En fotografía, cuando en las imágenes predominan los tonos blancos, con unas sombras muy suaves o prácticamente sin sombras, decimos que están en clave alta.

Está técnica no implica únicamente el uso de una imagen sobreexpuesta, hay muchos factores que llevan al fotógrafo a utilizarla: la luz del momento, las características del entorno, del fondo y del sujeto, así como el revelado en posproducción cobran una gran importancia. Al no tener un control sobre la luz, como pasa cuando se fotografía en un estudio, en fotografía de naturaleza en exteriores, es el momento el que indica cuándo utilizar esta técnica.

ENTORNOS INVERNALES CON NIEVE O NIEBLA

Como norma general, cuando se fotografía en entornos nevados, los fondos son blancos y la luz se refleja en la nieve multiplicando su potencia, por lo que la cámara, por defecto, va a subexponer la medición, lo que resultará en una imagen subexpuesta o gris. Para compensar esta medición, el fotógrafo tendrá que sobrexponer +1 o +2 puntos como mínimo, dependiendo de la toma. De esta forma, se obtendrá una imagen con los blancos muy blancos y no grises. Será una imagen en clave alta, y más si el sujeto principal también es de tonos blancos o claros.

Este mismo efecto se consigue en fotografía de paisaje o arquitectura cuando hay niebla, sobreexponiendo la imagen en sujetos, fondos y entornos blancos o claros para conseguir la deseada clave alta. Obtendremos imágenes luminosas, limpias y claras, donde resaltarán las formas y las figuras.

El color negro también es importante en las fotos con predominancia clara. Servirá de contraste y como el negativo del blanco. Aunque haya algún sujeto de tonos oscuros o negros, o varios, la imagen podrá seguir siendo en clave alta. En la mayoría de las casos el fondo suele ser blanco, ya que se trata de nieve, niebla o el cielo, que al sobrexponer se torna a un blanco total o un azul muy claro. Por supuesto, siempre manteniendo el equilibrio para no “quemar” la foto.

Según la elección del fotógrafo, en muchas ocasiones es recomendable no hacer caso a los avisos de la cámara que nos alertan cuando se está «quemando» una zona de la imagen (cuando se pierde información y detalle de estas zonas blancas), siempre que se quiera llegar a ese efecto. De esta manera no se limitará la creatividad del autor.

Se trata de una técnica con mucha tradición en fotografía de retrato en blanco y negro, pero también en fotografía de arquitectura, alimentación y de producto. Cuando se utiliza en fotografía de paisaje y de fauna, el sujeto principal cobra una gran importancia. Estas imágenes suelen ser muy minimalistas, con mucha claridad y suavidad, y con mucha potencia en el mensaje.

TRUCOS

La exposición de la luz en el momento de realizar la fotografía es vitalSobreexponer +1 o +2 puntos la medición, como mínimo, dependiendo de la luz del entornoMantener el equilibrio con la luz para que quede bien expuesta y no “quemar” ciertas zonasNo todas las imágenes pueden tener este efectoNo limitar la creatividad del fotógrafo con los avisos de medición de la cámara

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