A falta de tres días para que se baje el telón al mercado de fichajes puede decirse, sin duda, que este del verano de 2021 será uno de los que se recuerden en el tiempo, pues nunca antes se habían movido tantas estrellas y de tanto calibre en una misma ventaja de traspasos. A los movimientos confirmados de Messi y Cristiano Ronaldo, los dos últimos gigantes del fútbol mundial, se unirá con casi toda seguridad el de Kylian Mbappé, llamado a sustituirles en el olimpo de este deporte en los próximos años. Un vaivén de talentos que ha agitado las grandes ligas, aunque sin tanto desembolso como en años anteriores, provocando un efecto ilusionante necesario tras el impacto

 de la pandemia. Y aún queda tiempo, pues, de confirmarse el adiós de Mbappé, el PSG puede desencadenar un final de mercado vibrante.

El primer golpe de efecto lo dio Sergio Ramos. Elegido en el mejor once de la FIFA en los últimos diez años, el defensa dio por finalizada su etapa en el Real Madrid tras dieciséis temporadas de blanco. Un malentendido en la oferta de renovación le enseñó la puerta de salida y el andaluz buscó nuevos horizontes. Los encontró en París, donde le esperaba un equipo pleno de calidad y talento, en el que aún se iban a mover muchas piezas. Porque aquel PSG que imaginó Ramos nada tiene que ver con el que jugará hoy ante el Reims. Sobre el césped, luciendo el dorsal número 30, estará un tal Leo Messi, fichado sin coste por los galos tras su marcha de Barcelona. Cero euros de traspaso, pero una trascendencia mundial, pues el futbolista que ha dominado el fútbol mundial junto a Cristiano Ronaldo en los últimos veinte años cambiaba de aires por primera vez en su carrera.

Un fichaje al que el PSG unió también el de Donnarumma -guardameta titular de la selección italiana campeona de Europa- como competencia para Navas en la portería. Completaba con ellos una plantilla magnífica, a la altura de las mejores de la historia, con el objetivo de la Champions en el horizonte. Una misión que, seguramente, deberán afrontar sin Kylian Mbappé, al que la llegada de Messi no hizo más que reafirmarle en su idea de no renovar con los parisinos.

Esa negativa rompió la resistencia del PSG a negociar su venta y ahí fue donde entró en juego el Real Madrid. Tras años de espera mimando al entorno del jugador, Florentino Pérez aprovechó la oportunidad para intentar cazar al mayor talento joven de Europa (con permiso de Haaland). Falta que se haga realidad -es cuestión de horas según opinan fuentes cercanas a la operación-, pero este movimiento devuelve al Real Madrid a la senda de los grandes fichajes doce años después de la llegada de Cristiano. Entonces, los blancos rompieron el mercado al pagar cien millones por el portugués. Inversión rentable, pues con él en el equipo lograron equilibrar el duelo con el Barcelona de Guardiola y llevar hasta el Bernabéu cuatro Champions en nueve años. Ahora, con casi el doble de millones sobre la mesa por Mbappé, la idea es plantar cara a los clubes-Estado y recuperar la hegemonía en Europa.

La vuelta a casa de Ronaldo

Con los focos del mundo del fútbol pendientes de que se cierre esa operación, fue otra la que acaparó la atención el pasado viernes. Un regreso que tiene mucho de simbólico y de estratégico. Porque con la vuelta de Ronaldo al United, la Premier aumenta su poder y se confirma como el principal caladero de estrellas del fútbol europeo. Allí ha aterrizado el luso doce años después de haberse marchado al Real Madrid y allí lo han hecho también referentes del fútbol actual como Jadon Sancho o Raphael Varane, que volverá a compartir vestuario con Ronaldo. Junto a ellos, Romelu Lukaku es la otra gran estrella que ha cambiado de aires para dar lustre a una Premier de futuro incierto. El Chelsea, nuevo equipo del belga, es uno de los favoritos junto al City, el Liverpool o el propio Manchester United. Competición que ya el año pasado dominó la Champions y a la que quieren hacer frente PSG y Real Madrid con estos movimientos gigantes que han convertido al mercado en el de más calibre de la historia.

Hasta el Barcelona, en su intento por evitar la marcha de Messi, pescó en el caladero del City, fichando a un Agüero que le permite mantener su imagen en Argentina.

Haaland como venganza

Y queda más, porque el PSG promete emociones fuertes si finalmente deja marchar a Mbappé como parece. A pesar de contar con una plantilla lo suficientemente fuerte como para afrontar la temporada, el jeque está dispuesto a darle a Pochettino un diamante más si Kylian se va al Madrid.

El elegido sería Erling Haaland, delantero del Borussia Dortmund, al que Florentino Pérez tiene también en su hoja de ruta para el Real Madrid del futuro. Su traspaso al club galo sería un mazazo para los planes del presidente madridista, pero pondría la guinda a este mercado de fichajes loco.

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