hacer la actividad eficiente y evitar que el esfuerzo en los movimientos agote la energía. Es por esto que contar con una buena resistencia aeróbica y anaeróbica que permita al músculo trabajar también en ausencia de oxígeno es algo fundamental. Pero eso parece saberlo ya nuestro tenista español.

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