Un suceso violento ocurrido el martes pasado, en Nanterre, una ciudad ubicada en las afueras de París, está propiciando tanto disturbios en las calles como un gran debate sobre la violencia policial en Francia. 

Nahel, un joven de 17 años, estaba al volante de un automóvil deportivo de alquiler cuando dos policías lo señalaron para un control de tráfico. En lugar de obedecer, el joven aceleró en un intento de fuga, y uno de los agentes le disparó, acabando con su vida.

Nahel era hijo único criado por su madre, trabajaba como repartidor de comida y jugaba al rugby. El camino educativo que siguió fue caracterizado como «desordenado». Se inscribió en una universidad en Suresnes, una localidad cercana a su hogar, con el objetivo de adquirir formación como electricista. No tenía antecedentes penales

Nahel había sido objeto de hasta cinco controles policiales desde 2021. Su familia es de origen argelino.

INDIGNACIÓN Y DISTURBIOS 

Este acontecimiento ha provocado un estallido de indignación y disturbios, extendiéndose desde Nanterre hasta el corazón de París. Hasta la fecha, se han incendiado más de 40 vehículos, se han levantado barricadas en varios barrios y se han registrado altercados en edificios institucionales. Las fuerzas de seguridad han detenido al menos a 600 personas y se espera que este número aumente en los próximos días.

Las consecuencias recuerdan a los hechos acaecidos con George Floyd (2020, Estados Unidos), un afroamericano que murió después de que un agente de policía de Minneapolis, Derek Chauvin, se arrodillara sobre su cuello durante más de nueve minutos durante un arresto.

NO ES UN CASO AISLADO

El caso de Nahel no es aislado. La brutalidad policial en Francia ha estado en el punto de mira, especialmente en el contexto de un aumento del uso de armas de fuego por su parte para detener a aquellos que evaden controles de tráfico. En 2022, un total de 13 personas murieron en encuentros con la policía, una cifra récord que preocupa a la sociedad francesa.

Al mismo tiempo, el número de vehículos que eluden los controles policiales ha aumentado en un alarmante 50% en la última década, con un total de 27.000 vehículos registrados en 2022. Los sindicatos policiales advierten de un incidente de evasión cada 20 minutos.

Estos datos plantean una serie de preguntas urgentes: ¿Qué está impulsando este aumento en los comportamientos evasivos y la respuesta violenta de la policía? 

LAS CAUSAS

Algunos factores contribuyentes incluyen la implementación de licencias de conducir por puntos, que ha llevado a más conductores a arriesgarse a conducir con licencias retiradas. Un incremento en los controles de tráfico por alcoholemia y drogas por parte de las autoridades también ha desempeñado un papel. A esto se añade la animadversión generalizada que una parte de la población francesa siente hacia la policía.

Otro factor es la Ley de Seguridad emitida en febrero de 2017 en respuesta a una oleada de ataques terroristas. Esta ley amplió las circunstancias bajo las cuales las fuerzas del orden pueden usar sus armas, lo que, según los investigadores, ha quintuplicado los disparos mortales de la policía contra vehículos en movimiento.

Estas tensiones subyacen en muchas áreas metropolitanas de Francia, donde los jóvenes de determinados orígenes étnicos alegan ser discriminados. Estas zonas sufren una amplia gama de problemas sociales, incluyendo la pobreza, el crimen organizado, el tráfico de drogas y viviendas insalubres. Nanterre, el epicentro de la reciente agitación, es una de estas áreas, situada paradójicamente junto a La Defense, el próspero distrito de negocios de París.

Ante esta crisis, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su gobierno se han movilizado para evitar una mayor escalada de violencia. Macron ha expresado su solidaridad con la familia de Nahel y ha descrito la muerte del joven como «inexplicable» e «inexcusable». Varios miembros del gobierno han denunciado a los participantes en los disturbios como atacantes de los principales símbolos y valores de la República.

En un esfuerzo por controlar la situación, el gobierno ha desplegado una presencia policial significativamente reforzada en las calles, con 40.000 agentes, cuadruplicando la cantidad de la noche anterior.

En suma, este incidente trágico ha dejado claro que es necesario abordar las crecientes tensiones sociales y las desigualdades que marcan a la sociedad francesa. Una situación que tiene visos de continuar empeorando en los próximos años

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