LA BIODIVERSIDAD ES TODO 

Sara Masi Anton, 3o ESO IES Catalifa, Madrid

Biodiversidad, un término que probablemente todos conozcamos tanto por los medios de comunicación, las redes sociales o por las clases de biología. La biodiversidad se define como la variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente; y aunque no lo percibimos forma parte de nuestra vida diaria, tanto que seríamos incapaces de sobrevivir sin ella.

Para mí la biodiversidad no es solo algo que debamos preservar por el bien de nuestra subsistencia, sino también belleza; algo que transmite paz. Es despertarte cuando todavía está amaneciendo y escuchar a los pájaros anunciando el nuevo día. Es quedarte embelesada por unos arrecifes tan coloridos que te parezca imposible que los estés viendo a través de una pantalla. Por nuestra culpa, la de todos, esta belleza tiene fecha de caducidad.

A mí parecer la solución es clara; los jóvenes. Nosotros somos los que vemos, con impotencia, como mueren ecosistemas y se extinguen especies en una guerra a la que nosotros no nos habíamos alistado. Todo el mundo nos está mirando, esperando nuestro siguiente movimiento y sometiéndonos a la presión de ser los responsables de reparar las consecuencias de sus actos. Pero tienen razón. Nosotros somos el principio del cambio. Ahora mismo nuestro planeta afronta muchos problemas. Hay islas de plástico en los océanos, cientos de montañas destruidas para obtener el aceite que nos mueve pero que a la vez nos mata.

Pero todo tiene remedio, nunca es tarde para hacer lo correcto. En mi opinión hay una solución crucial, que desencadena las demás, la educación. Yo pienso que educar a los más pequeños, educarnos a nosotros los jóvenes; hasta educar a los adultos que han crecido en un entorno de pasividad, con miedo a tomar la iniciativa, es la salida de este círculo vicioso en el que nos hemos adentrado. Educar puede ser complicado, pero a largo plazo nos enseñará a todos la necesidad de la biodiversidad, y también a aplicar soluciones para mantenerla a cada individuo, desde sus casas y sus vidas personales.

También hay que ser persistentes e indagar en soluciones que ya hemos empezado a teorizar. El siglo XXI es el siglo de los plásticos, y son uno de los mayores problemas que debemos afrontar. Hay soluciones que se están estudiando, y hasta implementando en otros países y que podríamos – con la ayuda de nuestro gobierno- implementar para nuestro territorio. Por ejemplo, en India ya se han asfaltado más de veinte mil carreteras con residuos plásticos, que además las hace más resistentes y duraderas. Otros campos, como la arquitectura y la química, también pueden aportarnos soluciones contra la contaminación, como una mezcla de enzimas que devora el plástico o edificios ecológicos que se puedan usar como jardines o huertos verticales.

Los jóvenes somos la esperanza de que el futuro que nos espera puede ser algo más que los restos de lo que fue una vez nuestro querido planeta Tierra y de que, aunando fuerzas, podemos dejar un legado del que nos sintamos orgullosos.

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MANUAL PARA CONVERTIRSE EN ABEJA

Lucía Araque Bourdet, IES Joan Ramon Benaprés, Barcelona

Cuando se plantea la idea de un ser humano metamorfoseándose en abeja, lo más probable es que esta se nos presente como una extravagancia, así como la imagen del hombre admirando al insecto nos parecerá, por descontado, un auténtico disparate.

El asunto es que, a lo largo de la historia, siempre se ha mantenido la firme concepción de la humanidad como forma de vida superior a cualquier otra de su entorno. Erróneas o no, nociones como esta son las que nos han llevado a traducir el propio desarrollo de nuestra especie en un distanciamiento de la naturaleza, el cual, bajo numerosos puntos de vista, resulta un verdadero peligro tanto para la sociedad, como para el conjunto medioambiental. Y sumándome a esta visión, es que hoy decido presentar mi Manual para convertirse en abeja. Porque es toda una realidad que ya no contactamos con el medio natural más que para extraer y explotar sus recursos en beneficio propio. Solo y únicamente para eso. Algo egoísta ¿no? Pero no lo hacen así, las abejas, pues por cada gramo de polen que toman de las flores, lo devuelven con fructuosas actividades polinizadoras, entablando con la naturaleza una relación recíproca, a la que el humano, considero, debería aspirar.

En esto consiste la metamorfosis que propongo. Véase cómo activarla con los siguientes procedimientos:

1. Las antenas. En primer lugar, para transformarnos en abeja, será de vital importancia adquirir unas antenas, las cuales nos permitirán reunir experiencias sensoriales relativas al oído, el tacto y el olfato. Para hacerlas crecer en tu cabeza, permite que crezcan las flores, los árboles y cualquier otra forma de vida y, de no ser posible – pues comprendo las dificultades que supondría parar, por ejemplo, todas las deforestaciones – hazlo con un único límite: el de tus posibilidades.

