Los microplásticos son omnipresentes en la naturaleza, especialmente en el medio marino. El año pasado, un equipo de investigadores de la Universidad Kyushu de Japón estimó que en la superficie de los océanos se acumulaban entre 82.000 y 578.000 toneladas de estos fragmentos de menos de 5 milímetros. Una contaminación invisible que tiene una consecuencia directa en la cadena trófica marina y, en consecuencia, en la salud humana.

Sin embargo, aunque la presencia de estos contaminantes en el mar ha sido profusamente documentada, hasta la fecha se tenía poca constancia de hasta qué punto los microplásticos también afectaban a los suelos, donde algunos científicos han documentado que podrían incluso ser superiores a la de los océanos.

Suelos agrícolas contaminados

Ahora, una nueva investigación conjunta llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Cardiff y la Universidad de Manchester ha aportado un dato alarmante: los suelos agrícolas europeos están contaminados con entre unos 31.000 y 42.000 toneladas de microplásticos de entre 1 y 5 milímetros. Y lo peor de todo, proceden de fertilizantes reutilizados a partir de aguas residuales, una práctica encaminada precisamente a ahorrar materia prima y favorecer la economía circular.

El estudio, publicado recientemente en la revista Environmental Pollution, estimó que los microplásticos constituían aproximadamente el 1% de todo el peso del lodo extraído de la depuradora, un producto empleado normalmente como abono en las explotaciones agrícolas de la Unión Europea debido a las directivas comunitarias que instan a los países a aprovechar este material en la agricultura o en la producción energética.

«Nuestra investigación pone en duda que las plantas de tratamiento de aguas residuales consigan eliminar los microplásticos del medio ambiente», afirma el autor principal del estudio, James Lofty, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cardiff, quien alega que existe una clara falta de estrategia de las compañías de gestión de agua para evitar que estos contaminantes no pasen de nuevo a contaminar los suelos.

Hay una clara falta de estrategia de las compañías de gestión de agua para evitar que estos contaminantes no pasen de nuevo a contaminar los suelos.

«Es necesario introducir una etapa de tratamiento adicional en el procesamiento de los lodos antes de entrar en el tanque de digestión anaeróbica (el proceso en el que se descomponen los materiales biodegradables)», explica el experto, quien da algunas soluciones para deshacerse de estos componentes contaminantes, como separar el material función de la densidad, una práctica que permitiría seguir utilizando los fertilizantes para fines agrícolas.

Los microplásticos, fragmentos de plástico de tamaño reducido, no solo contaminan nuestros océanos, también la atmósfera.

Una fábrica de microplásticos

Para demostrar el método de tratamiento de residuos, el equipo tomó muestras de la planta de aguas residuales de Nash, en Newport, una población de unos 300.000 habitantes de Nueva Gales del Sur, y descubrió que el sistema era 100% eficaz a la hora de eliminar microplásticos mayores (cercanos a los 5 milímetros de longitud) lo que evitaba que estos contaminantes volvieran de nuevo a los cursos de agua. Sin embargo, también pudieron comprobar que cada gramo de lodo resultante del proceso de ‘descontaminación’ contenía hasta 24 partículas de microplásticos que volvían al medio ambiente en forma de fertilizantes.

Como puntualiza Lofty a National Geographic España a través del correo electrónico, su estudio no es el que ha encontrado una mayor concentración de microplásticos, pero sí el único que ha cuantificado la concentración de estos contaminantes en los lodos de las depuradoras que luego se aprovechan en los campos de cultivo.

Limitar impurezas en fertilizantes

Se da la paradoja de que las mismas instituciones comunitarias que instan al aprovechamiento de recursos están ayudando a cronificar el problema de la contaminación por plástico. ¿Cómo es esto posible?, preguntamos al experto. «Cuando la UE promovió el uso de lodos de depuradora como solución de abono sostenible en sus directivas de 1999 al 2009 no se sabía mucho sobre el contenido de microplásticos en estos compuestos. Ahora tenemos más información sobre este hecho, aunque todavía no existe una legislación europea que limite la cantidad de microplásticos incrustados en los lodos, pues hasta la fecha no se tiene información sobre el daño real que estos contaminantes pueden causar en los cultivos. Por eso, alega el experto, es imprescindible establecer límites al contenido de impurezas de plástico contenidas en los fertilizantes.

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