Un animal de 50, 100, 200 o 2.000 kilogramos de peso sobre uno o varios frágiles huevos. Esta imagen no puede si no hacernos preguntarnos cómo era posible que los dinosaurios incubaran sus huevos sin romperlos. Sin embargo, si los dinosaurios habitaron la Tierra y consiguieron reproducirse con éxito durante varios millones de años, sabiendo que se trataba de animales ovíparos, tuvieron que encontrar el modo de lograrlo.

Una de las posibles explicaciones sobre cómo lo hicieron se dio a conocer en el año 2018, en un artículo que bajo el título Incubation behaviours of oviraptorosaur dinosaurs in relation to body size se publicaba en la revista especializada Biology Letters. Según sus autores, algunos dinosaurios en lugar de situarse justo encima de los huevos tal y como lo hacen las aves hoy en día, se colocaron en un espacio abierto sobre el que descansaba la mayor parte del peso de su cuerpo y colocaban los huevos en forma de anillo a su alrededor, lo que evitaría aplastarlos a la vez que les proporcionaban calor. Los huevos estudiados en esta ocasión pertenecieron varios ovirraptorosaurios, y aunque los autores desconocían la especies concretas, pudieron demostrar que a medida que los huevos aumentaban en tamaño, y por tanto las especies que los incubaron, el hueco central destinado al incubador era proporcionalmente más grande.

En el año 2021, también se produjo otro descubrimiento interesante al respecto, en este caso en un artículo que bajo el título An oviraptorid preserved atop an embryo-bearing egg clutch sheds light on the reproductive biology of non-avialan theropod dinosaurs se publicaba en la revista Science Bulletin. Lo que en este caso encontraron los investigadores fue un fósil de oviraptosaurio que revelaba como estos dinosaurios cuidaban de sus crías. Así, el espécimen fósil hallado se encontraba encima de su nidada de huevos, con la salvedad en esta ocasión de que los huevos se encontraban en diferentes etapas de gestación, lo que suscita a los científicos que los huevos eclosionarían en momentos diferentes y no de manera sincronizada, un fenómeno conocido como eclosión asincrónica. Esto habría permitido que las diferentes crías nacieran en momentos distintos, diversificando las posibilidades de supervivencia de cada una de ellas.

Otras teorías defienden que los dinosaurios, al igual que algunas especies de reptiles hoy en día, enterraron sus huevos bajo tierra, arena, barro u hojarasca para protegerlos tanto de su propio peso como de otros depredadores. Esto es apoyado por los diferentes pigmentos hallados en los huevos fósiles de algunas especies, los cuales diferirían en color para adaptarse al terreno y camuflarse con el entorno.

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