Esta imagen tomada por el satélite Sentinel-2 del programa Copernicus de la ESA nos transporta hasta una hermosa formación geológica en forma de corazón en el espectacular paisaje de la sierra sur de Bolivia.

Las tierras altas que forman parte del Altiplano boliviano se extienden durante casi 1.000 kilómetros entre Perú y Bolivia. El paisaje consiste en una serie de cuencas que se encuentran a unos 3.500 metros sobre el nivel del mar conformando el área más extensa de altiplanicie en la Tierra fuera del Tíbet.

Esta zona en particular es una transición entre el desierto, en el oeste, y el bosque tropical, en el este. La formación en forma de corazón ha sido moldeada por varias capas de diferentes formaciones geológicas a lo largo del tiempo. Los numerosos arroyos y ríos visibles también han contribuido a dar forma al paisaje tal como lo vemos hoy.

Sucre, la capital del Departamento de Chuquisaca, es visible en la parte superior de la imagen en gris. Designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la ciudad se encuentra a una altura de 2.800 metros sobre el nivel del mar. A la izquierda de Sucre, se puede encontrar el cráter Maragua, un popular destino de senderismo. 

Los satélites, como el Sentinel-2, nos permiten capturar hermosas imágenes como estas desde el espacio, pero también monitorear lugares cambiantes en la Tierra. Volando a 800 kilómetros de altura, los satélites toman el pulso de nuestro planeta mediante imágenes y mediciones sistemáticas de los cambios que tienen lugar, lo que es especialmente importante en regiones como estas a las que de otro modo sería difícil acceder. Esto permite tomar decisiones informadas para ayudar a proteger nuestro mundo para las generaciones futuras y para todos los ciudadanos que habitan nuestra amada Tierra. 

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