No cabe duda que el uso abusivo del plástico en los envases de los alimentos es algo que preocupa cada vez más a la sociedad y a los expertos. Y no solo por la excesiva utilización de este material químico y no biodegradable, sino por la forma en la que contamina los alimentos y que puede acarrear graves riesgos para la salud humana. En concreto, este 2023, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha revisado el caso del Bisfenol A o BPA, una sustancia utilizada en la fabricación de envases y tapones, publicando resultados realmente preocupantes para todos los consumidores.

Así, con motivo de la celebración este lunes 5 de junio del Día del Medio Ambiente, este año enfocado en conseguir un planeta sin contaminación por plásticos, se vuelve a hacer hincapié en la importancia de ir disminuyendo la cantidad de plásticos utilizados, pues reducir la demanda implicará una disminución de la fabricación. Este año, más que nunca, la ONU recuerda que las consecuencias no son solo perjudiciales para el medio ambiente, sino que afectan, como es el caso del Bisfenol A, directamente a la salud de las personas.

EL BISFENOL A

El Bisfenol A es una sustancia química usada como un revestimiento para la fabricación de ciertas latas metálicas de comida, resinas y tapones de botellas y frascos. Especialmente, está presente en los plásticos de policarbonato, como botellas de agua, platos, baterías de cocina, recipientes “tupper” para guardar alimentos o hervidores de agua eléctricos, Su presencia se asocia también, en menor medida, a plásticos de cloruro de polivinilo, es decir, PVC, y, en mayor, a algunos papeles térmicos.

La EFSA ha actualizado este 2023 sus investigaciones acerca de las propiedades de esta sustancia, confirmando que su ingesta supone un riesgo para la salud de todos los consumidores y en todos los grupos de edad. Y es que, aunque no se consuma un trozo de plástico de forma directa, las moléculas de BPA pueden fácilmente migrar en cantidades variantes a los alimentos y líquidos contenidos en esos envases y en contacto con el plástico, haciendo de su consumo un riesgo.

RIESGOS PARA LA SALUD

Los científicos de la EFSA confirman que los efectos del BPA son nocivos para el sistema inmunológico. El doctor Claude Lambré, presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos, Enzimas y Auxiliares Tecnológicos de la EFSA, declaró que para esta reciente revisión se examinaron más de 800 estudios realizados desde enero de 2013. “Hemos observado un incremento porcentual de un tipo de glóbulo blanco, denominado TH13 en el bazo. Estos desempeñan un papel esencial en nuestros mecanismos inmunitario celulares y un incremento podría dar lugar al desarrollo de inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes”

Además, los expertos alertan de posibles consecuencias también para el sistema reproductivo, el sistema de desarrollo y el sistema metabólico. Es decir, el total de todos los riesgos y daños, más allá del sistema inmune, que el consumo de este plástico puede suponer para la salud es aún desconocido, por lo que los expertos recomiendan revisar de forma periódica la seguridad de los productos, de forma paralela al avance de las investigaciones.

INGESTA DIARIA TOLERABLE

Para estimar cuál sería el límite de bisfenol A que una persona podría consumir sin sufrir daños ni perjuicios en su salud, los científicos de EFSA realizaron en los últimos años diversos estudios sobre las glándulas renales y mamarias de ratones. Consiguieron calcular entonces que el límite más bajo de confianza (BMDL10) era de 8,960 microgramos por kilo de peso corporal al día para los cambios en el peso relativo del riñón. Sin embargo, no fue posible calcular este límite para la glándula mamaria. A este le siguieron estudios en humanos que pudieron verificar las conclusiones obtenidas.

Basados en estos resultados, establecieron entonces un nuevo valor para la ingesta diaria tolerable, reduciéndolo respecto al marcado en el año 2015. Así, siendo en ese año de 4 microgramos por kg de peso, en el último informe de 2023 los expertos recomiendan una ingesta de 0,2 nanogramos por kg de peso. Esto es, un valor 20.000 veces menor que el estipulado en 2015.

REDUCIR LA EXPOSICIÓN

Para reducir el peligro que el BPA supone para la salud, lo más efectivo será tomar ciertas medidas que protejan de sus efectos adversos. Los expertos presentan una serie de consejos o indicaciones a seguir para disminuir las posibilidades de verse afectado por ellos. 

Escoger alimentos y bebidas que, a poder ser, no tengan advertencias de BPA.Escurrir y enjuagar los elementos enlatados con advertencia, especialmente si se trata de frutas o vegetales.Escoger más alimentos frescos y menos enlatados.No calentar alimentos o bebidas en los envases o latas en los que son vendidos.

MEDIDAS LEGALES

Sin embargo, más allá de las medidas de prevención que puedas tomar en tu día a día, existen medidas legales en España que te protegen de los efectos más adversos que esta ingesta pues presentar para tu salud. En concreto, desde el año 2011 está prohibida la utilización del BPA en la fabricación de biberones para la alimentación de lactantes. Y, aunque entró en vigor en 2020, desde 2016 se hablaba de la prohibición de su uso en los papeles térmicos utilizados en tareas de cocina y preparación de alimentos.

Finalmente, en 2018 se estipuló un límite legal de migración para los productos, es decir, una cantidad máxima admisible de componentes de material en contacto con los alimentos transferida a estos. Esa cantidad fue de 0.05 miligramos por kg de alimento, algo no muy alejado de la cantidad recomendada por kg de peso para cada individuo al día.

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