gaz-U81775677081Sop-620x349@abc.jpgCon tramos de leyenda y otros tantos de incomprensión y sopor, finalizó el camino de Gareth Bale en el Real Madrid. El galés celebró tímidamente su quinta Copa de Europa, fue ovacionado por el Bernabéu y se marchó de la capital con una sonrisa al vencer su contrato; un acuerdo de 20 millones de euros por campaña, el mejor pagado de la plantilla blanca a pesar de su poca relevancia en el verde. Tras su despedida comenzaron los rumores. El presidente del Getafe dijo que se ofreció, un asunto que el mismo Bale desmintió entre risas; luego se estipulo con una romántica vuelta a casa, al Cardiff City… Pero, finalmente, Bale se convierte en nueva estrella de Los Ángeles F. C. de la MLS, donde compartirá vestuario con otro futbolista de época, el italiano Giorgio Chiellini. Lo sorprendente de este fichaje no es la renuncia del galés a seguir compitiendo al máximo nivel (algo que se podía intuir por sus dos últimos cursos en Madrid), lo es su salario. El británico ha firmado un año con el cuadro angelino a cambio de un millón y medio de euros; 18,5 menos que los que percibió la última temporada en el Bernabéu. Objetivo Mundial «Solo quiero jugar antes de la Copa del Mundo para estar lo más en forma que pueda. Cuando no tienes continuidad en un equipo es muy difícil conseguir un ritmo en términos de forma física y salud. Cualquier jugador te dirá que, jugando semana tras semana, tu cuerpo se vuelve más robusto, te acostumbras y te pones en forma al hacerlo. Solo necesito jugar partidos y estaré listo», señaló Gareth hace pocas semanas. Después de ser clave en la clasificación de Gales para su segundo Mundial de la historia, el objetivo primordial del atacante reside en llegar a tono a Catar. Para eso necesita jugar con regularidad y la MLS le asegurará ser imprescindible.

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