Con una tasa de homicidios de 38,6 por cada 100.000 habitantes, Honduras obtuvo el titulo del país más violento de C.A. en el 2021, según el observatorio Insight Crime.

Los 3.651 asesinatos registrados el año pasado, según cifras preliminares del gobierno, representaron un aumento con respecto a los 3.496 en 2020, pero aun así están por debajo de los casi 4.000 homicidios de 2019.

En 2021, las masacres –asesinatos de tres o más personas– ocurrieron a la alarmante tasa de aproximadamente una por semana.

Los 53 asesinatos múltiples fueron a menudo el producto de disputas entre pandillas o de asesinatos por venganza.

Varias masacres se cometieron a raíz de las grandes incautaciones de drogas en la zona norte del país.

El departamento de Cortés, donde se encuentra la ciudad de San Pedro Sula, registró la mayor cantidad de masacres de todos los departamentos, con 41 personas asesinadas en 14 incidentes.

La segunda ciudad más grande del país, San Pedro Sula, es un bastión de la MS-13. Allí, la pandilla callejera ha llegado a dominar la venta y el tráfico de un tipo de marihuana potente y muy lucrativa.

El distrito central del departamento Francisco Morazán, que abarca la capital Tegucigalpa y la cercana ciudad de Comayagüela, registró la mayor cantidad de asesinatos en áreas urbanas, con 481 muertes.

En 2021, Honduras registró algunos de sus peores episodios de violencia política, en el período previo a las elecciones presidenciales de noviembre.

Unos 68 candidatos a distintos cargos públicos fueron asesinados el año pasado. De ellos, 31 estaban vinculados al partido Nacional, de derechas al que pertenece el ex presidente Juan Orlando Hernández, quien durante mucho tiempo ha sido acusado de corrupción y participación en narcotráfico.

Otros 20 candidatos asesinados eran del partido Libre, de izquierda liderado por Xiomara Castro, cuya victoria puso fin a más de una década de gobierno del partido Nacional.

Y los miembros del partido Liberal, que ejerce menos influencia, no se salvaron de esta ola de violencia. En las semanas previas a las elecciones, tres candidatos de dicho partido fueron asesinados, entre ellos un alcalde popular que aspiraba a su quinto mandato.

La presidenta Castro ha prometido  desmilitarizar a la policía, lo que representa una ruptura con respecto a las políticas de mano dura de las administraciones anteriores.

Sin embargo, es probable que su compromiso con esa estrategia se ponga a prueba ante cualquier aumento de la violencia.

Facebook Comments