La manera que incide la luz en los volúmenes de los edificios y elementos arquitectónicos son la base de la composición de esta disciplina fotográfica. De esta manera analizaremos la dirección de la luz, los volúmenes, las lineas y puntos de fuga para obtener el mejor resultado final en nuestras imágenes. Como decía Le Corbusier “La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”.

Un trípode estable será nuestro más fiel amigo, junto con un cuerpo de cámara con la mayor resolución posible, un objetivo, ya sea un angular o un tele medio y, si ya nos especializamos mucho, un objetivo descentrable, donde podremos unir varias tomas para obtener una imagen final sin distorsionar las lineas y los ejes.

Como decía Le Corbusier “La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”

Los edificios son objetos estáticos, por lo que en principio, se trata una fotografía pausada y pensada, donde es importante analizar qué hora es la mejor para poner el trípode y esperar el momento preciso. Para ello, estudiar la localización y mira cuál es mejor momento es de vital importancia, lo ideal seria estudiar dos factores. Uno será analizar dónde se encuentra, cómo es el lugar, la iluminación natural que habrá y, por tanto, a qué hora y cómo incide la luz en el elemento principal; y el segundo factor de análisis será saber cuál es la idea del proyecto, de cara a narrar con mayor facilidad cómo es esa obra y qué queremos contar.

Plaza de Castilla de Madrid, con sus dos torres inclinadas.

Mejores fotos al atardecer y al amanecer

En la mayoría de los casos será importante ser bastante madrugadores o trasnochadores, ya que las horas buenas de luz suelen ser las horas crepusculares. De esta manera, en el caso de un edificio, al no tener una luz plana, se diferenciaran los distintos alzados, obteniendo volumen en la imagen. Las luces y las sombras cobran en la fotografía arquitectónica un valor superlativo.

Los conceptos básicos de los elementos narrativos serán los ejes, el eje vertical y el horizonte, serán primordiales en la composición de la imagen. El plano frontal o principal de la imagen y los ejes lo cuales podremos desplazar.

El punto de vista es especialmente clave en la fotografía de arquitectura. Dónde nos colocamos y a qué altura situamos el trípode también es otro dato a estudiar. Las líneas y los puntos de fuga serán de gran análisis para que todo cuadre e indique la dirección de la mirada en la imagen. Además, aportar profundidad a la imagen con la perspectiva y el peso visual será determinante. El punto de fuga, situado en el horizonte, donde se dirigen las líneas de la perspectiva, será un punto de interés que generara impacto visual y depende de dónde lo coloquemos o desplacemos en la imagen lo que generará distintos resultados visuales.

Atardecer en el puente de Manhattan Nueva York donde aparece una persona en el plano para conseguir mostrar la escala de la construcción.

Profundidad de campo

La distancia focal que utilicemos, aunque sea el mismo espacio o edificio, determinará el resultado final. Utilizaremos objetivos gran angular, que nos darán mucha información del lugar y del espacio con mucha profundidad de campo. Pero utilizar un teleobjetivo complementará nuestro reportaje y su narración, aportando detalles constructivos.

Los arquitectos proyectan para las personas, siendo un gran recurso incluir una o varias personas en el encuadre permitirá dotar de escala a la imagen. Si queremos a la persona congelada, utilizaremos una velocidad rápida, de 1/200 de segundo como mínimo. Si queremos trasmitir dinamismo a la vez que mostrar la escala de los edificios, siempre gracias a nuestro inseparable trípode, bajaremos la velocidad de obturación a 1/14 como mínimo, consiguiendo de esta manera que las personas se conviertan en halos en movimiento.

Detalle de la estación Oculus en Nueva York tomada con un teleobjetivo.

Filtros para las horas centrales

Otra opción si fotografiamos en las horas centrales del día es utilizar un filtro ND, filtro de densidad neutra. Con este filtro que no varía los colores, controlaremos la cantidad de luz que entra en la cámara y pondremos la exposición deseada, ya que el filtro oscurece la imagen. Por ejemplo, si queremos fotografiar un edificio o espacio muy turístico sin gente, que entorpecen la composición y solo aportan ruido a la imagen, pondremos un filtro de densidad neutra, la cámara nos va a pedir mucha más velocidad, lo que dará como resultado en la imagen que la gente que está en movimiento no salga y los edificios estáticos sí. Además, al ser una imagen de larga exposición, si hay viento, las nubes saldrán movidas y tendremos un efecto más dramático y cinematográfico. Lo mismo ocurre cuando queremos hacer un edificio con la estela de los coches o barcos pasando, utilizaremos una velocidad de 8 hasta 32 segundos de exposición. En cualquier caso el tiempo de exposición dependerá también de la velocidad de los objetos en movimiento.

Con un filtro polarizador evitará reflejos molestos en cristaleras y saturará los colores.

Otra opción es utilizar un filtro polarizador que, además de quitar reflejos molestos en cristaleras y saturar los colores, obligará a la cámara a trabajar con un punto más de luz, algo idóneo para las estelas de las luces en movimiento.

Skyline de Nueva York.

Profundidad de campo

La arquitectura habla de espacios con planos y volúmenes. Para poder transmitir en fotografías una obra, es esencial controlar la profundidad de campo de la cámara (el espacio o planos enfocados en nuestra imagen). Dependiendo de cada imagen, utilizaremos parámetros con el diafragma muy abierto, un f.2.8, por ejemplo, enfocando un determinado punto o plano de la imagen o un diafragma cerrado, un f.14 o más, para enfocar lo máximo posible.

Algunos edificios y espacios están proyectados y diseñados para un lugar determinado, de modo que la fotografía deberá integrar ese lugar. ¿Qué es del Flat Iron de Nueva York si no incluimos las dos calles que hacen que tenga esa forma triangular icónica de este edificio histórico que le ha hecho tan famoso? O las praderas verdes sobre las que se posa la Villa Saboye. El lugar que circunda los edificios también es un ingrediente más que debemos de incluir en muchas ocasiones en la fotografía de arquitectura.

La regla de los tercios, el color, el ritmo, el juego de geometrías, un patrón que se repite, el equilibrio… todos los recursos que tengamos y la creatividad, nos serán de gran utilidad en nuestras fotografías de arquitectura.

Trucos para la fotografía de arquitectura

  • Busca la mejor luz y la orientación del sitio donde vas a fotografiar
  • Preferentemente trabaja en horas crepusculares
  • Una velocidad de obturación baja añadirá dinamismo gracias a las personas y coches en movimiento
  • Evita la distorsión en los edificios
  • Conserva la escala
  • Un teleobjetivo nos dará la posibilidad de incluir detalles de los edificios y un gran angular nos permitirá situarlo en su entorno.
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