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Después de que una radiografía confirmara que Ferran Torres (Foyos, Valencia, 29 de febrero de 2000) no tiene nada roto en el pie derecho (un golpe en el empeine exterior), el delantero de la selección española pasea por una de las instalaciones que el Inter tiene para sus chicos con una sonrisa de oreja a oreja. «Soy un guerrero, llego seguro al domingo. Si hace falta juego solo con una pierna», se atreve a pronosticar, chico de moda de esta selección que el miércoles puso San Siro patas arriba con un partidazo que invita a pensar en que algo bueno se está cociendo. Ferran marcó los dos goles y lleva, ojo al dato, 12 en 21 partidos de rojo, una brutalidad. «Fue una noche perfecta, nos salió todo redondo», resume de primeras antes de sentarse con ABC y analizar ese triunfo que permite al equipo jugar, el próximo domingo, la final de la Nations League.
¿Por qué marca tantos goles?
Tengo buenos asistentes, me gusta estar cerca del gol y ayudar al equipo en lo que pueda.
Es verdad que siempre ha tenido buena relación con el gol, pero está en números históricos.
Sí, sí. Este inicio con la selección no me lo esperaba, parece que todo lo que toca entra. Hay que trabajar también porque eso es eso, trabajo y constancia. Ojalá y sean muchos más.
Entonces, ¿con gol se nace o se trabaja?
Yo creo que todo se puede trabajar y todo se puede mejorar. Yo siempre he sido un jugador con gol, ya le digo, pero no tanto como ahora. Y creo que es porque lo he trabajado y eso siempre tiene sus frutos.
¿Es instinto? ¿Se visualiza el gol?
Puede ser, sí. Al final, la gente que tiene gol lo tiene siempre. Hay delanteros que no necesitan nada para marcar, pero se trabaja.
Lo dice con mucha tranquilidad, como si 12 goles en 21 partidos fueran poca cosa. ¿A usted no le sorprende?
Yo aún estoy flipando por estar en la selección y representando a mi país, imagínese con cada gol. Sigo flipando cada vez que marco para España, cada gol con la selección es como una fiesta.
¿Es muy diferente a marcar con el club?
Sí, no tiene nada que ver. Representas a tu país, a tu familia, a tus seres queridos… Cada gol con España es un orgullo.
En la selección ha caído de pie. Es indiscutible desde que se le llamó por primera vez, parece que lleva toda la vida.
Ja. Bueno, sinceramente creo que todo esto tiene que ver con el míster, con la confianza que me ha dado cada día, desde el primero. He sabido responder en el campo y el míster está haciendo de la selección un equipo, una familia, y eso se refleja.
¿Es tan diferente Luis Enrique en la cercanía a lo que se ve en sus comparecencias?
Sí, sí. Solo tengo palabras de agradecimiento. Yo lo considero mi padre, es como nuestro padre. Desde que he venido a la selección me ha acogido de una manera espectacular, me ha dado toda su confianza. Al final, eso es lo que quiere cualquier jugador.
¿Es un entrenador al uso o también llega a existir cierta amistad? ¿Pregunta, hace bromas, juega con ustedes…?
Es ambas cosas. Por eso es tan bueno. Puedes ser muy buen entrenador, pero si no tienes esa parte de cercanía con el jugador, que lo agradece siempre… Con él tenemos las dos cosas y me atrevería a decir que todos estamos encantados con él.
Esta España está repleta de niños, muchos a medio hacer. ¿Es especialmente atento con los jóvenes?
Luis Enrique contagia mucho. Los jóvenes venimos con ilusión y él nos da confianza. Yo debuté hace 13 meses, solo… Somos jóvenes que no tenemos esa veteranía en partidos como el de ayer (por el miércoles) y él se encarga de darnos esa seguridad y esa confianza. Tiene mucho mérito.
Usted no tendrá esa experiencia en partidos así, pero le hizo tres goles a Alemania, uno a Croacia en la Eurocopa, dos a Italia. ¿Es de grandes citas?
Me encantan los partidos grandes. Es bonito jugar esos partidos, mucho. Meter goles es trabajo del equipo, no tenemos un delantero que haga 40. Pero si algo nos caracteriza es llegar con mucha gente al área, en eso incide mucho el entrenador. Estamos metiendo muchos goles y los partidos grandes siempre se afrontan con muchas ganas.
