Fue en una noche de verano, de luna llena, después de la lluvia monzónica, cuando Juergen Freund, autor de esta instantánea, se encontró con el hongo fantasma en un árbol muerto de la selva tropical en los alrededores de su casa en Queensland, Australia. Necesitaba una luz para mantenerse en el camino, pero cada pocos metros la apagaba para escanear la oscuridad en busca del resplandor fantasmal. Su recompensa fue este grupo de esporocarpos brillantes del tamaño de una mano. Se sabe que algunas pocas especies de hongos producen luz a través de una reacción química, en concreto la oxidación de la luciferina al contacto con la enzima luciferasa. Sin embardo por qué el hongo fantasma brilla es un misterio. Ningún insecto dispersor de esporas parece ser atraído por su luz, que se produce constantemente y puede ser solo un subproducto del metabolismo de los hongos. Freund se agachó en el suelo del bosque durante al menos 90 minutos para tomar ocho exposiciones de cinco minutos y capturar el tenue resplandor desde diferentes puntos focales, que se fusionaron (enfoque apilado), para crear una imagen nítida del tronco del árbol.

Esta fotografía forma parte de una preselección de fotos elogiadas en el prestigioso certamen de fotografía de naturaleza Wildlife Photographer of the Year, organizado por el Museo de Historia Natural de Londres, y cuyos ganadores se darán a conocer el próximo 12 de octubre de 2021.

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