Hay historias con asas difíciles, no sabes por dónde cogerlas. Es el caso que nos ocupa, un episodio surrealista con pasajes incomprensibles y desenlace todavía no escrito. Un capítulo daliniano donde se plasma un fútbol de brocha gorda que era habitual hace décadas y que aún se asoma de vez en cuando a la actualidad deportiva española. Este tipo de relatos conviene empezarlos por el final. Ya está dicho en el titular, lo último que se conoce del asunto es que existe un cuadro pintado por Salvador Dalí (1904-1989) hace 45 años cuya pista se perdió un lustro después y nadie conoce su paradero desde entonces. La obra de arte en cuestión se llama ‘Gol’ y, en aras al rigor, sí deben saber dónde está aquel o aquellos que la tienen en su poder. Todo comenzó en octubre de 1977, cuando un club histórico catalán, la UD Sant Andreu de Barcelona, padecía serios apuros económicos. El equipo militaba en Segunda División B y tras el partido de Liga ante el Badajoz , los jugadores se mostraron dispuestos a iniciar un plante. Acababan de ganar (3-0) en su estadio, que ese día registró una magnifica asistencia de público, y después de celebrarlo en el vestuario esperaban la confirmación de que iban a cobrar una parte importante del millón y medio de pesetas (9.000 euros) correspondientes a fichas, sueldos y primas que les debían desde hacía meses. Sin embargo, Félix Romero , presidente, aguó la esperanza de los futbolistas. Les reconoció la excelente recaudación obtenida ese domingo, 800.000 pesetas (4.800€), pero les informó de que no verían ni un duro. La deuda del club por otros conceptos ajenos a los sueldos ascendía a dos millones de pesetas (12.000€) y el plazo para pagar se agotaba, así que todo lo ingresado aquel día fue destinado a tal fin. Eso sí, les prometió que ellos cobrarían «lo más pronto posible». Salvador Dalí ABC Como no debió ver muy convencidos a sus chicos, el presidente convocó para el día siguiente a los periodistas en la sede del club. A modo de irresistible cebo aseguró que la información que iba a comunicar «daría la vuelta al mundo». Así, el lunes 3 de octubre de 1977 Romero desveló la disponibilidad de Salvador Dalí a donar una obra suya, que sería subastada a beneficio del Sant Andreu. Y detalló que tendría unas dimensiones de «algo más de un metro» y que una sala de arte ya había ofrecido cuatro millones de pesetas (24.000€) como precio mínimo para abrir la subasta. Además, ese mismo lunes, directivos y jugadores acordaron un plan de pagos de lo adeudado: parte en efectivo y parte en letras que avaló personalmente el presidente de la entidad. La doble noticia desactivó la amenaza de plante. A la semana siguiente, concretamente el 11 de octubre de 1977, tuvo lugar en el Museo Dalí de Figueras (Gerona) la presentación del cuadro donado. Titulado ‘Gol’, es una acuarela-oleo de 90×70 centímetros donde, a modo de red de la portería, destacan las barras rojigualdas de la tradicional primera equipación del Sant Andreu. El acto fue presidido por el propio Salvador Dalí y a él acudieron varios directivos del club barcelonés. «No puede recibirles, está desnudo» Para intentar hacerse una idea de la genialidad que habitaba en la figura universal del artista español y calibrar el gesto altruista de la donación de una obra a un modesto club de fútbol es imprescindible acudir a la hemeroteca y leer el ejemplar publicado por el diario deportivo ‘El Mundo Deportivo’ un día después, el 12 de octubre de 1977. Es imperdible la deliciosa entrevista realizada por Ricard Maxenchs. Por las preguntas y, sobre todo, por las respuestas del excepcional Dalí. El periodista y el fotógrafo se presentaron por sorpresa en la casa del pintor en Portlligat, Cadaqués (Gerona). Solicitan ver al «maestro» y les contestan lo siguiente: «No puede recibirles porque está desnudo en el solárium . En este momento se está inspirando». Maxenchs preguntó entonces por Gala, famosa esposa de Dalí, intentando que ella les hiciera de intermediaria. No fue posible. ¿Por qué? Por idéntica razón: «también está desnuda tomando el sol». Como manda el viejo manual periodístico, redactor y cámara hicieron guardia frente a la casa de Dalí. Horas después, a media tarde, vieron recompensada la espera. «Ahora sí tengo un minuto para ustedes. Comprendan que la intimidad es algo cósmico para mí», se justificó el pintor. «Sólo sabía de la existencia del Sant Andreu por oídas. Me vino a ver el presidente y me pidió ayuda. Estudié la situación y decidí echarle una mano», desveló Dalí. En cuanto a la idea del cuadro, realizado en un solo día, dijo que «fue