Hasta el momento no había mucha información al respecto, pero han empezado a aparecer noticias sobre cómo los zoológicos ucranianos están lidiando con la guerra. Algunos de los animales, como los leones, los tigres y los gatos montés, han sido trasladados a zoos de Polonia, pero esta solución no es posible en el caso de otras muchas especies.

La actual guerra entre Rusia y Ucrania ha afectado gravemente a los zoos del país, del mismo modo que ocurrió en Londres durante la Segunda Guerra Mundial. En este momento, la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios (EAZA, por sus siglas en inglés) y la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA) están trabajando para apoyar a los zoológicos ucranianos tanto como puedan.

Los zoos de Ucrania

En Ucrania existen tres grandes zoos: el zoológico de Nikolaev, el parque zoológico de Kyiv y el zoológico de Kharkiv, en ciudades que actualmente están siendo atacadas por los militares rusos. Es fácil pensar que lo mejor sería evacuar a los animales a un entorno más seguro, lejos de la zona de guerra. Pero esta operación sería enormemente arriesgada por varias razones. En un entorno tenso y complicado, los animales pueden tener miedo de los sonidos que les rodean. Además cargar animales muy estresados en cajas y transportarlos a través de zonas de conflicto podría causarles enfermedades graves o incluso la muerte, aparte del peligro de ser alcanzados por los disparos.

El ruido afecta a los animales

Los animales del zoo están acostumbrados a un cierto grado de ruido causado por los visitantes que acuden a sus recintos. Se ha demostrado que, en algunas ocasiones, el parloteo de los humanos hace que los animales del zoo se estresen o cambien su comportamiento. Sin embargo, la mayoría de las veces, el impacto de los visitantes en los animales del zoo es insignificante.

León blanco de un zoológico privado en el pueblo de Demydiv a 50 kilómetros al oeste de Kiev, Ucrania.

El cómo afectan las explosiones que caen cerca de los zoológicos a los animales es algo que aún no se ha estudiado. Sin embargo, se pueden hacer comparaciones con el efecto que tienen en los animales las obras de construcción. Un estudio publicado en 2019 investigó cómo los elefantes, las jirafas y los emús reaccionaron ante las obras de construcción de los zoos. El estudio detectó que estos animales sufrieron mucho estrés y agitación y se trasladaron a zonas más tranquilas de sus recintos. Las jirafas, por ejemplo, se acercaron a otros animales de su manada, un comportamiento observado en las jirafas salvajes que indica una búsqueda de protección.

Dado que el ruido producido por la guerra y las explosiones es mucho mayor al de las obras de construcción, se puede prever que esto tendrá un impacto aterrador en los animales alojados en estos zoos. En el zoo de Kiev, algunos animales están recibiendo sedantes o están siendo trasladados a espacios subterráneos, y los cuidadores se quedan con ellos durante la noche.

Problemas con el traslado a otros lugares

El 18 de marzo la EAZA emitió un comunicado en el que decía que: «En general, los zoológicos ucranianos aún no están pidiendo nuestra ayuda para reubicar a los animales que están en zonas de alto riesgo; puede que esto no se corresponda con la información publicada en los medios de comunicación, pero apoyamos la petición directa de los zoos de no reubicar a los animales de momento”.

También hay que tener en cuenta a dónde irían. Es posible que los zoológicos vecinos no tengan el espacio, las necesidades de personal, la experiencia o los recintos especialmente diseñados para albergar a estos animales.

La complicada tarea de trasladar animales de los zoos

Incluso en circunstancias normales, trasladar a los animales del zoo no es una tarea fácil, el transporte de animales puede tener efectos negativos en su bienestar. Los animales transportados pueden sufrir deshidratación, fatiga, cambios de comportamiento y estrés. La investigación también ha demostrado que los animales establecen relaciones con los cuidadores, por lo que esto podría tener implicaciones adicionales para el bienestar si los animales son trasladados en condiciones de estrés a nuevos lugares.

Mientras la guerra continúa, han llegado noticias de animales de zoos que han muerto en las explosiones y de que “hay muchos animales muertos y otros vagando por las calles”, incluyendo leones. De todos modos, esta información no ha sido verificada por los zoológicos.

Aprender de situaciones pasadas

El zoo de Londres se fundó en 1828 y ha sobrevivido a dos guerras mundiales, por lo que su historia para hacer frente a los bombardeos puede ofrecer lecciones útiles en la actual guerra de Rusia y Ucrania.

El 3 de septiembre de 1939 empezó la Segunda Guerra Mundial y a las 11 de la mañana de ese día, la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), que gestiona el zoo londinense, recibió la orden del gobierno de cerrarlo. El zoo de Londres se había preparado para ello. Los registros muestran que dos pandas gigantes, dos orangutanes, cuatro chimpancés, tres elefantes asiáticos y un avestruz fueron trasladados al zoo de Whipsnade, a las afueras de Londres, por seguridad. El ZSL ha recopilado documentos de esta época que cuentan lo que ocurrió.

Cachorros de león blanco, parte de una camada de cinco cachorros en un zoológico privado en el pueblo de Demydiv a 50 kilómetros al oeste de Kiev, Ucrania.

Sacrificio de animales

Por desgracia, algunos de los animales venenosos fueron sacrificados para aumentar la seguridad del público y del personal en caso de que alguno pudiera escapar debido a una explosión. Algunas partes del zoo pudieron reabrirse, pero el acuario permaneció cerrado hasta 1943 por precaución ante los bombardeos. Las peceras se vaciaron y algunos habitantes tuvieron que ser sacrificados, aunque ciertos peces fueron trasladados a cubetas en el galpón de las tortugas.

El zoo de Londres empezó a criar sus propios suministros de invertebrados, como gusanos de la harina. Las peticiones de bellotas y otros artículos para alimentar a los animales se emitieron por la radio y el público las donó a una tonelada por semana. Los ciudadanos también podían adoptar animales y ayudar a mantenerlos, algo que podría ocurrir en los zoológicos de Ucrania.

Hasta el 18 de marzo de 2022, el Fondo de Emergencia de la EAZA Ucrania había recaudado 576.371 euros gracias a las aportaciones de un gran número de donantes individuales e institucionales, «un resultado extraordinario que ayudará a proporcionar asistencia inmediata y a largo plazo a los colegas de Ucrania», apuntaba la EAZA. Los fondos recaudados se utilizarán para ayudar a los zoos ucranianos a proporcionar alimentos y cuidados a los animales en condiciones de relativo bienestar y seguridad, así como para proporcionar apoyo al personal de cuidados y a la dirección de los zoológicos.

*Samantha Ward es profesora titular de Ciencia Animal y Bienestar de los Animales de Zoológico en la Universidad de Nottingham Trent. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.

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