La llamativa crisis que vive el Sevilla FC dibuja un amplio mapa de responsabilidades. Nadie escapa en Nervión a la caída en picado del equipo. Ni Monchi , por los visibles defectos de su última planificación, ni una directiva encabezada por su presidente, José Castro , y vicepresidente, José María del Nido Carrasco, garantes últimos de todas las decisiones que han llevado al club a una posición deportiva inquietante. Suele decirse que la caprichosa cuerda del fútbol se rompe siempre por su parte más débil, la del entrenador. La premisa se repite una vez más, si bien conviene recalcar que en todo el maremoto sevillista Julen Lopetegui también ha asumido un papel protagonista desde sus reiteradas decisiones erróneas. Su mala gestión de la presión no ha hecho sino agravar los malos resultados y el preparador ha agotado su crédito en el Sánchez-Pizjuán, donde se le busca sustituto. La destitución, salvo giro radical de guion, parece inminente y solo el partido de Champions del miércoles ante el Borussia Dortmund hace dudar a los rectores hispalenses del momento para anunciar el despido. La derrota ante el Atlético (0-2) supuso el mazazo definitivo para la continuidad de Lopetegui, que venía haciendo historia en el club andaluz, con clasificaciones consecutivas para la Champions y un título de la Europa League abrazado en el año de la pandemia. Su exitoso periplo chocó frontalmente con un punto de no retorno en el que entrenador, equipo y club iniciaron una caída libre que nadie logra detener. El inicio de la cuesta abajo La noche de autos se sitúa en el polémico partido de octavos de final de la Copa contra el Betis, el triste derbi del palo de Jordán. El Sevilla FC no quiso continuar el encuentro y Lopetegui , con motivos o sin ellos, no salió bien parado de la cascada de imágenes que circularon por el mosaico de televisiones nacionales. Todo se torció a partir de ahí. Al día siguiente, en la reanudación del choque, el que superó la eliminatoria fue el eterno rival, que para colmo se convirtió a la postre en el campeón del torneo. Los vasos comunicantes escarbaron en la herida. La confianza de los futbolistas en su jefe de vestuario pareció comenzar a desmoronarse partido a partido. Los fríos datos, al menos, resultan demoledores. Desde aquel derbi del 15 de enero, el Sevilla FC sólo ha sido capaz de ganar ocho encuentros en 32 partidos oficiales. Las interminables lesiones y los bajones físicos del equipo en las segundas partes también emborronan el papel del entrenador. Más allá de la defectuosa gestión del grupo en el plano emocional, el fútbol del Sevilla FC no existe desde hace meses. Técnicamente, se le acusa a Lopetegui de entregarse a una posesión infructuosa y a un juego excesivamente horizontal e inofensivo. Eso es justo el camino contrario que el técnico exhibió durante sus primeros años, con un Sevilla FC brillante desde la presión alta y las transiciones rápidas. La nave se hunde también por la aparatosa sangría defensiva. La línea que fue clave para ver el mejor Sevilla FC de Lopetegui no existe y la debilidad atrás asusta. Es cierto que el club vendió en verano a los grandes baluartes de la zaga, Koundé y Diego Carlos , pero la decadencia defensiva comenzó mucho antes, en enero, con el francés y el brasileño aún en el plantel. Noticia Relacionada Fútbol / Entrevista estandar Si José Mari: «El fútbol no espera a nadie, ni a Simeone» José Ignacio Fernández El exjugador de Sevilla y Atlético, hoy con cuerpo de culturista, analiza el presente de su deporte y lo enfrenta al que le tocó vivir: «En mi época, cuando venían mal dadas; aparecía el Frente». Monchi decidió contra todo pronóstico y frente al sentir generalizado de la directiva mantener al preparador guipuzcoano en el banquillo para iniciar la nueva temporada. La decisión, renovada durante el último parón de selecciones, no ha sido acertada. El Sevilla FC se mete en octubre después de conseguir una única victoria (en el campo del Espanyol por 2-3) en sus nueve primeros envites oficiales del curso y a un punto del descenso en la Liga. Lopetegui, con una de las plantillas más envejecidas del campeonato (28,4 años de media), no ha encontrado respuestas ni reacción, llevando a futbolistas como Rakitic, Navas, Papu Gómez, Jordán, Suso o En-Nesyri a su peor versión de juego y rendimiento. El vasco dirigió ayer el entrenamiento con la mira puesta en el duelo del miércoles ante el Borussia Dortmund en Champions. Sigue en su puesto mientras el Sevilla FC no logre cerrar a su sustituto. En las últimas semanas se han tocado en los despachos de Nervión nombres como los de Sampaoli , Pochettino, Marcelino, Rafa Benítez, Bordalás, Javi Gracia y Marcelo Gallardo. El primero es el mejor colocado, un Sampaoli que ya llevó al Sevilla a la Champions en la 2016-2017. Lopetegui ha perdido su crédito.

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