Rafa Nadal está viviendo un año de ensueño en cuanto a victorias se refiere. A sus 36 años sigue empeñado en ganar y lo ha demostrado cada vez que se ha puesto en la pista de la mejor manera. El Open de Australia y Roland Garros lucen en su vitrina, juntos a ellos están también los levantados en Melbourne y Acapulco.

Pero no paran ahí las buenas noticias para el español, porque presumiblemente este viernes anunciará el embarazo de su mujer, Xisca Perelló. Una buena nueva que llega a mitad de temporada y que, a buen recaudo, insuflará fuerzas a Nadal para afrontar sus próximos compromisos.

El único, y gran, punto negativo son sus recurrentes problemas en el pie. Una lesión crónica que le hace estar en vilo en prácticamente cualquier torneo, azotándole con uno dolores inhumanos.

Su capacidad ganadora, innata

Nunca antes a estas alturas de la temporada Nadal había tenido la oportunidad de conseguir el Grand Slam. Aunque sea algo casi imposible, demuestra que a sus 36 años sigue mostrándose con uno de los mejores jugadores de la ATP.

Sus dos épicas victorias en el Open de Australia y Roland Garros demostraron una vez más su garra y su capacidad de sufrimiento, dos características que siempre han estado asociadas la carrera del tenista español.

Junto a los dos títulos levantados en Acapulco y Melbourne, el español es uno de los laureados de la temporada con 4 trofeos, junto a Carlos Alcaraz. Lo que demuestra su ambición continua, donde desde 17 años que no sale de los 10 primeros del ránking.

Unos datos que unidos a su récord de victorias esta temporada (30-3) le lleva a estar en un momento muy dulce.

Ser padre, una gran alegría en lo personal

Todavía no ha sido confirmado por Nadal y su mujer Xisca, sin embargo, revistas como ‘Hola’ han concretado de que se trata de una realidad. Una gran notica para el tenista y su pareja, que se comprometieron hace apenas unos meses tras más de una década de noviazgo.

Un niño que llega a completar su excelente año hasta el momento tanto en lo personal como en lo deportivo, donde ha triunfado en todos los aspectos. Además, también se le pudo ver disfrutando de su lujoso yate con sus amigos en uno de sus días de relax previo a la disputa de la gira de hierba.

El punto negro, sus lesiones

Nadal tendrá que vivir para toda la vida con su crónica lesión, el Síndrome de Müller-Weiss. Un problema que le lleva azotando toda su carrera y no le abandonará nunca. Pese a todos los esfuerzos realizados para intentar disminuir los dolores, estos han hecho su presencia varias veces esta temporada.

La más sonada, en Roma. Allí el balear sucumbió, prácticamente cojo, frente a Denis Shapovalov pese a ir ganando. Una dura realidad que no le permitirá disfrutar de una vida plena una vez se retire y que le ha hecho pensar en dejarlo más de una vez, buscando minimizar las secuelas para el futuro.

Pero no ha sido el único problema físico. Una lesión en el pectoral en la final de Indian Wells evitó que pudiese pelear en condiciones con Fritz. Una fisura por estrés que le hizo perderse varios torneos y que cortaron su racha ganadora, donde acumulaba hasta 20 partidos seguidos ganando.

En definitiva, un magnífico año para Nadal en los aspectos deportivos y profesional, que ha quedado empañados por la recurrente presencia de sus problemas con las lesiones.

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