2. Los colores. Por otro lado, lograr los inequívocos tonos del insecto en cuestión resulta de gran importancia y, con este objetivo, recomiendo presentar atención al vivaz color de las plantas, además de contribuir a que este nunca se convierta en marrón marchitado, como podría suceder con la actual sequía. Combátela. Asimismo, ten en cuenta los colores verde, azul y amarillo cuando llegue el momento de tirar deshechos. España ya es segunda en el ránking de reciclaje de la UE. Vayamos al primero puesto.

3. Los zumbidos La comunicación será otro de los pilares más esenciales y, para emitir tus primeros zumbidos, no convendrá que reproduzcas torpes imitaciones desde tus cuerdas vocales, pues serían intentos en vano. Sin embargo, a través de tu propio idioma, alza tu voz con valentía y habla de biodiversidad a cercanos, conocidos, e incluso a no tan conocidos. Crea grandes enjambres.

4. Las alas. Y en el epílogo de este manual encontramos al gran y definitivo paso que, para completar tu metamorfosis, te dará unas alas. No obstante, esta vez su desarrollo reposa, nunca mejor dicho, sobre las espaldas de cada individuo. Contribuye a tu manera. Yo, lo hago escribiendo este artículo y ahora echo a volar, ¿cómo lo harás tú?

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OSO PANDA, LA EXTINCIÓN DEL GIGANTE ASIATICO

Ibai Chimiela Badiola, Colegio Jesutinas Donostia, Donostia (Guipuzcoa). 

El oso panda, una de las especies más queridas e icónicas del mundo, se encuentra en peligro crítico. Según un estudio reciente, sólo quedan unos 1.800 pandas gigantes en el mundo. Esta cifra es alarmante, ya que representa una disminución del 60 % en las poblaciones de pandas en las últimas tres décadas.

Las razones de la disminución de la población de pandas son diferentes. Una de las principales razones es la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la expansión humana. Los pandas gigantes dependen de la comida en los bosques de bambú, y la destrucción de estos bosques significa que los pandas tienen menos comida y, por lo tanto, menos posibilidades de supervivencia. Además, la caza furtiva y el comercio ilegal de partes de panda también contribuyen a la disminución de la población. L

a extinción de los pandas tendrá un impacto significativo en el ecosistema. Los pandas gigantes juegan un papel importante en la dispersión de semillas de bambú, ayudando a mantener la salud de los bosques de bambú y los hábitats de muchas otras especies. Además, los pandas son una importante atracción turística en China y generan importantes ingresos para la economía local.

Afortunadamente, se están realizando esfuerzos para proteger y conservar las poblaciones de pandas. El gobierno chino ha establecido reservas naturales para proteger el hábitat del panda y ha tomado medidas para combatir la caza furtiva y el comercio ilegal de partes del cuerpo del panda. Además, los esfuerzos internacionales de conservación han ayudado a generar conciencia sobre la importancia de proteger a los pandas gigantes.

Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para garantizar la supervivencia a largo plazo de los pandas. Las comunidades locales, los gobiernos, los científicos y los conservacionistas deben trabajar juntos para ayudar a proteger al panda y su hábitat. Esto incluye proteger y restaurar los bosques de bambú, promover prácticas agrícolas sostenibles y educar al público sobre la importancia de proteger la biodiversidad. En resumen, la disminución de la población de pandas gigantes es una llamada de atención para la conservación de la biodiversidad en todo el mundo. La extinción de los pandas tendrá un impacto significativo en el ecosistema y la economía locales. Proteger y preservar el hábitat del panda, así como combatir la caza furtiva y el comercio ilegal de partes del cuerpo del panda, son vitales para garantizar la supervivencia a largo plazo de esta especie icónica.

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¿Estamos dispuestos a mejorar y a responsabilizarnos para proteger la biodiversidad y asegurarnos un mejor futuro? 

Elena Pérez Martínez, IES Santiago Grisolia, Alicante.

La construcción masiva en las zonas costeras es un tema que ha generado constantes debates y enfrentamientos políticos y sociales a lo largo de estos últimos años. Uno de los lugares más afectados por el impacto de la construcción es el Mediterráneo, concretamente Cala Mosca, situada al sur de la costa alicantina. Dos de los sectores más involucrados son la construcción y la ecología y cada uno de ellos tiene un punto de vista diferente. Mientras que los constructores y arquitectos defienden la expansión urbana para satisfacer la demanda de viviendas y el impulso económico, los ecologistas advierten sobre los riesgos ambientales y los impactos negativos en los ecosistemas costeros.

El caso de Cala Mosca, el último kilómetro virgen de la costa de Orihuela, es uno de los proyectos más polémicos que se ha planteado en Orihuela Costa y se prevé construir unas 2.200 viviendas en el paraíso natural. Construir en Cala Mosca sería un desastre biológico y social ya que, en cuanto a razones medioambientales, se hallan dos especies protegidas y una de ellas, la flor jarilla cabeza de gato, está en peligro de extinción y queda reducida precisamente en Cala Mosca. Hay más especies que han quedado acotadas en este paraíso virgen, así como libélulas, lagartos béticos, erizos terrestres y conejos. También hay flora variada como orquídeas salvajes y lentisco. Por ello, en octubre de 2021 se fundó la asociación “Salvemos Cala Mosca» con el objetivo de frenar los proyectos urbanísticos, medioambientales y sociales para poder proteger este último kilómetro de naturaleza.

