Alejandro Valverde es historia viva del ciclismo. El corredor del Movistar hará su ‘last dance’ en la Vuelta a España, un adiós que se espera que sea por todo lo alto. Una imagen que parecía nunca llegar a sus 42 años, pero que se hará efectiva más pronto que tarde.

Santo y seña del ciclismo español durante los últimos años, mostrándose como el corredor más regular a la hora de conseguir victorias y más victorias, Valverde dice adiós a una carrera muy especial para él. El de Movistar luce en su palmarés una única vuelta por etapas: la Vuelta a España 2009.

Dos objetivos: ayudar a Mas y ganar una etapa

La presencia del murciano cumple varias funciones en el esquema del Movistar Team. El polivalente ciclista desembarcará en Países Bajos apoyando a su jefe de filas, Enric Mas. El balear necesitará de su experiencia y sabiduría para desenvolverse en los momentos más críticos de la carrera.

Un plus para Mas que llega con la mala experiencia del Tour de Francia y con la presión acechándole. Para ello, Valverde será, más allá de lo que pueda dar en cada etapa, un ancla al que aferrarse y del que aprender en el frenetismo de la carrera.

Por otro lado, bien es sabido que Valverde siempre viaja con la navaja bien afilada. Con el innato espíritu ganador que le ha caracterizado a lo largo de su dilatada carrera, su figura se antoja como uno de los rivales a batir en esas llegadas donde la carretera pica para arriba.

Y qué mejor manera de decir adiós a la Vuelta a España que haciendo el dos por uno: vencer y ayudar al Movistar. La escuadra telefónica está muy necesita de sumar puntos para mantenerse en la primera división del World Tour.

Él sabe mejor que nadie lo que es hacerlo en la ronda española, donde ya sabe lo que es ganarla y además levantar los brazos en 12 etapas. Una oportunidad de cerrar un círculo de la manera más perfecta posible.

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