Un estudio reciente publicado en la revista Nature ha desvelado que los eventos consecutivos de La Niña, fenómeno climático que altera los patrones globales de clima, aumentarán en frecuencia debido al calentamiento global. Esta tendencia tiene implicaciones significativas para el clima, los ecosistemas y la agricultura a nivel mundial.
El estudio indica que la frecuencia de los eventos consecutivos de La Niña aumentará entre un 19 ± 11% en un escenario de bajas emisiones hasta un 33 ± 13% en un escenario de altas emisiones. Estos datos se basan en modelos climáticos que utilizan las proyecciones de las emisiones de gases de efecto invernadero del futuro.
EL NIÑO Y LA NIÑA
En el contexto de los fenómenos climáticos, El Niño y La Niña son términos utilizados para describir oscilaciones irregulares de temperatura en la superficie del Océano Pacífico ecuatorial. Estos fenómenos, colectivamente conocidos como El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera, afectando severamente a los patrones climáticos globales, la agricultura y los ecosistemas.
Contrariamente a El Niño, que normalmente tiene una duración de un año, La Niña suele emerger tras el primero y se prolonga por dos años o incluso más. Estos episodios, conocidos como eventos de La Niña de múltiples años, tienen repercusiones más duraderas y acumulativas, incluyendo un incremento de incendios forestales, inundaciones y alteraciones en los patrones de huracanes, ciclones y monzones.
El término El Niño se originó con los pescadores sudamericanos durante el siglo XVII. Estos pescadores observaron que de vez en cuando, especialmente alrededor de la Navidad, las aguas cercanas a la costa se calentaban notablemente. En honor a la celebración de la Natividad, este fenómeno recibió el nombre de El Niño, una referencia al Niño Jesús, parte de la simbología de la festividad navideña.
La Niña, por otro lado, fue identificada posteriormente. Como fenómeno, es esencialmente el contrapunto a El Niño, caracterizado por aguas inusualmente frías en lugar de cálidas. Este contraste llevó a que se bautizara con el nombre de La Niña. Es una manera simbólica de reflejar la polaridad de estos dos fenómenos climáticos: mientras que El Niño trae aguas más cálidas, La Niña las enfría. Ambos eventos, aunque distintos, son parte integral de la variabilidad climática del planeta, ejerciendo un profundo impacto en los patrones del clima global.
UN PREOCUPANTE AUMENTO EN LA FRECUENCIA
Recientemente, científicos procedentes de China, Australia y Estados Unidos han descubierto que se prevé un aumento en la frecuencia de estos eventos de La Niña de múltiples años a causa del calentamiento global.
Según múltiples modelos climáticos recogidos por el Proyecto de Comparación de Modelos Acoplados Fase 6 (CMIP6), los investigadores han identificado un incremento notable en la frecuencia anticipada de eventos de La Niña de múltiples años a lo largo de un periodo de 100 años. Este incremento oscila entre un 19 ± 11% en un escenario de bajas emisiones de gases de efecto invernadero, hasta un 33 ± 13% en un escenario de altas emisiones.
Bajo el calentamiento global, El Niño es generalmente más eficiente para desencadenar La Niña de varios años debido a una interacción tropical-subtropical más eficiente, que resulta esencialmente de un patrón de calentamiento de estado medio del Pacífico.
Además, las anomalías se ven exacerbadas por un calentamiento acelerado en el Pacífico oriental ecuatorial. Los vientos del este, que ahora alcanzan latitudes más al norte, provocan una recarga más lenta de calor en el Pacífico ecuatorial. Esto deja la superficie del océano más fría, favoreciendo la persistencia de las anomalías de temperatura durante el primer año de La Niña. Por consiguiente, se anticipa un aumento en la ocurrencia de eventos de La Niña de múltiples años.
En resumen, este estudio representa un paso importante para entender cómo el calentamiento global influirá en los fenómenos climáticos globales, particularmente en La Niña, y subraya la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar los cambios en estos eventos climáticos que tienen un impacto tan profundo en nuestro mundo.
