El Aloha Toa, un catamarán que ya había surcado los mares en anteriores ocasiones, zarpó desde La Paz (Baja California Sur, México) tripulado únicamente por Tim Shaddock, de origen australiano, y su perra, Bella, con la intención de llegar a la Polinesia Francesa. Sin embargo, una fuerte tormenta averió la embarcación y dejó al dúo a la deriva durante 90 días. 

El pasado 12 de julio, un helicóptero de la compañía Grupomar sobrevolaba el Océano Pacífico para detectar manchas oscuras que indicasen la presencia de bancos de atún, pero, en cambio, lo que avistó fue algo muy distinto: desde lo alto, los pilotos pudieron ver al hombre, de 54 años, en la cubierta del catamarán realizando señales desesperadas de socorro. Inmediatamente, alertaron al buque pesquero, que se dirigió a la embarcación varada para identificar al náufrago.

Tras asegurarse de que no había peligro, el equipo del buque, liderado por el capitán Óscar Meza, rescató a Shaddock y a su animal y los dirigió a tierra firme; concretamente, al puerto de Manzanillo, en el estado de Colima, al que llegaron el 18 de julio y donde fueron recibidos por representantes de Grupomar y las autoridades mexicanas. 

Allí, se pudo conocer más sobre la historia de Tim y Bella. «Ella es mexicana. Ella es el espíritu del país y no me dejaba ir», explicó Shaddock para los medios, en referencia a la compañía que le ofreció su perra durante los 3 meses de naufragio. El hombre ya contaba con una amplia experiencia en altamar, aunque no se sabe si era la primera vez que sobrevivía a un accidente de estas características: «El cansancio es lo más difícil», destacó. 

¿Cómo sobrevivieron durante 3 meses en el océano?

La historia del aventurero australiano y su perra ha dado la vuelta al mundo, y por eso, varios medios nacionales e internacionales se desplazaron a Manzanillo para cubrir su llegada. Pero la pregunta que suscita más incógnitas es: ¿cómo lograron Tim y Bella superar las amenazas del océano? 

En el momento de su rescate, Shaddock fue hallado en condición de desnutrición, e inmediatamente recibió atención médica, alimentación e hidratación necesaria, según cuenta la compañía. Y es que en la embarcación no había suficientes provisiones para subsistir durante el tiempo que naufragaron. Sin embargo, lo que sí había eran utensilios de pesca que salvaron a Tim y a Bella de morir de hambre.

Ambos se alimentaron de pescado crudo y, durante las noches de lluvia, el hombre se encargaba de almacenar agua para poder hidratarse. De esta forma, lograron permanecer vivos 90 días a 2.000 kilómetros de las costas mexicanas. «Me siento bien. Mucho mejor de lo que estaba antes», contó el rescatado en la rueda de prensa que dio al llegar a Manzanillo. 

Tim Shaddock mostró su pasión por el mar en las primeras declaraciones que ofreció a la prensa: «El bote es mi vida, mi tierra». Y por ello, no duda en que volverá a emprender viajes por vía marítima en un futuro.

Por ahora, el Instituto Nacional de Migración ha regularizado la documentación del hombre, que llevaba vencida desde 2020, para que pueda residir temporalmente en México, aunque su intención es volver a su país natal en los próximos meses para reencontrarse con su familia. 

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