algo cósmico, una chispa universal» . Noticias Relacionadas estandar Si Ciclismo La increíble historia del solomillo más famoso del mundo Ángel Luis Menéndez estandar Si BALONCESTO La policía suiza detuvo a todos los jugadores de España… y casi ganan el Eurobasket Ángel Luis Menéndez Y a partir de ahí, un puñado de respuestas, frases, ideas y disquisiciones salidas de la cabeza de un personaje histórico y único. Salvador Dalí en estado puro: «Soy un maestro, y los maestros sólo transmitimos bondad y genialidad… Dono el cuadro por cariño. A mí la publicidad me sobra, soy Salvador Dalí, aunque no niego que me gusta». «El fútbol me preocupa muy poco. La pintura es el arte de lo cósmico y lo universal. Es… ¡lo sobrenatural! El resto no tiene importancia. Recuerdo que jugué en el equipo de los Maristas, de guardameta. Me compré una gorra, unos pantalones largos y unos guantes, con el objeto de parecerme a Ricardo Zamora , el ídolo de mi niñez. ¡Imagínese, hice hasta ‘zamoranas’! Sin embargo, lo hice muy mal. Lo mío es el arte. ¡Lo cósmico!». «¿Quién es Johan Cruyff? ¿Es algo así como yo en la pintura? Me parece haber oído hablar de él, e incluso recordarlo de alguna fotografía. Quisiera tener la edad de él con el genio de Dalí». Embargo y subastas desiertas Dos días después, dos directivos del Sant Andreu hicieron el paseíllo en el campo municipal de la Avenida de Santa Coloma mostrando el cuadro a los espectadores minutos antes del comienzo del partido que el club rojigualdo disputó frente al Mallorca (1-0). Sin embargo, la alegría y la esperanza duraron poco. Poquísimo. Apenas había dado tiempo de admirar el gesto y la obra de Dalí cuando, el 14 de octubre, se cernió sobre el lienzo la sombra del primer embargo. Pese a las promesas, la plantilla seguía sin cobrar. La cifra que se les debía bordeaba ya los tres millones de pesetas (18.000€), así que nueve jugadores acudieron a Magistratura y presentaron otras tantas demandas contra el Sant Andreu. El presidente les pidió una nueva moratoria –ocho o diez días- aduciendo esta vez que un banco iba a adelantarles dos millones (12.000€) a cuenta de lo que se obtuviera en la subasta prevista del lienzo donado por Dalí. El maestro, por cierto, fue nombrado socio de honor del club en la movida asamblea celebrada aquel 22 de octubre. El adelanto bancario prometido no llegó, así que los futbolistas seguían sin cobrar y Magistratura embargó el cuadro para pagar la deuda. Fue subastado, con un precio de salida de 2,8 millones de pesetas (16.800€), pero nadie pujó por él. En agosto de 1978 el Sant Andreu informó de la recepción en su sede de un telegrama del Museo de Arte Moderno de Nueva York solicitando detalles de ‘Gol’ con la intención, dijeron, de estudiar su posible adquisición. Nunca más se supo de ese presunto interés neoyorquino. El 8 de septiembre de 1978 se celebró una segunda subasta, con un precio de salida un veinticinco por ciento menor que la primera vez, 2,1 millones de pesetas (12.600€). La nueva directiva, recién aterrizada en el club, ya había manifestado en su toma de posesión el deseo de recuperar el cuadro para el patrimonio de la entidad y, sobre todo, la firme intención de no permitir que alguien se hiciera con él a cambio de una cantidad ínfima. Y es que, si esa segunda subasta volvía a quedar desierta, un tercer intento ya se celebraría sin postura base. Es decir, sin precio de salida inicial, lo que dejaría abierta la opción de que algún avispado pudiese adquirir una obra de Salvador Dalí pagando un precio irrisorio. El mal augurio se cumplió y, por segunda vez, no hubo puja alguna. La tercera subasta de ‘Gol’, sin precio de salida, fue fijada para el 20 de septiembre de 1978. No llegó a celebrarse. Media hora antes del comienzo se presentaron en Magistratura varios directivos del Sant Andreu con un talón conformado de 1.111.035 pesetas (6.700€). Automáticamente se levantó el embargo que pesaba sobre el cuadro y se suspendió la subasta. Además de los directivos del club, aquel día acudió a Magistratura Félix Romero. Ya no era presidente, pero seguía siendo la única persona con autorización legal para tomar decisiones sobre el lienzo de Salvador Dalí, según figuraba en el documento de donación que habían firmado en su momento el Sant Andreu y el artista. Por tanto, era Romero quien debía gestionar la oferta de compra del cuadro que, vía telefónica, había hecho llegar días antes al club el cónsul de Paraguay en Tenerife. Los suramericanos, dijeron, estaban dispuestos a pagar seis millones de pesetas (36.000€) para llevarse ‘Gol’ a su país donde, entre