1446874733-kmGE--620x349@abc.jpgEl Barcelona se juega esta noche el pase a las semifinales de la Europa League, para lo que tendrá que ganar al Eintrach en el CampNou (21.00 horas / Movistar+) después del empate cosechado en Alemania. Dispondrá el equipo azulgrana del factor campo a favor, que no solo contempla el apoyo de la afición local, sino que para los catalanes tiene un plus al disputarse sobre la alfombra verde del coliseo culé. Un elemento nada baladí para Xavi Hernández, que ya ha vuelto a su paranoia. En el partido de Fráncfort, como en los viejos tiempos, ya se quejó del estado de la hierba. «El césped no nos ha ayudado, no circulaba bien el balón», lamentó en la sala de prensa del Deutsche Bank Park. Las alusiones al estado del terreno de juego ha sido una constante en la carrera futbolística del egarense desde que, tras una lastimosa derrota en el Nuevo Zorrilla en marzo de 2014, le echara la culpa al césped con idéntico discurso al empleado tras el empate en Fráncfort. «El césped no nos ha dejado hacer nuestro juego», expuso. Una justificación que provocó que las aficiones rivales le apodaran ‘el jardinero’. Apelativo que justificó incluso en Catar, ya como técnico, explicando que «en el fútbol es muy importante el césped». Por este motivo es habitual verle examinar el campo cada vez que llega a un estadio, en los momentos previos al partido que su equipo debe disputar. En función de la altura y de la humedad de la hierba, el catalán ya percibe el partido que le espera. Hay que recordar que ya como futbolista, el juego de Xavi se basaba en asistir a sus compañeros, en imprimir velocidad al balón y precisión a los pases. Para ello entendía que necesitaba un terreno en perfectas condiciones y cuando no se cumplía le generaba cierta frustración y no dudaba en exponerlo. No es un secreto que muchos equipos tratan de contrarrestar el juego del Barcelona con un césped al límite del reglamento en altura y sin utilizar demasiado los aspersores, ya que cuanta más agua, más rápida va la pelota. Todo lo contrario sucede en el Camp Nou y Xavi hizo referencia a ello ayer en dos ocasiones, realzando de nuevo la importancia que para él tiene el estado del terreno de juego, que ordena regar antes del partido y durante el descanso. «Tenemos que mejorar, sobre todo, las pérdidas de pelotas, que les activan. Debemos ser más pulcros. Mañana (por hoy) jugamos en casa y el campo estará muy bien. No tendremos esa excusa», empezó explicando. Einsistió en la idea: «Hay que ser más responsables con la pelota y no tener pérdidas innecesarias. Son pérdidas que no podemos tener a este nivel. También es cierto que en Fráncfort el campo no estaba bien, pero mañana sí lo estará. Hay que mejorar en pérdidas y atacar los espacios que generen cuando salga un central suyo. Atacar mejor y defender mejor». La Europa League es uno de los objetivos que se ha marcado el Barcelona tras su temprana e inesperada eliminación de la Champions. Además del incentivo deportivo que tendría ganar la competición, el club azulgrana podría paliar parte de las pérdidas generadas en los balances de esta temporada. Ganar el torneo europeo reportaría 14,4 millones de euros (3,3 que ya lleva acumulados, 2,5 por pasar a semifinales, 4,6 por jugar la final y otros cuatro por ganarla), lejos aún de los 20,2 que tenía presupuestados por alcanzar los cuartos de final de la Champions. Además, le concedería la oportunidad de disputar la Supercopa de Europa y percibir 3,5 millones por ello, más otro millón si la ganase. Todo sin perder de vista el estado del césped, que es el mismo para los dos contendientes de turno y la obsesión de Xavi hasta la caricatura.

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