Unos inoportunos dolores abdominales amenazaron con poner punto y final a la participación de Rafa Nadal en la edición de 2022 de Wimbledon. El balear tuvo que llamar al fisio y se fue al vestuario con el médico en mitad del segundo set. Y cuando más de uno pensaba que el jugador regresaría para coger sus bártulos y marcharse, hasta su padre le dijo que lo dejase, Rafa volvió a escena para firmar un partido épico.

El de Manacor acabó imponiéndose a Taylor Fritz (3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6 (4)) y escriendo un nuevo episodio histórico en su carrera, aunque él mismo confesase que no siempre lo tuvo tan claro. Retirarse del partido planeó por su cabeza, pero al final, como suele ser habitual cuando Nadal está en la pista, acabó ganando el corazón.

«Algo no va bien en el abdominal», explicó Rafa tras el partido. «Tuve que encontrar una manera de sacar diferente. Estuve pensado en muchos momentos que no podría terminar. Pero esta pista te da una energía… Es algo diferente».

En un principio empezó a sacar mucho más despacio que en el primer set, pero poco a poco fue reajustando su servicio y acabó encontrando la forma de ahorrar golpes y no tener que estirar el chicle más de la cuenta ante un Fritz que no daba crédito a lo que estaba viviendo.

«Ha sido una tarde complicada. Taylor es un gran rival. Sinceramente disfruto mucho jugando estos partidos enfrente de un público como este. No puedo agradecerlo suficiente», admitió Nadal, con la victoria ya en su poder.

Visto lo visto, y con la adrenalina a tope tras su gesta, Nadal se limitó a hablar de la semifinal del viernes contra Nick Kyrgios diciendo que «espero estar listo para jugar, eso es en lo primero que pienso». Que así sea, por el bien del tenis.

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