otras iniciativas, pretendían emitir una colección de sellos con la imagen del cuadro. Nunca se volvió a saber del cónsul, de los paraguayos ni de la supuesta oferta. Litografías para el Mundial 82 Y del cuadro, poco más se conoce también desde entonces. Apenas una noticia relacionada con la celebración en España del Mundial de fútbol. Así, en 1982 se imprimieron 300 litografías reproduciendo ‘Gol’, firmadas por el propio Dalí y autentificadas mediante acta notarial. Tres de ellas estaban reservadas para el máximo goleador del torneo (el italiano Rossi ), el autor del primer gol (el belga Vanderbegh) y el jugador que marcara el primer tanto de la selección española ( López Ufarte ). Las restantes láminas se vendieron en el Museo Dalí y los beneficios obtenidos se debían repartir entre dicha institución y el Sant Andreu. En julio de 1986 el propio club barcelonés puso en marcha una iniciativa similar. Su situación económica seguía siendo delicada y anunció la venta de 1.000 copias autografiadas por Salvador Dalí del cuadro ‘Gol’. A partir de ahí, los resultados deportivos y su perenne lucha por sobrevivir acaparan la información conocida sobre la UE Sant Andreu. Hasta que en 2004 llegó a la presidencia alguien tan popular como Joan Gaspart . El que fuera máximo dirigente del Fútbol Club Barcelona pilotó la conversión del modesto club catalán en Sociedad Anónima Deportiva, ratificada en 2008 y con él como accionista mayoritario. En la temporada 2009-10 quedó a un paso de su gran objetivo, el ascenso del Sant Andreu al fútbol profesional (Segunda División), y un año más tarde vendió su lote de participaciones al empresario y exdirectivo Manuel Camino . Gaspart abandonó la entidad y, por lo visto, no se fue con la maleta vacía. Camino solo aguantó tres años. Harto de deudas, fundamentalmente con Hacienda y la Seguridad Social , en julio de 2014 vendió su paquete accionarial a la empresa Strategic Business Development XXI Century SL, propiedad de la brasileña Dinorah Santa Ana da Silva , exmujer y representante del futbolista Dani Alves . Apenas aterrizó, la nueva propietaria le exigió a Joan Gaspart que devolviera las cosas que, siendo propiedad del Sant Andreu, se había llevado a su casa: trofeos, condecoraciones, placas, diplomas, galardones… y el cuadro de Dalí. Cartel de Dalí con motivo del 75 aniversario de la fundación del Barcelona, en 1974. abc Manos de artista… y de portero La relación de Salvador Dalí con el fútbol data de sus años jóvenes. Jugó de portero el colegio (Maristas) y varios de sus amigos lo hicieron en el club de su pueblo, la Unión Deportiva Figueres. De hecho, uno de aquellos chavales, Jaume Miravitlles, fue inmortalizado vistiendo los colores del equipo figuerense en un óleo del pintor. Dalí también entabló amistad en Cadaqués con Sagi-Barba y Samitier, reconocidos futbolistas profesionales del FC Barcelona en las primeras décadas del siglo XX. Como artista, y aparte de la donación al Sant Andreu, Salvador Dalí colaboró con una obra en el 75º aniversario de la fundación del Barça, en el año 1974. Y en 1986 pintó ‘Els Atletes Còsmics’ para ilustrar el cartel de inauguración del nuevo estadio de la UE Figueres. El 23 de octubre de 2014, el club publicó un comunicado en el cual confirmaba que Gaspart había devuelto varios objetos. Entre otros, la copa de campeón de Segunda B (temporada 2009-10), el diploma y la Medalla de Oro al Mérito Deportivo del Ayuntamiento de Barcelona (2009), el Premio Centenario de la Asociación Catalana de Dirigentes del Deporte, y las placas otorgadas al club con motivo de su centenario (2009) por el Espanyol, la Damm, la Federación Catalana de Fútbol, la Consejería de Deportes de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Faltaban la Cruz de San Jordi y ‘Gol, la pintura de Dalí . «Gaspart admite tener la Cruz de San Jordi, pero asegura que si no la ha devuelto es porque todavía no la ha encontrado», informó ‘El Periódico’ citando fuentes del Sant Andreu. Por el contrario, el expresidente negó rotundamente tener en su poder el cuadro de Dalí. «Ese cuadro desapareció hace mucho tiempo y creo recordar que fue en un periodo en el que entraron varias veces a robar en las oficinas del club», declaró en 2014 al diario ‘Gol’. La nota de prensa de la UE Sant Andreu finalizaba con una promesa en firme: «No desistiremos en el intento de recuperar activos que son patrimonio del club». Han pasado ocho años y el cuadro de Salvador Dalí continúa en paradero desconocido. Sigue siendo un misterio «cósmico».

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