Mientras que Julen Lopetegui trabaja hoy con sus jugadores para preparar el estreno en la Champions ante el Manchester City , los directivos del Sevilla, con el foco en el comité ejecutivo, se centran en el análisis de qué hacer en una semana tremendamente dura y complicada. La situación es insostenible y el presidente, José Castro, señalado por la afición tras la derrota ante el Barcelona (0-3) , es consciente de que seguir en la misma línea traerá un caos mayor. El equipo hispalense ha entrado en una línea depresiva inaguantable y ya nadie se atreve a descartar cualquier movimiento drástico. El que sea, incluido, el de debatir si es conveniente o no que el preparador vasco siga dirigiendo al equipo si no es capaz de enderezar la situación. El duelo ante el Manchester City no se considera termómetro de nada porque perder entra dentro de lo que se puede considerar normal, pero lo que viene después son auténticas finales: Espanyol en Barcelona, Copenhague en Dinamarca y Atlético en el Sánchez-Pizjuán. Y ahí está el quid de la cuestión. ¿Qué hacer? Tras el partido, Castro, y también su vicepresidente, Del Nido Carrasco, hablaron con Monchi y mostraron su inquietud por lo sucedido y por la dificultad de lo que viene. Nadie esconde en el club la decepción de un comienzo caótico, con sólo un punto de doce. Todas las partes han quedado en aunar esfuerzos para buscar soluciones, sean la que sean. Dudas en las dos áreas El equipo se ha convertido en un muñeco al antojo del rival en labores defensivas. De ser el equipo menos goleado de la categoría, ahora, con ocho tantos recibidos en cuatro encuentros, ha pasado a ser uno de los más batidos de Europa. La consistencia del pasado no se ve por ningún lado. Bono, Zamora de la temporada 2021-22, ya no siente la seguridad de meses atrás, y tampoco Fernando, clave en el sistema defensivo, se siente fuerte. Las dudas en la gestión del mercado para reforzar los puestos de centrales son evidentes. Se marcharon dos de los mejores defensas de Europa, Diego Carlos y Koundé, y llegaron un jugador de 20 años y un futbolista que aún no ha podido debutar por las lesiones, Nianzou y Marcao . Las dudas atrás pueden suponer el ascenso de un Carmona que, con la misma edad, 20 añitos, ha sabido aprovechar los minutos que le ha dado Lopetegui. El canterano, de central e incluso por la derecha, ha sido una de las pocas noticias positivas en este inicio de temporada. Arriba tampoco las sensaciones son buenas, todo lo contrario. El fútbol son cada vez más las áreas, los espacios donde se deciden los partidos. Y a este Sevilla, visto lo visto tras cuatro partidos, le cuesta un mundo ver portería. ¿Por qué? El ejemplo del sábado fue perfecto para entender qué le está ocurriendo al Sevilla: los de Lopetegui llegaron varias veces a la meta de Ter Stegen, pero por distintas razones, se fueron de vacío; el Barcelona, por el contrario marcó en la primera que tuvo. Raphinha no perdonó lo que Rakitic o Lamela sí hicieron antes. El lado mental, el pesimismo y la depresión continuada en la que se ha instalado el Sevilla, está pesando demasiado a unos jugadores que parecen no estar acostumbrados a superar tanto bache. A la mínima, y después del primer golpe, el Sevilla se derrumba. Le pasó ante el Osasuna en la primera jornada tras regalarle Del Cerro Grande un penalti a los locales; le pasó también ante el Valladolid en el Sánchez-Pizjuán cuando no supo remontar tras ponerse por delante los de Pacheta; le pasó, igualmente, ante el Almería cuando se dejó remontar cuando se había adelantado con el gol de Rafa Mir, y le pasó el sábado ante el Barcelona tras desperdiciar varias ocasiones en los primeros veinte minutos y adelantarse los de Xavi con el tanto de Raphinha. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Ahora, sin tiempo que perder, y con el bajón en lo anímico, más el mayúsculo enfado de la afición, le toca al Sevilla lidiar con el Manchester City del temible Haaland .

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