La Roma no pasa sus mejores momentos. La llegada de Jose Mourinho al banquillo del equipo de la ciudad imperial no ha reverdecido las viejas glorias y, de hecho, los resultados son pobres sin paliativos.

En los últimos seis encuentros sólo ha ganado un partido, incluidos la dolorosa derrota por 6-1 y el empate 2-2 con el Bodo/Glimt noruego en la Conference League. Tras la derrota en la Serie A con el Venezia por un ajustado 3-2, penalti polémico incluido, la Roma cae a la 6ª plaza de la Serie A. Mourinho intentó contenerse para no rajar de los árbitros, pero no lo pudo evitar.

«El segundo gol del Venezia es una tema importante, pero debo protegerme y no diré nada. También podría hablar de futbolistas no amonestados… Prefiero no decir nada más», se contuvo, antes de abrir la espita. «Las reglas las hicieron los que nunca jugaron al fútbol. Al final de la temporada veremos si hay equilibrio en los errores arbitrales. De momento no es así. Mejor callarse», se quejó.

También miro hacia los jugadores de su equipo. «Si hay una plantilla desequilibrada, sin tener las mismas opciones, cuando el campeonato se hace serio y pierdes jugadores por sanciones y cansancio, debes ser entrenador de reacción, no de construcción. Debes solucionar problemas que la plantilla no puede solucionar: no tenemos dos jugadores por cada posición«, criticó, si bien luego suavizó esas palabras.

«El club trabajó en verano para limpiar y reaccionar ante situaciones inesperadas como perder a Spinazzola y Dzeko. No es una temporada para pensar en grandes cosas, pero debo intentar elevar al máximo las motivaciones. Mientras sea posible, debemos apuntar al cuarto puesto, pero por este equipo fue sexto o séptimo en las temporadas anteriores. Nunca dije que tenemos un equipo para ser cuartos«, explicó.

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