Andrea García Merino, la presidenta de esta asociación, afirmaba que el ayuntamiento no les había ofrecido ninguna facilidad para promover sus actividades sino que le había puesto impedimentos a las solicitudes que les habían hecho a lo largo de estos años. Desde el punto de vista de la construcción, se ha estado a la espera de la aprobación para empezar a construir en Cala Mosca y después de unos 15 años tras su paralización y haber cumplido con la adecuación del proyecto, el Consell y el ayuntamiento han aprobado las obras urbanísticas.

Creo que es importante que reflexionemos sobre las razones por las que no deberíamos construir en exceso en las zonas costeras. El desarrollo económico y el progreso son aspectos esenciales en nuestra sociedad, pero también debemos considerar los impactos negativos que la construcción puede tener en el medio ambiente.

Estos problemas están relacionados con el cumplimiento de los ODS. En particular, el ODS relacionado con el problema de Cala Mosca es el ODS15: «Vida de Ecosistemas Terrestres» que busca proteger y restaurar el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, detener la pérdida de la biodiversidad y garantizar la conservación de especies y hábitats. El desacuerdo que sigue habiendo entre la construcción y la ecología continuará provocando conflictos sociales y políticos pero, ¿estamos dispuestos a mejorar y a responsabilizarnos para proteger la biodiversidad y asegurarnos un mejor futuro?

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PROTEJAMOS NUESTRA BIODIVERSIDAD 

María Lanzuela Martínez, 3o ESO, Colegio Sagrada Familia, Madrid.

En nuestro planeta, según un estudio realizado por la Universidad de Hawaii, existen unas 8,7 millones de especies. A esta variedad la denominamos biodiversidad, uno de los mayores tesoros que tenemos, y debemos cuidarla y protegerla; sin embargo, debido a nuestra irresponsabilidad, cada día se extinguen 150 especies animales, según la ONU; y al año se destruyen más de 10 millones de hectáreas de bosque. Si no cambiamos, para 2050 habremos perdido el 10% de especies de animales y plantas. 

¿Por qué se pierde la biodiversidad? En parte por la contaminación acústica, lumínica y del suelo. Las dos primeras producen accidentes de los animales al desorientarse. La última afecta a las plantas. 

La contaminación va ligada con el cambio climático, provocando temperaturas cada vez más extremas y violentas precipitaciones; desplazando a los animales hacia lugares con condiciones similares a su hábitat original. A esto se añade que se producen corrimientos de tierra, disminuyendo el terreno cultivable. 

Otro factor que la afecta es la explotación de animales, mueren unos 3000 por segundo. Unas veces por usarlos en el ocio, otras por el trabajo en campo, por sus pieles etc. Además, la deforestación está destruyendo los  bosques, que es el hábitat de miles de animales. 

Por último, la introducción de especies invasoras tiene un gran impacto en la biodiversidad: transmiten enfermedades, modifican hábitats, depredan especies nativas, compiten contra ellas y frecuentemente no tienen depredadores. 

Debido a esto, resulta obvia la necesidad de frenar esta enorme pérdida, y los jóvenes somos conscientes de ello. No queremos vivir en un planeta sin variedad de especies, nuestro deseo es poder ir a la naturaleza y disfrutar de hermosos paisajes, con todo tipo de plantas y animales. Por eso buscamos soluciones sencillas. Como: 

No molestes a los animales en tus salidas al campo. No toques los nidos  ni los huevos de los pájaros. No hagas fuego en la naturaleza, puedes provocar un incendio forestal. No tires basura, llévatela. No introduzcas especies exóticas ni abandones animales. Recuerda la economía circular: recicla, reutiliza y reduce. No uses demasiados plásticos: para comprar llévate bolsas de tela. No compres muchos productos envasados en bandejas de plástico. Lleva tus recipientes a la tienda para los productos frescos. Intenta plantar árboles o crear un huerto casero. Dona algo de dinero a organizaciones con esta misión. Algunos ejemplos son Greenpeace, World Wildlife Fund (WWF) y Earth Action. Organiza excursiones de limpieza al parque con tus amigos. 

Si contribuyésemos, jóvenes y adultos, y aportásemos nuestro granito de arena, realizando estos consejos en nuestra vida cotidiana, conseguiríamos frenar el avance de este desastre. Probablemente lo que se ha perdido no pueda recuperarse. Pero es de sabios rectificar, y si cada uno se lo toma como un reto personal, la naturaleza nos lo agradecerá y no lo lamentaremos en el futuro. Porque al final, «la tierra no es una herencia de tus padres, es un préstamo a tus hijos».  Proverbio Iberoamericano. 

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