Parece muy seguro de sí mismo.
Lo soy. Desde que era muy pequeño he confiado mucho en mí mismo, en lo que soy, en lo que puedo llegar a ser. Y eso es muy importante.
¿Le han tenido que frenar a veces por ir más rápido de lo que tocaba?
No. Al final, cada uno tiene que saber dónde está, sus características, saber hasta dónde puede llegar.
¿A quién pide consejo?
Yo soy una esponja.
En ese momento, Aymerich Laporte, su compañero en el City, vacila como espectador de la entrevista y se queda un rato escuchando a Ferran, que no se desvía de su discurso.
Como decía, yo soy una esponja y pido siempre consejo a mis entrenadores, son los que más saben de fútbol. Yo tengo a dos de los mejores del mundo, es una gran suerte. Cada día intento aprende al máximo de ellos.
Se refiere a Guardiola y a Luis Enrique. ¿Son parecidos?
Sí, a los dos les gusta tener el balón en campo contrario, la presión tras pérdida, dar muchos pases… Tengo suerte de estar con ellos.
Con Luis Enrique lo juega todo, en el City lleva un tiempo con menos minutos. ¿Le enfada, le molesta, le enciende?
Todo lo contrario, me estimula, me motiva para seguir trabajando, para hacer todo lo que pueda y conseguir ese sitio.
¿Ve el fútbol como un trabajo o como una diversión? ¿Es de los que se lleva el fútbol a casa y le da vueltas después de un partido?
Es trabajo y pasión, hago lo que más me gusta. Antes, cuando jugaba mal, era más vinagre. Pero conforme creces y juegas más partidos, aprendes a relativizar.
¿Cómo está España? ¿Notan que a la gente le cuesta subirse al barco de este equipo?
Bueno… En el fútbol siempre hay críticas, a la gente no le va a gustar siempre lo que hacemos, pero si de algo puede estar seguro la afición es que nosotros siempre vamos a dar todo en cada partido. Solo pido a la gente que confíe en nosotros porque creo que somos un equipo con mucho futuro, de verdad que lo creo.
La base parece buena, ¿pero quizá es mejor pensar en que el equipo romperá en unos años?
Es verdad que somos jóvenes, pero ya se ha visto también ahora. En los partidos grandes no nos achantamos, vamos con todo, nos dejamos todo. Es lo importante.
Dice Luis Enrique que no lee ni escucha nada. ¿En el vestuario se percibe el ruido en torno a la selección?
Habrá jugadores que lean más, otros menos. Pero si hay algo seguro es que tenemos que saber convivir con ese ruido. Yo convivo bien. Es verdad que me mantengo al margen porque cuando lees cosas buenas te puedes creer más de lo que toca y cuando lees cosas malas te puedes venir muy abajo.
¿Usted lee?
No, no mucho. Como me preguntaba, soy un tío seguro de mí mismo y digan cosas buenas o malas de mí tengo que seguir con los pies en el suelo y seguir trabajando.
¿Sufre más la familia las críticas?
Sin duda, así es. A la familia les gusta leer sobre ti, pero con el tiempo saben qué leer y qué no.
¿Cómo vive en Mánchester?
Estoy muy contento, muy adaptado, Tengo un nuevo miembro en la familia, Milo. Antes tenía dos perras, pero para no entrar en discusión con mi hermana se las ha quedado ella en Valencia y yo he rescatado un perro de la calle.
¿Y ese cariño por los perros?
Desde pequeño ya había uno en mi casa y para mí los perros son parte de mi vida.
¿Vive con alguien más, además de con Milo?
Con un amigo que está opositando y ahí está más tranquilo.
Tiene chef, además.
Sí, estoy muy contento. Habla con mi nutricionista y se ponen de acuerdo para fijarme las comidas, las dietas. En el mundo en el que estamos, en este fútbol, es muy importante cuidarse y estar bien físicamente.
¿Se concede algún capricho?
Sí. A mí, cuando llega el domingo… Me gustan mucho los crepes, las hamburguesas, lo que pueda… Pero solo un día, cada día hay que pasar por la báscula y es importante.
