Da igual a quién se pregunte en el entorno de la selección española que convive estos días en la concentración de Las Rozas. La respuesta sobre Borja Iglesias (Santiago de Compostela, 1993) es siempre la misma: «Un tío encantador». El delantero, junto a Nico Williams una de las dos novedades de esta última convocatoria antes del Mundial, ha caído de pie en el grupo de internacionales. Había pocas dudas de ello, en cualquier caso, porque su trayectoria le delata. Cuesta encontrar una mala palabra sobre él, una crítica sobre su desempeño o su carácter, más allá de lo atinado o no que estuviese ante el gol en un momento dado. Ahora le llega una oportunidad única cuando ya roza la treintena, una edad en la que la mayoría no aspira a debutar con su país. Borja es la última apuesta de Luis Enrique para el gol. El seleccionador ha tardado en darle su voto de confianza porque la competencia en el ataque de España es feroz. Pero esta vez el rendimiento del gallego y las ausencias obligadas le han abierto un resquicio que tal vez, quién sabe, le acaben llevando al Mundial. El técnico asturiano conoció bien al delantero durante su etapa como entrenador del Celta. Iglesias estaba en el filial, pero entrenó de forma asidua con el primer equipo durante el último tramo de la temporada. Luego, el técnico recaló en el Barcelona y sus caminos se separaron. Borja continuó en el equipo celeste, alternando el filial con apariciones esporádicas en el primer equipo, hasta que llegó su primera gran eclosión, esos 34 goles que marcó con el Celta B en la temporada 16-17, culminados con la disputa de la fase de ascenso a Segunda. Su rendimiento llamó la atención del Zaragoza, que se lo llevó cedido para convertirlo en su hombre de referencia en el ataque para intentar el asalto a Primera. «Nos costó arrancar, pero luego fue todo rodado. Llegamos a ser terceros y Borja nos aportó muchísimo, tanto dentro como fuera del campo», cuenta a ABC Gaizka Toquero , que compartió ataque con el gallego aquella temporada. «Llegó con muchísimas ganas. Quería demostrar que tenía condiciones para estar en el Zaragoza e incluso más arriba. Se adaptó muy bien, y aparte de los goles que hizo, que fueron muchos, destacó por todo lo que generaba para el equipo». Iglesias terminó el curso con 22 goles, pero el Zaragoza falló en el playoff de ascenso. Pocos días después se consumaba su traspaso al Espanyol. El Celta recibía 10 millones por él. Noticias Relacionadas estandar Si Fútbol Nico Williams: «Soy un chaval muy simple; me vale con un banco, amigos y unas pipas» Javier Asprón estandar Si Fútbol / Selección Española Una selección con suplentes asiduos Javier Asprón En su único año como perico, Iglesias no defrauda. Suma 20 goles, 17 de ellos en Liga, y se convierte en el segundo máximo anotador español de la temporada. «Con él tuvimos una de las mejores temporadas de estos últimos años y alcanzamos Europa», explica a este periódico David López , capitán de aquel equipo, hoy en el Girona. «Vino del Zaragoza sin apenas experiencia en Primera y su adaptación fue muy rápida. Él puso todo de su parte, y con la calidad que tenía resultó todo muy fácil». Solo un año más tarde, el Betis pagó 28 millones por él. Tardó en en encontrar su sitio, pero esta temporada la ha iniciado de forma impecable: seis partidos, seis goles. Sus excompañeros coinciden en que el aspecto del delantero es engañoso. «Parece un jugador de área, un ariete de referencia, pero no», dice David López. «Es capaz de atacar los espacios perfectamente y salir bien de los reducidos. Dentro del área tiene instinto y capacidad de decisión, que al final es lo que vale y lo que cuesta encontrar hoy en Primera». «Entra en juego, participa, pelea, aprieta… En el Zaragoza nos daba mucho. No es el típico delantero que espera a tener su ocasión», coincide Toquero. «Está capacitado para jugar de nueve en la selección, tiene gol y es poderoso físicamente» Gaizka Toquero Excompañero en el Zaragoza A dos meses del Mundial, la línea que ofrece más dudas a Luis Enrique es la delantera. Es, también, la zona del campo donde le gusta tener más variantes. «Si acabó llevando 26 jugadores a Catar será para meter algún delantero más», aseguraba el otro día. Rodrigo, Gerard Moreno, Abel Ruiz o Raúl de Tomás han sido algunas de las opciones que se han probado últimamente para acompañar al indiscutible, ese sí, Álvaro Morata. Ahora se examina a Borja. «Está capacitado para jugar de nueve en la selección», decía de él Luis Enrique la semana pasada. «Tiene nivel para asociarse, tiene gol y es muy poderoso físicamente. Me gusta hasta su estilo, siempre sonriendo en el campo», concluía, haciendo referencia de nuevo a ese carácter tan especial, un detalle que el delantero destacó ayer en su comparecencia ante los medios: «Intento divertirme en el terreno de juego, y agradezco al míster que lo diga, porque en algunos momentos de mi carrera ha habido gente a la que no le ha gustado, porque pensaba que no me tomaba en serio lo que estaba haciendo. Pero para mí es al revés. Intento aprovechar que soy un afortunado. Qué menos que disfrutarlo. En líneas generales soy feliz y lo intento demostrar». «Como persona es un diez. Humilde, trabajador, abierto. Es muy fácil hacer grupo con él», termina David López. Igual opina Toquero, para quien el estilo de su excompañero encaja perfectamente en la selección. «Los grandes futbolistas tienen que estar en la selección, y para mí Borja lo es. Es un perfil diferente, pero ahí está el beneficio. Tampoco Villa, Torres o Llorente eran el mismo tipo de delantero y lo ganamos todo con ellos». «Como persona es un diez. Humilde, trabajador y abierto. Es muy fácil hacer grupo con él» David López Excompañero en el Espanyol Fanático del rap, en especial del maño Kase.O, Borja Iglesias no duda en recorrer los kilómetros que hagan falta para acudir a un determinado concierto. También es fácil verle en galerías de arte mientras que su lado más social lo explota pintándose las uñas de negro contra el racismo y la homofobia.

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